Por: Darling Jiménez Jiménez
En el marco del último informe de la comisión de la verdad, se llevó a cabo este lunes 19 de septiembre el conversatorio “Desafíos del informe de la comisión para el esclarecimiento de la verdad, la convivencia y la no repetición (CEV) para la región caribe”. Este espacio tuvo lugar en la Universidad del Norte para que estudiantes y profesores tuvieran la oportunidad de dialogar con coordinadores y ex comisionados del informe acerca de los desafíos que este ha presentado.
Las violaciones a los derechos humanos, las causas, el origen y desarrollo del conflicto armado y la trayectoria del mismo son algunos de los temas que se discutieron en el evento. “Nuestra metodología de intervención siempre fue escuchar, comprender y reconocer para luego transformar. Se partía de lo particular para llegar a conclusiones generales y a partir de la escucha construir patrones para analizar aquellos que una y otra vez se repetían.” Eduardo Porras, Ex Comisionado de Paz de la CEV.
La comisión escuchó cerca de treinta mil personas en el Caribe, tercera regional con mayor número de personas escuchadas. La región es protagonista en diversos apartados del informe, en el cual se exponen datos acerca de zonas como la Sierra Nevada, el sur de Córdoba, los Montes de María y San Andrés y Providencia. “Fueron más de 800 informes. De la región Caribe fueron aproximadamente setenta”, dijo Porras. Los aportes de la academia de las regiones sociales fueron una herramienta para trazar una ruta de investigación que sirvió para la construcción de la hipótesis del trabajo.
De la misma manera, Ana María Ferrer, coordinadora territorial del César y La Guajira de la CED, hizo énfasis sobre el desafío de la reconciliación en el caso del conflicto armado colombiano con respecto al trabajo de la comisión. “Son nueve millones de víctimas, son nueve millones de familias que detrás tienen una historia. La verdad es sólo una base para construir. Solamente si sabemos lo que ocurrió, podemos dar ese paso hacia la reparación que se requiere”. Para Ferrer hubo un gran avance en el diálogo, uno que permite que sacerdotes, víctimas, periodistas e incluso victimarios logren sentarse y hablar de lo sucedido.
La redacción de los nueve capítulos del informe fue pensada para la comprensión de las narraciones con respeto al conflicto. Los productos son contados a través de historias desde la posición de las víctimas, quienes relatan lo sucedido bajo el ideal de que sólo cuando se muestra la realidad desde la crudeza es cuando la sociedad entiende que el impacto del conflicto armado afecta al país.