Por: Javier Franco Altamar
Tomar abundante líquido, ojalá agua pura en vez de gaseosas o jugos azucarados (no es buena idea darle oportunidades a la diabetes), usar ropa cómoda y fresca (la vanidad y la moda deben esperar) caminar bajo la sombra y cuidarse de no meterse al aire acondicionado a lo brusco (la tentación siempre está allí) son las recomendaciones que deben observarse en estos días de calor que, para muchos, debe de darle envidia al mismo Diablo.
Pero, en serio, es mejor cuidarse. Las autoridades de salud siguen insistiendo en un listado mínimo de cuidados y prevenciones:
Por ejemplo, los niños y adultos mayores, por ser los grupos de mayor riesgo, no deben estar expuestos a los rayos del sol. El astro rey (el mono celeste) brilla en todo su esplendor y puede generar afectaciones en el organismo, como quemaduras, por ejemplo.
Las personas mayores de 60 años deben estar al día con sus medicamentos, especialmente los tratamientos de hipertensión. Eso que llaman “soponcio” o “la pálida” está esperando la oportunidad para darse gusto. No hay que abrirles la puerta con un descuido de estos.
Si es absolutamente necesario para algunos, exponerse a los rayos del sol (vendedores ambulantes, domiciliarios, obreros, limpiadores de parabrisas, encuestadores, lectores de registros y medidores en las empresas de servicio, etc.) se recomienda que usen ropa con manga larga que cubra la mayor parte de la piel, así como también utilizar sombreros o gorras y hasta protector solar.
También es prudente tener muy en cuenta los cambios repentinos de temperaturas, de fuertes calores a bajas temperaturas por motivo de lluvias.
A las personas que realizan actividad laboral o física con exposición al sol se les recomienda estar pendientes si presentan de manera rápida cambios en su organismo, tales como sudoración intensa, presión arterial baja, fatiga, pulso débil y acelerado, vómitos, náuseas, dolor de cabeza, desmayo, mareo y calambres musculares.
Los conceptos médicos
En esos casos deben suspender las actividades que realizan, tomar un descanso, y buscar un lugar fresco donde protegerse de la alta canícula e hidratarse muy bien para frenar el decaimiento físico que genera la sudoración. Si los síntomas son persistentes, es recomendable acudir al médico para evitar mayores alteraciones en el organismo.
Para muchos, parece evidente que el calor de este año es peor que el anterior, pero en sana interpretación, no es más que un fenómeno cíclico relacionado con la temporada de lluvias, y que se acentúa por la ubicación de nuestra ciudad, con mar por un lado y río por el otro.
El calor, en efecto, no sólo es molestoso, sino que puede resultar mortal ante un descuido, “con mayores riesgos para la población hipertensa o para los cardiópatas”, asegura el médico Carlos Meza.
Él asegura que por lo menos el 10 por ciento de quienes sufren de tensión alta o tienen problemas del corazón, pueden presentar alguna perturbación por las altas temperaturas.
La más fuerte es el llamado ‘golpe de calor’ que, según el internista William Sánchez Rincones puede ocurrir a los 10 ó 15 minutos de la exposición al sol, luego de lo cual se genera un cuadro angustioso de aumento en la frecuencia cardíaca.
A eso se suma una dilatación de bronquios, el incremento de la acción compensatoria en sistema nervioso simpático, y el consecuente desmayo. Eso es lo que, de manera coloquial, se conocen como ‘la pálida’ en nuestra región
“Se trata de una patología que le puede dar a cualquier persona, independiente de si es hipertensa o diabética, aunque para alguien con estas desventajas, las consecuencias pueden ser peores”, señala Sánchez.
“A ese tipo de personas se les eleva la presión y se sofocan con facilidad. Entonces, el riesgo de sufrir un infarto es alto”, dice Carlos Meza.
Mejor dicho: con los calores tan fuertes de estos días, lo mejor es ser precavidos, sobre todo para quienes tienen problemas de tensión y de corazón. Los riesgos de una lesión cerebral están allí latentes.
Ambos médicos recuerdan que los puntos altos de calor son los del mediodía cuando el sol está pleno a lo alto, por lo que, si toca caminar, insiste el médico Sánchez Rincones, es mejor hacerlo por la sombra. Por fortuna, es relativamente sencillo ubicar senderos con árboles en Barranquilla
Si alguien comienza a sentirse mal por el calor, que se frene, se siente un momento bajo la sombra, y se refresque con lo primero que tenga a la mano.