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Por: Estefany Carballido

En épocas pasadas, ellos se fueron para Venezuela con la esperanza de encontrar un futuro mejor. En ese entonces, la economía colombiana no pasaba por su mejor momento.

Aunque la migración de colombianos hacia Venezuela inicio en la década de los 70’s, las cifras reportadas por el instituto nacional de estadística venezolano, INE, revelan que para el año 2011 el número de colombianos en el vecino país era de 721.800.

Hoy, las cosas han cambiado, el peso de las malas decisiones de los gobiernos ha perseguido y afectado a los colombianos residentes en Venezuela, por ello, muchos han tomado la decisión de retornar a su país natal. Colombia debería recibirlos con miles de oportunidades, pero aquí, según ellos, las cosas son a otro precio.

Erika Orozco de 42 años, vivía hace 20 en Caracas y tenía una estabilidad económica envidiable. El mayor de sus hijos estudiaba ingeniería en la Universidad Central y lo que pagaba por el semestre muy poco. Con la llegada al poder de Nicolás Maduro, las cosas comenzaron a cambiar. Hace un año llegaron a Barranquilla, de allí para acá, Erika no ha encontrado trabajo.

“Allá trabajaba en un almacén de zapatos, acá las oportunidades han sido esquivas. A pesa de ello, amo a Colombia, mi sentimiento por esta patria nunca se fue. Aunque ha sido difícil el cambio, en lo profundo estoy agradecida por que hay alimento y mi esposo ya se encuentra trabajando” relata.

En cuanto a los estudios de sus hijos, Erika añade que no ha sido fácil encontrarles cupo en la universidad pública pues su presupuesto no le alcanza para pagar una universidad privada. Hoy se encuentran estudiando una carrera técnica en el Sena.

Probablemente casos como los de Erika son variados, los colombianos que han regresado han hecho por la presión humanitaria que se vive el país vecino. En meses pasados, la oficina de atención al migrante de la cancillería, reportó que solo en el departamento del Atlántico se presentaron 38.191 casos de colombianos que han retornado desde el vecino país a los municipios y pueblos de la región.

El informe establece que el municipio con mayor número de colombianos repatriados es Sabanalarga, con unas 12.000 personas. Por su parte, en otros departamentos como Bolívar, Magdalena y Guajira la cifra conjunta es de aproximadamente 45.000.

Cabe señalar que el gobierno colombiano se encuentra diseñando políticas que promuevan la generación de empleo y nuevas oportunidades. Por supuesto, estas políticas de empleo deben establecer las pautas necesarias que determinen un buen nivel de competitividad, pues algunos colombianos que vivían en el país, estaban luchando también por mejores oportunidades laborales.

Hasta el momento, la Cancillería Colombiana, según lo informa en su portal web, ha brindado capacitación y emprendimiento para los colombianos deportados a través del SENA, acompañamiento para la reinserción laboral, ayuda psicosocial y apoyo en la búsqueda de familiares con los cuales se había perdido contacto. A pesar de los esfuerzos, muchos colombianos que han regresado se quejan, perciben que Colombia aún no termina por recibirlos con un total agrado.

El panorama no es alentador para los colombianos que aún quedan en Venezuela, parece que día a día 1 crisis se agudiza y ante ello no queda otra opción que regresar al país natal, a menos que quieran viajar a otro país.

Seguramente, en lo que resta de este año, y lo que viene del próximo, el éxodo de colombianos que dejaran Venezuela va a incrementar. Al plan retorno también se le suman algunos venezolanas, que según cifras de migración Colombia, a junio de este año entraron al país unos 263.331.

Las opiniones entre la ciudadanía colombiana están polarizadas, mientras unos no tienen ningún problema en que al país ingresen los colombianos que vivían en la nación bolivariana y los venezolanos que están escapando del régimen de Maduro, otros expresan su preocupación por la fuerte crisis humanitaria y social que puede desencadenar este fenómeno. Las condiciones están dadas y finalmente es el tiempo es quien tiene la última palabra. Lo cierto es que los que se fueron tienen derecho a regresar.

 

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