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Desigualdades de género: ¿por qué se espera que las mujeres se comporten como damas mientras los hombres deben ser fuertes? 

Por: Diara Garcia

Este breve escrito argumentativo tiene el propósito de explicar cómo la perspectiva de género puede convertirse en una fuente de legitimización, con relación a las prácticas de desigualdad e inequidad de género. 

Para comenzar, la perspectiva de género es una manera de posicionar y reconocer ciertos discursos que naturalizan las acciones de los hombres y las mujeres. Muchas veces puede fomentar la desigualdad o inequidad, ya sea para el trabajo, la educación, el entretenimiento etc. Por esto, se sostiene que no tener presente la perspectiva y las creencias que legitimizan la desigualdad de género, es un gran obstáculo para para fomentar la igualdad o equidad de género, lo que impide a su vez el desarrollo de potenciales para ambos géneros. Por lo tanto, es fundamental visibilizar estos matices y describir de qué modo la perspectiva y las creencias de género están implicados en la creación de estereotipos entre los géneros.  

Foto: Revista Espejo

Según Pallarés (2020) en las sociedades actuales prevalecen representaciones, con relación a la manera como se debe comportar los hombres y las mujeres. Esto se puede reflejar en la inclusión de las dimensiones de los poderes políticos y económicos, las posibilidades y los procedimientos para fomentar las habilidades cognitivas e intelectuales de las mujeres y las capacidades de socialización y afectividad entre los varones. Habitualmente, se cree que los “varones deben ser fuertes y dominar a las mujeres para fomentar la disciplina”, que “las mujeres deben permanecer en la casa cuidando y atendiendo a los niños (a) y realizando el aseo y la comida del hogar” o “los hombres no lloran y no se enamoran y las mujeres sí lo hacen”. Creencias o nociones como estas influyen sobre la manera como es incluida la mujer.  

Un claro ejemplo de lo anterior se puede observar en países como Irán, donde la participación de las mujeres en el ámbito político es muy escasa; o en Afganistán, la cual, desde que fue ocupada por los Talibanes, prohibieron el acceso de la mujer a la educación, al trabajo y los métodos anticonceptivos. Todo esto lo hacen porque desde el islam se valora con mucho énfasis el cuidado y la castidad femenina para protegerlas de las tentaciones mundanas. Los hombres por lo tanto son responsables de su cuidado y conducta (STRZELECKA, 2019).

Incluso, recientemente el caso de Masha Amini fue un claro ejemplo de cómo los estereotipos y las creencias de género influenciaron en su muerte. La joven fue acusada por la policía moral de ese país por no llevar el velo de manera adecuada, lo cual generó que fuera enviada a prisión y a campos de reeducación. Por esto, las mujeres buscan la manera de reivindicar sus derechos protestando frente al régimen que gobierna desde 1979.  

De la misma manera, según Chavarría (2020) la cultura occidental también promueve los estereotipos, las creencias y la perspectiva de género. Un claro ejemplo se puede observar en las industrias cinematográficas modernas, las cuales fomentan el estereotipo de que la mujer debe ser siempre bella, sensual, seductora y estar vestida con ropa provocador. Muchas veces promueve la creencia de que ellas están especializadas en ser acompañantes fieles, tiernas y comprensivas hacia el género masculino, la cual suele asignarse el rol de protagonista. Asimismo, se puede observar en el servicio militar, en donde se enfatiza a los hombres de que “nunca deben llorar”, “tolerar los insultos y las ordenes como manera de adquirir disciplina”, “soportar los maltratos como forma de afianzar el carácter”, entre otras. En estos contextos, la dureza forja el carácter del hombre. 

Así pues, a raíz de lo mencionado, se puede concluir que la perspectiva, las creencias y los estereotipos de género influyen sobre las prácticas de desigualdad e inequidad de género. Como se pudo reflexionar, las desigualdades de género vienen acompañadas de contenidos y estereotipos culturales, los cuales muchas veces promueven o no el acceso de la mujer hacia ciertos contextos, dependiendo del tipo de cultura. En las culturas musulmanas, como el caso de Irán y Afganistán, se evidencia desigualdades de género por influencias morales y religiosas, pero en la cultura occidental se promueve por influencia de las industrias comerciales, la cultura patriarcal del cristianismo y el catolicismo y los roles de género.

Este contenido fue supervisado por el periodista y docente Jorge Mario Sarmiento Figueroa, como parte de la estrategia pedagógica del curso de Argumentación Periodística.