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Por Emily Soto

Este miércoles 30 de agosto, en el marco del proyecto Caribe Cuenta, se llevó a cabo la conferencia “Se aprende a leer por las orejas” de la mano del profesor, escritor y estudioso en letras y teatro, Ernesto Rodríguez Abad. Originario de las Islas Canarias, este amante de las palabras presidió una charla en las instalaciones de la Universidad del Norte para desarrollar temáticas como el valor del teatro, el lugar que tiene la oralidad hoy en día, el olvido histórico de las mujeres en la literatura que debe ser reivindicado, cómo se enseña a leer y, principalmente, el gran poder que subyace en la lectura.


En el tercer piso del bloque K, en el Centro de Escritura de la universidad, se reunieron estudiantes para escuchar las palabras del profesor, que en primer lugar dejó en claro su estilo distintivo y cercano para esa ocasión. Recalcó el diálogo como lo principal en su pedagogía y a la pasión por el teatro y la literatura como su especialidad, esta última que nació en un principio al leer por primera vez Cien Años de Soledad del nobel colombiano, Gabriel García Marques. Ernesto mencionó con orgullo y emoción al recordar el libro: “fue el comienzo de toda mi vida literaria”. Es por esto que se considera tan cercano con la cultura del país, y le da satisfacción saber que en Colombia se lee mucho y además muy bien.


A lo largo de lo que parece más una charla amena, Ernesto pasa de un tema al otro con gran facilidad: la importancia del teatro en España y de su amor por ella; de cómo vivió parte de la dictadura franquista y lo que significó su caída para él; de algunos de sus autores favoritos (Gabriel García Marqués, Federico García Lorca, Juana Inés de la Cruz, entre muchos y muchas más); del rol de la mujeres y el papel innovador y casi adelantado a su tiempo que tuvieron ellas en la literatura que, por desgracia, ha sido ocultado; y de cómo “se aprende a leer por las orejas”.


Las preguntas del público dieron paso a la oportunidad de escucharlo narrar el principio de Las Mil y Una Noches para ejemplificar la importancia y uno de los fines principales de la lectura: sensibilizar a las personas, remover las emociones. Y así como Sherazade leía de manera hipnótica y atrapante para el sultán con tal de permanecer con vida, Ernesto Rodríguez Abad creó un ambiente de silencio absoluto al robar toda la atención de los presentes. Al terminar la reunión y dados los agradecimientos por compartir su pasión por las palabras y dar una muestra de su poder cuando se expresan bien y con el alma, todavía resuenan esta frase: “¿hay una lección más titánica en la literatura que Las Mil y Una Noches?”.


Para más información acerca del autor puede consultarse su página web y también su canal de Youtube.