Por: Alejandra Campo Sulvarán
Entre danzas y alegría, bajo el inclemente sol de la vía 40, bailaba cumbia El Conde Drácula. Una especial imagen para los espectadores internacionales que sintonizaban la Batalla de Flores, por primera vez, en la televisión. Ernesto McCausland inmortaliza el Carnaval de Barranquilla en una película inspirada directamente en la realidad, la cual, años atrás, plasmó en una crónica periodística sobre aquel hombre al que lo consumió su disfraz de Drácula.
La película, El Último Carnaval (1998), nos plantea un escenario que borra las divisiones entre la fantasía y la realidad mostrándonos, más allá de un traje, una historia de obsesión y dolor en el marco de un carnaval que poco es representado en el séptimo arte. Aquí ese carnaval tiene un papel muy importante porque su alegría, diversión y color contrasta impecablemente con la oscuridad, maldad y terror que inspira el personaje de Drácula. De esta idea podemos considerar, además de los contrastes, la similitud que existe entre los dos entes, que se unen por el misterio que orbita a su alrededor. Drácula: esa naturaleza fría y siniestra que llena de misterio su figura en cualquier lugar del mundo. El Carnaval: esa fuerte y desbordante energía transformadora que únicamente puede ser comprendida desde un intenso vínculo, un misterio para aquellos corazones carentes de folclor costeño.
Con su largometraje, McCausland nos hace reflexionar sobre la historia de Baldomero Gómez, que quedó atrapado física y mentalmente dentro de un personaje, por la avaricia de ser reconocido por el mundo entero como el mejor Conde Drácula.
Hasta en transilvania van a saber que el mejor drácula está aquí, en barranquilla”.
Baldomero Gomez, El último carnaval
Un punto que resaltar es el mensaje que deja el momento tan emotivo en el que Baldomero se quita el disfraz después de tocar fondo, porque nos enseña que tenemos que soltar lo que nos hace daño así ese acto nos haga (momentáneamente) más daño. Nos enseña que la liberación va de la mano del dolor, así como la vida va de la mano de la muerte.
Para algunos mayores, esta película es considerada una joya audiovisual. Para algunos jóvenes, es un simple filme. Para mí, es una obra cultural que encapsula lo que en algún momento fue el Carnaval de Barranquilla, en la que nuestra historia como barranquilleros quedará inmortalizada no solo para nosotros, sino para el mundo entero.
Link a la película: https://www.youtube.com/watch?v=1ioe2p_m6DM
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Lidis Campo
Tal como lo describe la escritora es interesante la trama de la película que muestra una cultura ampliamente reconocida como es el carnaval de Barranquilla…en este personaje que parece inmortal…me gustó…
Adolfo ahumada sulvaran
Excelente retrato de la vida en sueños tomado de las andanzas costumbrista del ser humano en versión barranquillera, su diversión y desenfreno a pesar del dolor y de la muerte. El carnaval del mundo engaña tanto que la vida son breves nascaradas …. nos enseñó el garrik de Juan de Dios Peza. Muy bien Alejandra 👍