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Por: Sofia Munevar y Brianda Jimenez.

Conozca los perfiles de Cristina Isabel, de atletismo, y Alfonso Hijuelos, de baloncesto, quienes participan como deportistas en esta edición de las Olimpiadas Deportivas Uninorte 2017. 

Cristina Isabel: una atleta admirable

Cristina Isabel Suárez Guzmán es un ejemplo de superación y perseverancia. Para ella no existen límites, pues su condición de discapacidad no le impide lograr todo lo que se propone.

La barranquillera padece una encefalopatía no especificada que afecta su sistema motor producto de sus altos niveles de bilirrubina y su nacimiento prematuro. Su condición no es notoria a primera vista. Ella puede estar de pie o sentada con las piernas cruzadas y no hay ningún indicio de que sea una joven en condición de discapacidad. Sin embargo, al momento de empezar a caminar se puede notar que Cristina marcha un poco diferente.

Ella lleva una vida normal como cualquier joven de su edad. Todos los días, sin ayuda de nadie, se monta en el bus que la lleva a la Universidad del Norte donde cursa segundo semestre de psicología y practica el deporte que más le gusta: el atletismo.

Este deporte no es excluyente. Las personas con algún tipo de discapacidad como Cristina pueden practicarlo sin problema. “En primer lugar, se mide el rango de la discapacidad para poder clasificarnos en una liga en la que podamos encontrarnos en igualdad de condiciones con personas que tengan una discapacidad parecida y ahí sí escoger si se practicará atletismo de pista o de campo. Las personas que están en silla de ruedas, lo practican lanzando jabalinas con sus brazos y los de campo, pueden hacerlo corriendo 100 o 200 metros”, explica Cristina.

Para ella, fue uno de esos procesos que se viven intensa pero difícilmente. Aunque al principio sintió miedo, la ayuda de su entrenador fue indispensable: “Cada vez que yo me caía él no me ayudaba a levantarme, me decía que tenía que aprender sola, y que entre más veces me cayera, más rápido aprendía”, recuerda. El miedo de su familia por su seguridad era otro factor que se cruzaba entre los sueños de Cristina, pues ellos pensaban que practicar atletismo era imposible para una persona con discapacidad. Sin embargo, ella fue perseverante y nunca se mostró insegura. Ahora, su familia ha  transformado su mentalidad y aprendieron que la discapacidad no debería ser una barrera.

Además de convertirse en una gestora de la inclusión, tiene entre sus planes seguir con su carrera para comprender la mente del ser humano y mostrar historias que generen cambios en la sociedad. Con su deporte, quiere auto-entrenarse para mantenerse saludable y así, día tras día, mejorar su marcha al caminar. Sueña con un mundo más incluyente y equitativo en el cual no existan barreras para las personas con discapacidad. Cristina Isabel no desea otra cosa que un mundo donde quepamos todos.

Un “Capi” ejemplar

 Alfonso Hijuelos, más que el capitán de Ingeniería Mecánica, es un líder nato. Su gran sentido de compromiso con el equipo lo ha llevado a ser una de las figuras del torneo de baloncesto masculino. El trabajo en grupo y su vozarrón de aliento han hecho que Mecánica gane todo. Además, Hijuelos ya lleva 38 puntos anotados.

Con 8 puntos en el primer partido contra Ingeniería Industrial, 10 contra Sistemas y 20 contra Civil, “Poncho”, como es llamado por sus amigos, logró anotar una suma de 38 puntos a favor de su equipo. Sin duda, sus canastas fueron un gran resorte para que Ingeniería Mecánica lograra pasar invicto a las semifinales del torneo de baloncesto masculino, con todos los partidos ganados.

Es su primer año como capitán del equipo de Mecánica, después de destacarse en la participación de 4 Olimpiadas Deportivas desde el 2013, el profesor de Ingeniería Mecánica, Julián Yepes, escogió a Hijuelos como capitán del equipo. Yepes logró ver en Alfonso la experiencia que tenía en la cancha y su gran trayectoria como jugador del equipo de Mecánica, donde el Capi actualmente cursa octavo semestre.

