Por Sebastián Pérez Obezo.
Adolfo Meisel Roca, rector de la Universidad del Norte, atribuye a muchos de los problemas más latentes en la sociedad caribeña el rezago y la incapacidad a la hora de encontrar líderes, oriundos de esta región, que vayan en pro de ocupar los puestos más importantes en la conducción del país. Entender cómo se originan aquellos problemas, repasar datos y mucha historia económica de esta y todas las regiones del país, resulta oportuno e importante a la hora de las conversaciones que él, Meisel, bien considera importantes para la construcción de líderes con ánimos de intentar enlodarse y opinar sobre esos temas que nos competen a todos y apropiarse de las discusiones más sentidas de Colombia.
He aquí entonces la importancia de su “librito”, como bien lo llama él: El liderazgo y el futuro del Caribe colombiano. Una investigación fascinante enredada entre muchos datos e historia económica de la Región Caribe. Adolfo Meisel cuenta con datos, tablas, experiencias y mucho conocimiento el largo y ancho de la historia de esta parte del país. Responde las preguntas más palpables en las calles del Caribe y otras que nunca, quizás, hubiésemos llegado a preguntarnos.
Con su renombrado nombre nos da cátedras con ánimos de entender y saber los problemas que inundan a la región; El propósito, dar con ellos y, aún más importante, apropiarnos del conocimiento para resolver las necesidades de los caribeños. Una mirada al por qué de la incapacidad de liderar puestos importantes que vaya en el camino del crecimiento en todos los ámbitos de la región Caribe.
“Desde los inicios de la república, como lo han mostrado varios historiadores, las relaciones entre la región Caribe y el resto de la nación colombiana han sido de tensiones y desencuentros. El clímax de esos conflictos se vivió en 1903, cuando uno de los tres departamentos costeños de la época, Panamá, declaró su independencia absoluta de Colombia”. Adolfo Meisel Roca en El liderazgo y el futuro del Caribe colombiano.
Entrando en materia, usted en 2018 pública un libro titulado el liderazgo y el futuro del Caribe colombiano. Grosso modo el tema central que usted bien expresa en el libro es la gran importancia que tiene la región Caribe de cara a elegir a quienes a lo largo de la historia han gobernado Colombia, pero por la otra parte la gran in-eficiencia que tiene esta misma región a la hora de encontrar líderes, oriundos de esta misma región, que vayan en pro de ocupar esos puestos más importantes en la dirección de Colombia. ¿Ha cambiado esa perspectiva o continuamos siendo esa región con un gran peso electoral, pero tan deficiente a la hora de gobernar? Yo creo que si algo hemos empeorado, primero que toda la investigación, realmente es algo más modesto que un libro, yo diría que es un “librito”. Ahí me he dado a la reflexión de por qué la costa no ha tenido el peso, que pensaría uno, puede tener de acuerdo a su peso en la población nacional, a su importancia económica y de acuerdo a su papel definitivo presidenciales recientes.
Desde 1894 ningún ciudadano oriundo de la región Caribe es elegido presidente de Colombia. Hoy el elegido presidente Gustavo Petro, mediante su discurso en campaña ha mencionado, en distintas ocasiones, que es oriundo de la región Caribe, ¿usted lo metería en esa lista de presidentes oriundos de la región? No sé si oriundo, eso corresponderá a la evidencia, pero para efecto práctico, es una persona cuyo desarrollo intelectual y político ha sido siempre en el centro del país.
¿Cómo entender que somos esa región con un índice alto de pobreza, pero al mismo tiempo tan elegir a quiénes gobiernan el país? Bueno, lo que pasa es que en la democracia un ciudadano es un voto y no se pondera, digamos si una región tiene mucho ingreso o tiene bajo ingreso, si no que de cualquier ciudadano cuesta igual en todo el territorio, como debe ser. Dicho esto, no todas las regiones pesan igual, porque si hay una región que tiene recursos de todo tipo y hay alguna región que tiene menos recursos, en el largo plazo, va a tender a dominar la región que tenga más recursos.
“El café conductor de Colombia le entregó el poder a los antioqueños”. Hoy el café no es tan importante como si lo fue en su momento y sí lo es el carbón y el petróleo. Aquí en la región Caribe, en La Guajira, está el Cerrejón, pero no se ve esa relación que se vio en su momento con Antioquia, ¿qué sucede allí? Ahí hay una diferencia cualitativa, los recursos del café eran de los agricultores, de quién sembraba el café, entonces esos recursos les llegaban a ellos. El caso de los recursos naturales, como el carbón y el petróleo, lo explota una multinacional que tiene unas utilidades que saca del país, porque esa es su finalidad como inversión extranjera y los recursos, por lo tanto, no se quedan aquí. Y dos, el recurso en sí es propiedad de la nación, entonces al valorizarse ese carbón no se enriquece un sector de la población sino el mismo estado.
