Por: Yoleidys Moreno
La segunda jornada del evento “The role of media in conflict and peace” estuvo marcada por la mirada hacia el posacuerdo desde la educación y la comunicación.
Sergio De Zubiría, profesor de filosofía de la Universidad de los Andes, abrió el debate aclarando que debemos emplear el término “posacuerdo” en lugar de “posconflicto” para nombrar la etapa que estamos viviendo del proceso de paz.
Esto con el fin de mentalizarnos en que este no es un conflicto interminable y que estamos avanzando en el camino a la paz.
De Zubiría fue partícipe de la Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas, conformada en el año 2014 con el fin de responder a ciertos interrogantes planteados durante el proceso de paz y que permitieran la correcta comprensión de la magnitud del conflicto.
Uno de estos se refirió a las causas y orígenes del conflicto, para lo cual De Zubiría formuló tres épocas claves del siglo XX: hacia los años 30 con la modernización capitalista, los años 50 y 60 con el fenómeno de La Violencia y los años 80 con el desarrollo del narcotráfico.
Otro interrogante fue los factores que han perpetuado el conflicto. Estos se sitúan tanto en el pueblo como en el Estado, con orígenes apropiados del bipartidismo y de aquella necesidad de odiar y eliminar al bando contrario.
Además del uso reiterativo de la violencia por parte del Estado como una forma de controlar y eliminar los conflictos.
Para De Zubiría existe un miedo a las reformas arraigado en el temor al pueblo y a la alteración del orden, además de una democracia deficiente llena de formalidades que en el fondo resulta fascista y clasista. Todos estos factores alineados se convierten en obstáculos para el desarrollo del proceso y el posacuerdo.
Óscar Sánchez, coordinador nacional de Educapaz, también participó en el debate tomando como eje la importancia de la educación para la paz, en especial, la educación rural en zonas que han sido vulneradas por el conflicto.
“El acuerdo no es la paz” expresó Sánchez, para recordarnos que la paz no es producto de un acuerdo sino que debe construirse día a día.
Con este fin nace Educapaz, un proyecto que usa la pedagogía y el aprendizaje como base para construir paz, apuntando a comunidades vulnerables en diferentes zonas del país.
Sánchez hizo una reflexión sobre la cultura de la violencia que impera en Colombia, la cual ha sido construida por años y llevada de generación en generación.
“La cultura es más poderosa que la educación” resaltó, concluyendo que se debe combatir a la violencia con una nueva cultura que retome los valores perdidos en estos años de guerra.
Álvaro García, director de comunicaciones de la Presidencia de la República, comentó acerca de las acciones que se han tomado en materia comunicativa durante la presidencia de Iván Duque.
García aseguró que Iván Duque se encuentra comprometido con el proceso de paz, lo que se ha malinterpretado desde un inicio.
Para los asistentes y demás ponentes, la posición del presidente no ha sido aclarada y los colombianos creen que el mandatario pretende acabar con los acuerdos, a lo que García reiteró que es todo lo contrario.
Según García, Iván Duque es el mayor interesado en que los acuerdos se efectúen. Sin embargo, lo que ha causado molestia y pesimismo en los colombianos es que consideran que las objeciones puestas por el mandatario son una forma de terminar con el proceso, pero en realidad ha sido la manera del presidente para expresar su desacuerdo con algunos puntos.
García comentó que la firma de los acuerdos trajo consigo altas expectativas de una paz inmediata, lo cual no ha sucedido ya que el proceso requiere de tiempo y cooperación de la sociedad en general.
El problema puntual que atrajo al debate fue cuando García habló sobre lo que se ha hecho desde la presidencia para promover la paz y la reinserción de ex guerrilleros.
Los proyectos que nombró no son, en su mayoría, de conocimiento público y esto conlleva a que los colombianos sientan decepción y pesimismo frente al proceso de paz.
Al final de las intervenciones se abrió el espacio para preguntas donde surgió una inquietud global: ¿Por qué a los colombianos no les ha llegado el mensaje correcto sobre la postura del presidente Iván Duque acerca de la paz?
Entre las causas nombradas estuvieron la tergiversación de los mensajes causada por el ruido que provoca la polarización en Colombia, la falta de conectividad y acceso a medios donde los colombianos estén enterados de los proyectos y posturas de la presidencia, entre otras hipótesis.
Como conclusión del debate todos estuvieron de acuerdo en que la paz es una construcción social en la que todos debemos aportar y que la educación y la cultura son medios efectivos para propiciar el diálogo y empezar a erradicar las soluciones violentas a los conflictos.