Desde la cocina, con mucho amor

Por Gabriela Salah

La cocina fue su primer amor.

La conoció, observando a su abuela y luego a los doce años por su cuenta. Su conexión es tal, que hasta una pequeña cocina en un sótano fue nuestro punto de encuentro. Ni siquiera en su lugar de trabajo de hoy, el estadio Edgar Rentería, Claudia Arzuzar se separa del lugar donde nació su pasión.

Inscribir a cabezas de hogar en las inscripciones de Familias en Acción de la Alcaldía de Barranquilla contrastan con las tardes y noches cocinando dips, antipastos y pasabocas para Tasty, su negocio de alimentos, que la mantiene conectada con la creación de nuevos platos y recetas. Claudia está sentada, leyendo de un papel impreso la cédula de una mujer que tiene al frente, pero desearía estar preparando alguno de los varios platillos que conoce a la perfección.

Claudia también encontró otra pasión en la labor social, razón por la cual hoy ocupa el cargo de asistente de Gestión Social. Le tomó varios años enamorarse de su trabajo. Puntualmente, desde un 15 de enero de 2011, ha podido ver cómo los barranquilleros se han beneficiado de los programas de la Alcaldía. Claudia empezó trabajando en un punto de atención, pero pronto fue recomendada para trabajar con su actual jefa, María Eugenia Yunis, en el departamento de Gestión Social. María Eugenia cuenta que su decisión de contratar a Claudia partió de su carácter proactivo y recursivo, y sus habilidades administrativas y de organización.

Su jefa se sienta con nosotras en la pequeña cocina. Juntas están de acuerdo en que Claudia antes era una mujer muy tímida que hablaba muy poco, y que hoy es una persona completamente distinta. Las dos pelean de manera jocosa, ya que María piensa que Claudia está muy ocupada para encargarse de otro programa de la Alcaldía. Estas “peleas” son constantes, y hacen parte de la vibra que compone la oficina de Gestión Social, donde Claudia tiene a todos en orden, así como una chef con todos sus subordinados. Es muy ordenada con sus trabajos, Tasty siempre debe tener ingredientes naturales, todo fresco y de buena calidad; la oficina, por su parte, debe estar llena de personas honestas, capaces y jamás impuntuales, ya que la “saca de quicio”.

Aún con su mano fuerte, María Eugenia, que se declara fiel fanática de los platillos de Tasty, reconoce a Claudia como una pieza infaltable en la oficina y también, en su nevera.

Así pues, el camino para llegar a su presente fue largo. Al graduarse del colegio y expresar que quería ser cocinera, la Claudia de 15 años solo recibió críticas sobre su sueño. Claudia dice que, según su familia, cocinar era de “mucama”. Aun así, se formó en cocina en el SENA, y empezó sus prácticas en el restaurante italiano Nena Lela, donde se destacó en la cocina y en la administración del local. Mas tarde, sus pasiones dieron paso para que estudiara Hotelería y Turismo y comenzara a trabajar en distintos establecimientos.

Poco tiempo después, Claudia quedó embarazada de su hija Mayra, quien hoy tiene 15 años y está permanentemente en su muñeca izquierda, en tinta negra y letras cursivas. Convertirse en madre fue un tiempo difícil, ya que no estaba trabajando y nadie quería emplear una madre con una bebé de dos meses.

En medio de su búsqueda comenzó a trabajar en un almacén de ropa en el paseo Bolívar. No le importaba mucho su apariencia ni cómo se vestía y la ropa nunca la hizo sentir como la cocina, así que encontró una bendición con un nuevo trabajo en una escuela de cocina. Aunque su estadía fue corta, pudo mejorar sus habilidades en la cocina y volver a rodearse de su pasión. Después de todas estas vueltas, encontró su camino a la Alcaldía, donde por 11 años ha llenado sus oficinas de risas y de comida también.

Claudia sabe que algún día, su ciclo en la Alcaldía terminará. Al llegar ese momento, se dedicará por completo a su negocio. “Con el favor de Dios”, dice Claudia, cumplirá su sueño de tener un negocio familiar con su papá y su hermana, mezclando sus conocimientos y sus experiencias. Mientras tanto, trabaja los días de semana yendo a distintas localidades donde la lleva la Alcaldía. Sin embargo, los fines de semana están reservados para Tasty, pues el único lugar que la necesita es su cocina, su primer amor.