En el marco del XIV Congreso Internacional de Promoción al Consumo de Frutas y Verduras realizado en Tuxtla México, la alianza global de movimientos 5 al día (AIAM5), de la cual Colombia hace parte firmó la Declaración de Tuxtla Gutiérrez.
La declaratoria hace referencia a la reflexión que debe existir por parte de los gobiernos y la sociedad civil ante el grave problema que supone la pérdida y desperdicio de los alimentos. Actualmente se desaprovechan cerca de mil 300 millones de toneladas por año, suficiente para alimentar a 2 mil millones de personas en el mundo, de acuerdo a la FAO.
En Colombia según cifras del Dane, se desperdician 9,76 millones: el 6,22 se pierde y el 3,54 se desperdicia en definitiva.
5 al día Colombia es el programa representado por la Corporación Colombia Internacional CCI, que ha promovido desde el 2004 el consumo de frutas y verduras en el país.
La declaratoria:
Los gobiernos y la sociedad civil deben reflexionar sobre el problema ético que supone la pérdida y desperdicio de alimentos para conseguir el reto de Hambre Cero, con el fin de redoblar esfuerzos y compromisos políticos que establezcan el marco legal, las políticas públicas y el activismo ciudadano para reducir la pérdida y desperdicio de alimentos.
Todos los sectores de la sociedad deberían establecer alianzas estratégicas e intercambiar buenas prácticas para promover sistemas de producción más sostenibles y justos, en los que prevenir la perdida y desperdicio de alimentos, sea un objetivo clave.
Es urgente la capacitación, desarrollo e incentivos al campo para la producción de alimentos nutritivos e inocuos. Promover el uso de la tecnología para el monitoreo de cultivos y tratamientos postcosecha, así como la presencia de canales de distribución más cortos, con el fin de lograr sistemas alimentarios más sostenibles y justos con los productores y más asequibles para los consumidores, lo que revertiría en menos pérdidas, especialmente de frutas y hortalizas.
Es necesario incentivar la donación de alimentos en la producción y distribución, así como facilitar la tarea a los Bancos de Alimentos para recibir y distribuir alimentos seguros y nutritivos que tienen mermada su calidad comercial, así como valorar la aplicación de medidas fiscales y/o incentivos económicos a la donación.
Es importante revisar en profundidad las normas de etiquetado que rigen el uso de “fecha de consumo preferente” y “fecha de caducidad” así como hacer un esfuerzo en capacitar a los consumidores en su correcta interpretación. La educación nutricional de la población, es clave para la sostenibilidad, la seguridad alimentaria y nutricional.
Promover el consumo de alimentos de proximidad ligados a los patrones de alimentación tradicionales, poniendo en valor la producción local y nacional, contribuiría de forma determinante a la reducción de pérdidas así como a un menor impacto de la alimentación en el medioambiente. Esto sería de gran importancia especialmente en el sector de las frutas y verduras.
Es importante monitorear los sistemas de producción, distribución y consumo para valorar la pérdida y desperdicio de frutas y verduras, y así determinar sus causas con el fin de poder tomar medidas correctoras.
Foto: Del Barrett on Unsplash