La “semanita” que tuvo Junior con los árbitros es una completa alucinación. Tres partidos, tres horrores, y si bien el principal perjudicado es Junior, perdió 3 puntos (2 contra Millonarios, más 1 contra Once Caldas) e ir perdiendo la serie de cuartos de final de Copa Águila que definirá el miércoles su suerte. Eso sin contar la expulsión de Teo Gutiérrez que es, desde fuera, injustificada y que hace más grave todo.
Es un tema que hay que revisar con pinzas, porque tres horrores de esa manera son un despropósito para el fútbol moderno. Y no es cuestión que sea una persecución contra el equipo tiburón, que sigue la duda en el aire porque casualmente siempre en contra y nunca a favor, sino que habla muy mal de la federación, habla muy mal de la preparación de los árbitros, habla muy mal de la liga, habla muy mal de todos.
¿Por qué demoramos tanto en la implementación del VAR? La prueba de fuego fue el Mundial, quienes estaban dudosos de cómo funciona terminaron encantados. El VAR hoy por hoy no es un lujo, no es una añadidura más. El VAR es la búsqueda de la justicia, de la transparencia del juego, que sea lo más limpio posible y evitar quedar en ridículo cuando se presenten estos errores garrafales. El VAR es una necesidad para nuestro fútbol.
Y mientras todo se soluciona, Junior, por medio de sus redes sociales, adelantó que el presidente Antonio Char y Héctor Fabio Báez se reunirían con el presidente de la Dimayor, Jorge Enrique Vélez, para analizar la situación y buscarle la mejor solución, porque, cómo se le dice popularmente, se le están metiendo al rancho a Junior. Solamente toca esperar qué solución encuentran y que el partido frente Atlético Nacional se hable del buen fútbol y no de otro horror más.
