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Por Santiago Marceles

Christopher Nolan estrena su última pelicula en un momento necesario. El cine artesanal se encuentra divagando entre el terror de ser remplazado y la competencia por parte de la que alguna vez fue su casa, promete ser un éxito inminente, Barbie dirigida por Greta Gerwig.

La película lejos de mostrarte a Oppenheimer como una figura idealizada, te otorga matices que poco se aprecian en este tipo de cine. Aun así, está lejos de ser la mejor película de la década o tan siquiera la mejor película de su director.

Primera Imagen promocional del film

Para este Biopic el director recurre a la adaptación del libro El Prometeo Americano, texto a partir del cual desarrolla un thriller crítico de la moral y el poder, pero con la particularidad de ser contada a través de una vertiente subjetiva. Lo anterior, supone una espada de doble filo que hace posible una inmersión en la psique del protagonista 60 por ciento efectiva.

El otro 40 por ciento es una consecución de momentos con una edición abrumadora y poco estilizada, una historia con la que no empatizas dada su contradicción y ciertas escenas gratuitas que se alejan de la clase y elegancia que suele identificar a Nolan.

Son 3 horas que, si bien se pasan volando, llegada la segunda hora cae y no volver a levantarse, salvo el final, que a mi parecer es uno de los mejores epílogos en su filmografía. Un primer plano del protagonista mientras imagina un futuro horrorizado, uno que se ha vuelto nuestro presente.

La banda sonora es perfecta, emulando lo que alguna vez hizo grande a Hans Zimmer y perfeccionando cada una de las partituras, a tal punto de ser un elemento narrativo más que de acompañamiento. La fisura del elemento, el conteo regresivo, la lluvia cayendo en la ventana. El sonido eleva la película a experiencia.

Las actuaciones son memorables, todos y cada uno de los actores brilla. Nolan dio con el mejor catalogo de actores que pudo encontrar y demostró que Murphy merece más roles protagónicos. Emily Blunt y Florence Pugh a por el Oscar. Y Rami Malek que con 5 minutos tuvo mas impacto que cualquier película reciente de Superheroes.

Oppenheimer es un viaje en la psique del padre de la bomba atómica, que toma como excusa el tratarse de un viaje subjetivo como puerta a la utilización de un montaje deficiente y una historia que se contradice. Formalmente preciosa, pero sin alma. Vale la pena verla porque fue concebida para ser vista en un teatro, pero para quien quiera ver al mago hacer magia, siempre estarán disponible sus otras 11 obras maestras.

Trailer oficial.