Usted atribuye a la ganadería extensiva algo que ha perjudicado a la economía del Caribe. ¿Cómo entender que en el momento en el que la región decide empezar ese camino en la ganadería hace más mal que bien a su misma economía? Bueno, son dos cosas, yo lo que digo en ensayo que escribí sobre la enfermedad holandesa y el desarrollo económico del Caribe colombiano, hay un artículo que se llama: ¿Por qué perdió la costa caribe el siglo XX?, y un libro mío lleva ese título, es que Colombia en el siglo XX se vuelve un país exportador de café, eso hace que los demás sectores productivos pierdan competitividad, entre esas las exportaciones de la costa y eso es lo que se conoce como la enfermedad holandesa. Esa enfermedad holandesa perjudicó el Caribe colombiano porque la taza de cambio se volvió más baja en razón de una influencia del dólar.
¿De qué forma esas tensiones y desencuentros, que usted menciona en el inicio del libro, entre la región Caribe y el centro del país perjudicó a la región?
Con el paso de los años el centralismo que tiene Colombia se ha vuelto un círculo vicioso en la cual hay pocas inversiones públicas en la región Caribe, incluso en épocas en las que hay mucha inversión en el país. Por ejemplo, en la década de 1920, es la época de mayor inversión en infraestructura en Colombia, porque ahí recibimos 25 millones de dólares de indemnización por Panamá y recibimos más de 170 millones de dólares en préstamos internacionales y el grueso de esa inversión se fue para el interior del país, muy poco para la región Caribe.
En cuanto a los factores que usted menciona en el libro que suman a la problemática del liderazgo. ¿Qué podemos llegar a esperar de este gobierno que empieza a gobernar de cara a intentar solventar esas problemáticas? El actual gobierno ha hablado de que está interesado en tener una mayor equidad regional y una de las maneras de subsanar esa desigualdad en Colombia sería, uno, con políticas dirigidas para ello como la educación y saludo. Y otra sería darle oportunidad tempranamente en su carrera a jóvenes profesionales del Caribe colombiano.
Usted habla de combatir la pobreza como ese elemento importante a la hora de gobernar y que si eso es así por lo menos a esta región le tocaría el 35% de los recursos. Bueno ese es un de los retos, porque los diferentes gobiernos dicen ahora estamos invirtiendo, pero nunca se hace de manera transparente la contabilidad.
El actual gobierno plantea una reforma al campo. ¿Está usted de acuerdo con eso? Pues más que de acuerdo o en desacuerdo, yo soy un escéptico de que eso lo puedan lograr, es muy difícil aumentar la producción agropecuaria. Entiendo que hay factores de demanda que hacen que en el tiempo se vaya cayendo la participación del sector agropecuario en el PIB total, eso es algo normal dentro del proceso de desarrollo. Entonces yo lo veo muy difícil de lograr, de que puedan ampliar la participación del sector agropecuario en el PIB.
Como ciudadanos, como entidades, como instituciones, ¿qué hacer con la intención de ir en ese camino de la construcción de líderes que vayan en pro de ocupar esos puestos en el gobierno central? Una de las maneras de tener mayor influencia y nuevos liderazgos es a través una población de recursos humanos de alto nivel. Si uno ve la llamada tecnocracia colombiana, con contadas excepciones hay personas del Caribe. Por lo tanto, uno de los retos es cómo incrementamos esa participación de tecnócratas del Caribe en la tecnocracia nacional, parte de la historia es formar más personas, darles becas y fomentar que más personas salgan a hacer maestrías y doctorados y, una vez logrado eso, competir con lo demás.
¿Por dónde iniciar ese camino hacía la construcción de líderes? Yo creo que esto se define políticamente y a través de una participación en el poder político y económico del país y toda esa diligencia económica, política, cultural y académica trabajando justos por la región.
¿Qué ha hecho Adolfo Meisel como rector de la Universidad del Norte, y con tan nombrado, qué ha hecho en términos de encontrar esa búsqueda agotadora de líderes? hemos promovido la iniciativa Casa grande el Caribe con un grupo de profesionales de la región e instituciones y el tema era el capital humano. Antes de finalizar el año entrante, habremos realizado una segunda Casa grande Caribe en donde vamos a enfatizar temas de infraestructura pública y creo que esos espacios sirven para mostrar nuevos liderazgos, permitir que se muestre y que empiecen a surgir.