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Por: Jorge Andrés Campo Bernal *

El Estado colombiano está matando civiles por protestar. Las cosas como son, sin palabras que disimulen la barbarie vivida en Colombia en este momento por un Estado que no escucha a su pueblo, lo persigue y lo acribilla.

En Colombia la fuerza pública está masacrando a quienes participan de las protestas por las múltiples reformas que el gobierno está tramitando y que en su mayoría afectan a la clase media y baja. La orden del gobierno ha sido clara, militarizar las ciudades como si existiera una guerra entre gobierno y civiles, contando incluso con un expresidente que pide el uso de las armas por parte de soldados y policías.

La solución planteada por el Estado ante los problemas de la sociedad es disparar indiscriminadamente, dar bala, a los civiles que no estén de acuerdo con sus decisiones y se atrevan a pronunciarse ante las injusticias de un gobierno que se está convirtiendo en ASESINO de decenas de colombianos, incluyendo menores de edad, durante las marchas.

Estamos claramente ante un gobierno que, en lugar de buscar soluciones ante los problemas de una sociedad colombiana, cada vez más maltratada por la clase política colombiana, busca callarla y actuar como si nada ocurriera.

“¿De qué me hablas, viejo?” se refirió el presidente cuando se le preguntó por el bombardeo realizado por el ejército donde murieron 8 MENORES DE EDAD en 2019. Esta frase parece ser la que mejor describe lo que han sido estos eternos 2 años y 9 meses de gobierno de Iván Duque Márquez, el presidente que prefirió atacar al pueblo en lugar de servirle y escucharlo.

Desde el 28 de abril, los colombianos han marchado y protestado, en una mayoría casi absoluta, pacíficamente pidiendo condiciones más justas y dignas para la vida en Colombia y han sido recibidos por la fuerza pública (esa misma que debería estar para defenderlos y protegerlos) con golpes, gases lacrimógenos, bombas aturdidoras, balas de goma, siendo apuntados indiscriminadamente y con disparos que han asesinado colombianos.

En Colombia hasta este momento se han registrado múltiples asesinatos, persecución a quienes marchan, civiles procesados de forma ilegal, personas desaparecidas por horas luego de ser capturadas, violación, todas estas acciones ejecutadas por miembros de la fuerza pública que incluso esconden sus números de identificación para no ser reconocidos ante las denuncias. Acciones que violan los derechos humanos y son similares a las realizadas por dictaduras como la de Augusto Pinochet en Chile.

Más de 50.000 personas presenciamos en vivo como el Estado asesino a Nicolás Guerrero. A diario salen videos de más y más ciudadanos, civiles desarmados, recibiendo disparos directo al cuerpo por parte de la fuerza pública. Dolor de patria generan estos videos donde los ciudadanos son víctimas de un gobierno que a diario demuestra lo incapaz que es de defender a sus ciudadanos.

El dolor de la madre de Santiago Andrés Murillo, joven de 19 años asesinado por un agente del ESMAD, es el dolor de una madre que perdió a su hijo por no estar de acuerdo con el gobierno de este país. Es el dolor de muchas madres que han visto salir a sus hijos a protestar y que no volverán por ser asesinados mientras ejercen su legítimo derecho a la protesta.

Colombia, ese país donde el pueblo pasa hambre, un alto porcentaje de familias no logran tener las 3 comidas al día y el gobierno plantea poner impuesto a productos de la canasta básica familiar. Colombia, donde el gobierno, durante la pandemia por COVID-19, tiene mayor asignación presupuestal en el sector de Defensa y Policía que en Salud Pública.

Colombia, ese país donde a su mandatario se le pidió retirar la reforma tributaria desde semanas atrás, y aun así prefirió ver al pueblo volcado en las calles, exponiéndose a una pandemia, antes que quitarla. Por si fuera poco, después de que las protestas iniciaran el 28 de abril, esperó 5 días, disturbios, enfrentamientos y muertos para tomar la decisión de retirarla. No la retiró porque el pensara que era lo correcto. La retiró al sentirse acorralado por la gran pérdida de apoyo y el rechazo de sectores políticos, Sectores políticos que incluso la impulsaron, pero que a última hora decidieron no apoyarla para queda como salvadores. No lo hizo porque fuera lo correcto para el pueblo, como lo haría un mandatario que conoce la situación de su país.

Si un pueblo protesta y marcha en medio de una pandemia es porque su gobierno es peor que un virus. Colombia entendió lo que en algún momento dijo Jorge Eliécer Gaitán, “el pueblo es superior a sus dirigentes”.

*El contenido de este artículo corresponde a una opinión personal de su autor, y no constituye ni compromete la posición institucional de la Universidad del Norte ni de ninguna otra de sus instancias.

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