Por: Sergio Andrés Mächler
Los dirigidos por José Néstor Pékerman dieron un salto importante. Se impusieron 1-0 frente a una dificilísima selección senegalesa. 50 millones de colombianos con el corazón en la mano, expectantes de lo que ocurría en Samara, se llenaron de alegría cuando el serbio Mirorad Mazic dió el pitazo final. Un estadio que hizo recordar las tardes de gloria de la selección nacional en el Roberto Meléndez. Una marea amarilla se adueñó del quinto estadio más grande del campeonato.
En los papeles, Senegal se veía como una selección que podría complicar significativamente la clasificación de Colombia. No fue una hipótesis errada. Desde el inicio del encuentro, el técnico Aliou Cissé planificó el partido perfecto para nublarle las ideas a un seleccionado colombiano que por momentos se llenó de desesperación.
Foto: @FIFAWorldCup
Los africanos tenían claro que cuando no tuvieran la posesión del balón, se le tenían que tirar encima a los cafeteros y ganarles como sea con su potencia física. Matéus Uribe y Carlos Sanchéz fueron borrados totalmente en la primera etapa y por eso no les llegó la pelota clarita a Juan Fernando Quintero y James Rodríguez. Para colmo de males, al minuto 31, este último se resintió de su lesión en el aductor y tuvo que ser sustituido por el niño de Santo Tomás, Luis Fernando Muriel.
En el segundo tiempo, Colombia se mostró con más decisión que los senegaleses para llevarse el resultado. Quintero se echó el equipo al hombro y empezó a recibir el esférico desde atrás para transportarlo de manera precisa. La primera alegría para la tranquilidad del pueblo colombiano la regaló el polaco Jan Bednarek. En el minuto 59 logró vencer el pórtico japonés dejando a Colombia parcialmente clasificado en la segunda posición junto a los africanos.
La segunda y más significativa alegría la regaló el nacido en Guachené, Cauca. Colombia encontró una Mina de oro en el minuto 74. Un centro perfecto de Juan Fernando Quintero sacó a relucir la gran envergadura del defensa del Barcelona de España y con un cabezazo como dictan los manuales, al piso, venció a Khadim N´Diayé.
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Sadio Mané y sus compatriotas, luego del tanto en contra, salieron como unos leones a comerse a su presa. Sin embargo, se encontraron con un inspirado David Ospina que con un par de atajadas vitales dejó a Colombia de primera del grupo.
El 3 de Julio se jugará el encuentro que definirá quién pasará entre Colombia e Inglaterra. Un partido difícil, ya que el equipo inglés tiene grandes jugadores y que a su vez están acostumbrados a jugar este tipo de partidos de alta gama. La garra y el empuje que ha caracterizado a Colombia en estos últimos dos encuentros tendrá que brillar para soñar con un desempeño como el de hace cuatro años.
