Foto: Mi Huella Azul Uninorte
El acoso callejero no es sinónimo de galantería. Es un problema real que necesita ser atendido. La mujer debe ser libre de caminar por donde quiera y vestir como guste, sin recibir comentarios machistas que le causen temor e incomodidad. Algunas campañas e iniciativas proponen solucionar esta problemática.
El acosador se respalda en que un “piropo” es algo inofensivo, tradicional y folclórico. No se percata del daño psicológico y el miedo que le causa a la víctima.
Las mujeres evitan los espacios donde las miren de forma morbosa, les lancen silbidos, piropos, gestos o comentarios obscenos. Eluden persecuciones, manoseos, masturbación, exhibicionismo, fotografías y grabaciones del cuerpo no consentidas, y con connotación sexual. No transitan en el espacio público con tranquilidad.
Si bien se han obtenido logros significativos en relación a los derechos de la mujer, la inequidad de género sigue constituyendo un freno para el desarrollo humano. Este fenómeno está arraigado fuertemente en los países de América Latina. Por tal razón, se creó #NOESMICULTURA, la campaña latinoamericana contra el acoso sexual callejero. En la cual participan la red de observatorios contra el acoso callejero de Colombia, Chile, Uruguay, Guatemala, Bolivia y Costa Rica.
No se puede seguir naturalizando el acoso callejero, no hace parte de la cultura de una sociedad. Es una forma de violencia sexual y de género, y debe ser erradicada.
El espacio público es de todos. ¿Por qué la mujer debe vestirse y comportarse de determinada forma cuando circula en espacios públicos, mientras el hombre puede caminar con tranquilidad por donde quiera y vestir como se le dé la gana? Es importante combatir las desigualdades de poder entre hombres y mujeres, y seguir alzando las voces hasta que se creen sanciones contra la violencia sexual en el espacio público.
No basta con sensibilizarse: es importante participar y aportar granos de arena para generar cambios. La Universidad del Norte brinda esa herramienta a través de su iniciativa #MiHuellaAzul, nombre que tendrá el festival que se realizará el 22 de octubre del 2017 en la plaza de la paz. Se llevarán a cabo actividades y prácticas artísticas que reflejen la problemática del acoso sexual callejero, para así llamar la atención de la sociedad a una problemática de la que no se habla tanto como lo amerita.
Comentarios como “la violó porque llevaba la falda corta”,” tiene un escote, entonces quiere llamar la atención de los hombres”, “si camina de esa forma, es porque quiere que le digan un piropo o quien sabe que más” son algunas de las muestras de cuán arraigadas están las ideas alrededor del acoso, normalizándolo. Las mujeres no quieren nada de eso, solo buscan respeto y equidad. El acoso atenta contra la libertad de la mujer y la convierte en objeto.
La mujer no es un símbolo sexual y debe exigir su derecho a caminar con libertad, sintiéndose segura y respetada. #noalacosocallejero.