Fotografía de cabecera: Oscars.org
Durante los últimos meses, las tensiones raciales en Estados Unidos han vuelto a ocupar los primeros planos de los medios, tanto en el país norteamericano, como a nivel mundial. Eventos como los disturbios acontecidos en Charlottsville, Virginia, que dejaron un saldo de 33 heridos y tres personas muertas, han marcado la vuelta de interrogantes a las relaciones interculturales desarrolladas en la mayor potencia del mundo, que desde inicios de siglo se ha denominado a sí misma como un “crisol” de razas.
Hoy, precisamente, la revista New York publicó una carta enviada hace 28 años por el director Spike Lee, quien fuese en los años 80 una de las voces más prominentes en la discusión del tema de las minorías, especialmente después del estreno de su ya emblemática película “Do the right thing”, en la cual el neoyorquino develó toda la presión y angustia latente en los contextos sociales excluidos de los círculos de poder.
La carta de Lee fue enviada en julio de 1989, mismo mes en el cual fue proyectada en Estados Unidos y tan solo dos meses después de haber sido estrenada en Cannes. Sus dudas giraron alrededor de la posición de un director de color en cuanto es cuestionado y responsabilizado por la manera en que toda una comunidad es tanto retratada como cuestionada por los medios masivos:
¿Alguna vez algún periodista le ha preguntado a un director o directora blanca por qué las drogas hacían falta en sus películas? David Denby siente que la ira de la multitud negra que se junta al final de Do the Right Thing no está ‘justificada’. Es difícil justificarla solo si sientes que cuando ‘algunos policías llegan y asesinan a un chico negro’ es un evento de consecuencias menores, pero el incendio de la pizzería de Sal es de dimensiones mayores. Y que las personas negras en la película, que ven a uno de los suyos ser asesinado, no se sentirían motivados a responder.
Un repaso por la obra
“Haz lo correcto” o “Haz lo que debes”, traducción al español de “Do the right thing” es una de las películas más conocidas y celebradas, entre todas las que ha escrito y dirigido el norteamericano Spike Lee.
Antes de conocer el tema de esta cinta, se nos muestra los créditos de una forma muy poco usual, con el baile de Tina, la novia de Mookie. Esta es una secuencia con un plano abierto que nos permite apreciar el entorno callejero, con algo de escenario teatral, donde ella está haciendo su coreografía. Hasta el día de hoy vale la pena destacar el ritmo que se maneja en los cortes, casi imperceptibles, excepto por el cambio de vestuario de Tina, a pesar de seguir con un plano abierto.
Con el día más caluroso del año comienza esta película y desde ese primer momento vamos a poder observar el manejo dado a los colores cálidos para ambientar la escenografía en la cual se desarrollará la trama. Por ejemplo, casi todas las fachadas de las casas son de color rojo o naranjado. Además, la iluminación del lugar parece ser de amarilla para darle más credibilidad al clima que se habla en la historia.
Asimismo, es notorio un juego entre estos colores cálidos con una gama de colores grises y/o contrastes que se van haciendo más evidentes a medida que se desarrolla la historia y llega la noche.
Por otro lado, los nombres de los personajes son originales, “pegajosos”, por decirlo de alguna manera, y compaginan con sus portadores, llevando al film a tener una vena también emparentado con lo cómico, lo humorístico. Así, también es de celebrar las actuaciones, que ayudan a transmitir lo que estos personajes representan: una vida llena de alegrías, pero también de defectos y tristezas, cada uno desde su papel dentro de la historia.
Las tensiones reflejadas
En últimas, entonces, estos personajes se nos presentan en un inicio desde su cotidianidad para conocerlos y encontrarnos, como espectadores, en estas personas y así, luego, continuar observando los problemas que se empiezan a desarrollar en la trama.
Y es que esta historia tiene inmersa en sí un tema muy polémico, común, y hablado, pero sobre todo muy allegado a las sociedades, no solo estadounidense sino de todo el mundo en general, y a esta multiculturalidad que conforman estas colectividades. Y sí, como se ha mencionado anteriormente, el tema al que se refiere de manera tan marcada en la cinta es el racismo, la xenofobia y los choques culturales.
Cuando comenzamos a ver en la historia estos problemas, las blasfemias, el odio, la intolerancia, entre otras cosas, es inevitable sentirse abrumado, impotente y hasta asqueados de lo que somos capaces de hacerle a las otras personas solo por los estereotipos que portamos con nosotros de una manera -por decirlo así- natural.
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Dentro de la película, lo anterior lleva al pensamiento a cuestionarse sobre qué han hecho de las sociedades al luchar por la no homogenización de las mismas. Esto lo podemos evidenciar en la forma en la que Pino y Mookie reaccionan ante la forma en la que Sam se dirige a Jade cuando ella va a la pizzería.
En las dudas de Lee estaban presentes aquellos cuestionamientos patentes en su película, la cual le dio gran reconocimiento a nivel internacional. Así, al volver a este filme, en el contexto que ocupa actualmente tanto a los Estados Unidos, como otros países donde confluyen y conviven distintas comunidades separadas por color de piel, profesión religiosa o nacionalidad, podemos analizar que, al terminar “Haz lo correcto” nos queda una terrible sensación o un gran dilema en nuestras consciencias, ya que resulta difícil tomar una postura entre uno u otro, entre un supuesto “bien” y un supuesto “mal”, entre lo que algunos llaman “amor” o lo que otros llaman “odio”.