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“Dios no llama a los preparados, sino que prepara a los que llama”: William Fiorillo

Por: Byron Zuñiga/ @byron_dzn

Hay jugadores de futbol que sin duda alguna quedaron en la retina de los hinchas por su calidad dentro de la cancha. William Fiorillo es de esos que marcaron un gran momento en el Fútbol Profesional Colombiano (FPC). Con participaciones en equipos como Junior, Atlético Nacional, Deportes Tolima, Atlético Huila, y Cúcuta Deportivo este jugador todavía es recordado por muchas personas por su buen juego y su forma de defender dentro de la cancha.

William José Fiorillo Gamero se define a sí mismo como una persona madura que ha tenido que pasar muchas circunstancias adversas en su vida, por ejemplo, el abandono de sus padres. Sin embargo, cuenta que conoció de Dios en 1993, cuando estaba en el Deportes Tolima, y se encontraba con su compañero de habitación Nelson Palomeque. William dice que él veía que su compañero se encerraba en el baño a orar y leer la Biblia, entonces empezó a tener curiosidad acerca de lo que él hacía, y fue así como pudo conocer de Cristo. En ese momento, William comenta que se convenció, pero que no se convirtió completamente sino hasta el año 1997. Todas esas circunstancias permitieron que William se apropiara de una frase que lo motivó a crecer más como persona: “Dios no llama a los preparados, sino que prepara a los que llama”.

Fiorillo nació en 1973 en el seno de una familia que no tenía recursos para cuidar de él, por lo tanto, accedieron a dejarlo con su abuela. Cuenta que desde niño estuvo relacionado con el fútbol gracias a que fue mascota del Junior de Barranquilla, equipo donde jugaba su tío, el goleador, Fernando Fiorillo. Fue ahí, donde tuvo la oportunidad de jugar y compartir con algunos jugadores del cuadro tiburón. Algunos de esos jugadores le mencionaban a su tío sobre la calidad que tenía con tan poca edad: “este muchacho tiene muy buena técnica. Será jugador de futbol”.

Luego, cuando comenzó su carrera futbolística era comparado con su tío, Fernando Fiorillo, quien fue, en su momento, un gran delantero del futbol colombiano y también el primer jugador en Junior en convertirse en médico profesional. William veía comentarios donde se referían a él no con su nombre personal, sino con el de su tío. “Con el tiempo entendí que lo que hizo mi tío fue muy grande, y que tenía que trabajar mucho para forjar mi propio nombre en el futbol”. Sin duda alguna, eso hizo que William tuviese una motivación extra, pues quería dejar su propio sello en el fútbol profesional.

Este muchacho tiene muy buena técnica, será jugador de futbol.

Sus habilidades no solamente eran dentro de la cancha, sino también fuera de ella. Cuando era niño, las personas quedaban sorprendidas por la madurez que tenía cuando hablaba. Esto él se lo atribuye al hecho de que su abuela, por su edad, no podía estar 100% pendiente, lo que hacía que William, en la calle escuchando conversaciones pudiese aprender muchas palabras que fueron aumentando su léxico. La madurez que este niño tenía cuando hablaba lo llevó a que un día en un restaurante, donde él pasaba sus ratos libres como todo niño inquieto, y además ayudaba a lavar platos, servir comida, etc. Pudo conocer a una familia que se interesó mucho en él, hasta el punto de darle regalos de vez en cuando. Luego de dos años, él dejó de saber acerca de esta familia.

Como jugador de fútbol, William tuvo buenos y malos momentos, pero él resalta mucho su nivel en 1995 cuando estaba siendo dirigido por Carlos ‘Piscis’ Restrepo. “Fue el momento de mayor éxtasis de mí carrera, por así decirlo. Tuve la oportunidad de jugar en 19 partidos más o menos, en un equipo donde estaban el ‘Pibe’ Valderrama”, Mackenzie, Valenciano, entre otros. Jugué en diferentes posiciones como lateral derecho e izquierdo, también como volante de marca. Lo mejor de ese año fue que quedamos campeones. Sin duda alguna, quedar campeón con el equipo de tu tierra te marca”.

Fue el momento de mayor éxtasis de mí carrera, por así decirlo. Tuve la oportunidad de jugar en 19 partidos más o menos, en un equipo donde estaban el “Pibe” Valderrama”, Mackenzie, Valenciano, entre otros.

  Tomado de Twitter, su red social: @WFiorillo

También tuvo más momentos importantes en su carrera como jugador. El soledeño puede darse el lujo de decir que jugó en Junior de Barranquilla y en el Atlético Nacional, donde también tuvo momentos únicos en su carrera. “En Nacional quedé campeón de la copa Merconorte, nos convertimos en el primer equipo colombiano que lograba dicha hazaña. Para mí eso representó un gran logro y algo que no olvidaré.”

Sin embargo, en la hinchada barranquillera no se ve con muy buenos ojos que un jugador costeño, o que haya pasado por el Junior, juegue para un equipo como Atlético Nacional por la fuerte rivalidad entre ambos conjuntos. William Fiorillo es de esos que tuvo que pasar por este escenario incomodo en su carrera, ya que, como buen profesional, él tenía que cumplir y jugar estos partidos. La ansiedad, el nerviosismo, las ganas de jugar bien para demostrarle a la directiva de Junior que debía volver, fueron sentimientos que estuvieron muy presentes en cada partido, no sólo vistiendo la camisa ‘verdolaga’, sino también con camisetas de otros equipos del fútbol colombiano. Sin embargo, en el 98, cuando jugaba para el Atlético Nacional entendió que era un tema de madurez, y se dio cuenta que ese era su trabajo y tenía que afrontar esa situación.

En medio de muchos insultos que recibía por los fanáticos de Junior, él afrontaba estos partidos complicados. Sin embargo, más allá de todas esas cosas que le gritaban desde la grada, William Fiorillo se queda con los buenos momentos que vivió en los partidos contra el equipo de su tierra.

En la actualidad, William Fiorillo tiene una pequeña escuela de fútbol, Club Deportivo Ilusión Naranja. La cual en momentos ha visto como este ex jugador ha dado sus pasos como director técnico, y donde también ha aprendido muchas cosas sobre enseñarle a muchachos sobre el deporte que él practicó.  En ella ha podido conseguir que varios de sus jugadores den el salto a equipos nacionales del futbol colombiano y también a equipos internacionales. Para él, eso no solamente ha representado un logro, sino que también ha podido inculcarles a sus jugadores la palabra de Dios, ese refrigerio que fue importante para que él trascendiera como persona y que hoy en día tengamos cada vez más, una mejor versión de ser humano de William Fiorillo. Porque de las cosas que más le gustan a este personaje es poder hablar y contar acerca de cómo Dios cambió su vida para bien.

William José Fiorillo Gamero es ese personaje que desde niño ha tenido grandes dificultades, pero cuando conoció a Dios, su vida dio un gran giro. Hoy en día, este personaje participa en un programa de radio, opina activamente sobre el Junior , tiene un equipo de futbol y en ocasiones comparte de la palabra de Dios a las personas que se encuentra en el camino. En las entrevistas le gusta dejar siempre un mensaje de aliento para las personas que están padeciendo alguna situación adversa. Sin duda alguna, William nos enseña a ver las adversidades con un propósito y como una preparación de parte de Dios. “Mientras que yo sufría, Dios estaba trabajando en mí”.

Mientras que yo sufría, Dios estaba trabajando en mí.

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