Por: Loraine Ariza Fabián
Nilson Fontalvo Díaz es un ejemplo de superación. Nació con una malformación genética en la mano derecha, los doctores hicieron todo lo posible por tratar de adaptar su extremidad, pero la naturaleza no ayudó.
El señor Fontalvo vive con su esposa, sus cinco hijos, tres nietos, y sus padres. Él se hace responsable de su familia tanto económica como emocionalmente. Les lleva el sustento con el negocio de arroz de cerdo, pollo y comúnmente vende el de lisa. Por este último se hizo famoso en Santo Tomas. Tiene 57 años, desde los 40 inició la venta, ya que por su discapacidad no podía conseguir un empleo fijo, pero gracias al apoyo de sus padres, que siempre han estado con él, se le ocurrió la gran idea de hacer feliz al pueblo con su delicioso arroz. Además, él no solo lo vende, también lo hace y recorre todo el pueblo con una carretilla silbando y vendiendo.
Hay personas que llevan siete años consumiendo de sus delicias. Un joven chofer de buses afirma: “el arroz es excelente, soy un cliente fijo, quedo satisfecho porque además que despacha bien, se me acomoda con la plata”. Nilson es un ejemplo. No solo se gana el pan de cada día. No solo hace feliz a los demás con su exquisito plato, sino que muestra que cualquier persona es capaz de salir adelante por su familia si así lo desea.
En la mañana del sábado 14 de abril del 2018, Nilson despertó a las 5:00 a.m. y empezó a preparar todo lo correspondiente al menú del día que era arroz de frijol y tocino de cerdo. En un caldero de arroz muy grande preparó 45 libras de arroz, siete libras de frijol y 25 libras de tocino de cerdo y los dejó en fuego. Cuando estuvo listo salió a las 11 de la mañana a venderlo y a las dos de la tarde ya lo había vendido todo o como él dijo “hasta el cucayo vendí gracias a mi Dios”.
– ¿Qué piensa de las personas que no trabajan? -pregunté.
Nilson no se afana, se quita la gorra, se limpia el sudor y responde.
-¡No joda! Hay personas que no traban por sinvergüenzas, porque hay pa‘ rebuscase’.
