Por: Leonardo Consuegra
Desde que jugaba a las comparsas con sus amigas de barrio, Enrique sabía a qué se quería dedicar.
“Yo me levanto todos los días a las 6 de la mañana”, dice. “Desde hace años mis despertares son a esa hora, acompañados de un buen tinto y mi desayuno. Salgo al gimnasio, para después ponerme a trabajar en mis vestidos”.
Enrique Chung, bailarín y diseñador, estudió Ingeniería de Sistemas pero trabaja en el mundo del Carnaval hace 7 años. Actualmente, Chung hace los vestidos para la agrupación Carioca. Además, tiene una escuela de baile en Soledad que lleva su nombre, donde dirige una comparsa infantil llamada Juvenil Diamonds.
Sentado en el patio, con el piso rojo, muy tradicional de las viejas casas de la costa, palitos de matarraton y de mango, Enrique muestra un vestido “Mira”, dice, “este fue el primer vestido que hice para la comparsa Carioca”.
Fue una buena forma de romper el hielo. Al ver el vestido de color rojo con piedras doradas, que eran de los inicios en su comparsa, se me hizo interesante, pero más que querer saber eso, quería saber cómo fueron sus inicios en este arte.
¿Cuáles fueron las primeras prendas que hiciste o arreglaste? ¿Quién te enseñó? Pregunté.
“Empecé a los 12 años” dijo.
“Me enseñó mi mamá” prosiguió, “yo al principio solo quería tener mis jeans más tubitos o que la manga de la camisa me quedara apretada”. Allí, Chung no pensaba que a eso se iba dedicar y que lo amaría tanto.
¿Cuándo decidiste que querías vivir de esto y no de tu carrera universitaria? Mencioné mi duda.
“Cuando comencé mi carrera como bailarín”, manifestó, asegurando que de allí también vino el querer inspirar mediante sus vestidos. Chung asegura que le va mejor como diseñador que como ingeniero.
¿Alguna piedra en tu camino? Puede ser una persona o un hecho en sí.
“Mi papá se decepcionó mucho cuando le dije lo que quería y dejó de pagarme la universidad. Fue muy triste para mí pero a veces hay que demostrar primero de lo que somos capaces”.
Paradójicamente, ahora es una de las personas que más le apoya, siendo una pieza esencial para abrir su escuela en el año 2015.
¿Cuál ha sido el vestido más importante que hiciste? Pregunto.
“Todos son importantes, pero recuerdo uno hace poco que hice para Andrea Valdiri”
El gran día
El pasado 21 de enero, Enrique aún no terminaba el vestido para el nuevo video de Andrea Valdiri, una mujer que se ha metido poco a poco entre las personas más conocidas de Barranquilla. Enrique sabía que este vestido tenía que ser la mejor o una de sus mejores obras.
Sudor corriendo por su frente y el tiempo en su contra, no le ayudaban a mejorar su ansiedad, pero cuando le terminó los detalles al vestido dorado, salió de su taller en Soledad con rumbo al Hotel Punta Diamante en Barranquilla.
Al llegar, un ambiente de tensión se sentía. Muchas cámaras, luces, personas corriendo, todo esto contagió a Enrique. Cuando vio a Valdiri, le dio su vestido y una vez que pudo admirarlo sobre su cuerpo, aún dudaba de la belleza de su creación.
Pero no fue hasta que empezó el rodaje que todos los demás integrantes del set admiraron su vestido que Enrique se dio cuenta que, a veces, valoramos poco lo que hacemos pero otros sí.
Allí también se dio cuenta que, aunque esta vez no fue la estrella, esta no brillaría de la misma forma sin él.
Acompaño a Enrique a su taller próximo a despedirme de él, antes le pregunto “Enrique, cuando no desfilas, ¿cómo es el momento antes de que salga la comparsa con tus vestidos?”
Él responde: “hay mucha tensión en el momento, todos queremos dar la mejor impresión, pero la vida es como el vallenato este que dice: cuando estoy en la parranda, no me acuerdo de la muerte… Bueno, este es un amor que en ocasiones me agobia, pero me divierte”.