 

“Como Capi de Mecánica trato de que todos se sientan parte del equipo, que estén felices de estar en él”, afirma Hijuelos.

 

El baloncesto lo enamoró. Desde sus 6 años ha estado inmerso en el mundo del dtribling y las canastas. Sus padres decidieron matricularlo en la Academia de Baloncesto Los Cachorros de Barranquilla. A partir de allí, han sido 15 años en los que el deporte le ha traído experiencias gratificantes: viajes por el país, torneos, conocer gente nueva y alegrías, con la Selección Atlántico y la de Uninorte.

Alfonso es todo un líder. Para él lo más importante es el juego en equipo. En cada pausa de los periodos, es común escuchar al “Capi” preguntar a sus compañeros si se encuentran bien y los alienta, e incluso les da unos cuantos “jalones de orejas” para que estén concentrados en el juego. “Ser un líder es darle ánimo al equipo, decir las palabras adecuadas en el momento preciso. Por eso trato de animar a los muchachos con el buen ejemplo al jugar bien, y de mantenerlos concentrados”, expresa Alfonso.

Hijuelos se divierte cada vez que sale a la cancha. Cuando lidera a su equipo en el terreno de juego solo piensa en darlo todo y en disfrutar del partido. La gran comitiva que tiene el equipo de Mecánica también es un verdadero apoyo. Incluso, el pasado miércoles 13, durante el tercer periodo del partido contra Ingeniería Civil, el equipo se veía decaído y Alfonso se sentía cansado.

Sin embargo, la tribuna le devolvió el aliento. La barra empezó a gritar con más fuerza: “¡Mecánica!”, y fue entonces cuando Alfonso vio un cartel que decía “Vamos Capi”. Desde la tribuna su amiga Ashley Díaz le daba el aliento que necesitaba. Leyó y recuperó la energía. Anotó 20 de los 40 puntos que hizo el equipo. Derrotaron 40 a 32 a Civil.

 

Alfonso le atribuye las victorias del equipo al trabajo en grupo, al compañerismo que hay entre ellos y al apoyo mutuo, pues dice sonriendo: “todos han puesto su granito de arena”.

 

Hijuelos se define como una persona alegre, mamadora de gallo, pero a la vez serio, comprometido y responsable. “Como jugador siempre me he visto como un líder, me respetan mucho en la cancha y hasta tienen un poco de temor cuando voy adelante con toda”, dice orgulloso.

Su propósito al jugar en las Olimpiadas Deportivas 2017 es que su equipo quede campeón y así dejar su huella en Uninorte. Desea que el nombre de Alfonso Hijuelos retumbe por los pasillos de la Universidad. Que los rincones uninorteños sepan de su liderazgo y de sus canastas legendarias.

El próximo paso para Alfonso y su equipo de basquetbolistas en estas Olimpiadas Deportivas es ganar el torneo de baloncesto 2017. Sin duda alguna, buscan la revancha después de haber quedado como subcampeones el año pasado, cuando Psicología les aplicó la terapia de la derrota. El lunes 25 se definieron las semifinales y fue el turno de Ingeniería Mecánica para competir con Electrónica. El equipo de uniformes morados dio todo en la cancha, alentados con la mejor actitud del “Capi”, quien portó el número 23 en su espalda y dio todo su potencial para mirar de frente la medalla dorada, pero por este año sus sueños se vieron truncados: el resultado final fue de 22-18 a favor de los ingenieros electrónicos. Sin embargo, Alfonso dejó su huella, anotando 7 puntos en el primer cuarto del partido. El ‘Capi’, por supuesto, seguirá buscando su revancha hasta conseguir su sueño: liderar su equipo hacia la victoria.

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