Por: Edgar Arroyo y Brenda Barrera
El Mero es uno de los peces más grandes en el ecosistema marítimo, llegando a alcanzar los 150 kg y dos metros de longitud. Es muy apetecido por los pescadores de la región debido a su sabor y las ganancias que generan. Sin embargo, esta especie cumple con un papel fundamental en la cadena alimenticia y poco a poco se está acabando con ella.
Este grupo de peces que cuenta con un cuerpo robusto y una cabeza grande. Puede llegar a obtener pesos entre 70 kg hasta 150 kg. “Hace más de 3 años no nos llegaba uno así de grande, el último que recibimos pesaba 96 kilos y medía metro y medio, este pesaba 150 y llegaba a los 2 metros de largo” afirmó Javier Rocha, quien se dedica a la pesca en el sector de Las Flores desde hace más de diez años.
El Mero, habita en lo profundo del mar y se refugia debajo de los botes que zarpan durante meses en el puerto. Por lo general se localizan en zonas rocosas de aguas templadas y tropicales. Parte de las razones que lo ha llevado a vía de extinción es -además de la caza- la contaminación. Por esta razón, el pasado mes de Septiembre, otro ejemplar de 130 kg fue hallado muerto en las playas de Puerto Colombia.
Su función dentro del ecosistema
Esta especie cumple un papel importante en la cadena alimenticia. Es naturalmente el depredador del pez León. “Son importantes porque no solo son de las especies depredadoras más grandes, sino que también controlan la población de especies con potencial invasor, como es pez león que está acabando con los ecosistemas marinos costeros del Caribe. Y el Mero lo tiene dentro de su dieta”, resaltó Merilyn Caballero, bióloga del Parque Nacional Natural Chingaza.
El Mero, al ser inmune a las sustancias venenosas del pez León, se ha convertido en la cura para esta especie invasora que no solo afecta el consumo diario de peces, sino la vida humana; ya que, el pez León es inclusive tóxico y peligroso para el consumo humano.
En vía de extinción, ¿a qué se debe?
El Mero es una especie que llama la atención de muchos pescadores, Caballero explicó que la razón a esto se debe a su valor alimenticio. Por ser un pez que contiene una carne semigraso, que no supera los 6 gramos de grasa en una porción de 100 gramos, además “los Meros poseen grandes vitaminas en la que se destacan las del grupo B”, añadió.
Sin embargo, los pescadores del sector afirmaron que otro factor que influye -además de su sabor- son las grandes ganancias que generan; ya que, un ejemplar como este puede generar ganancias entre los ochocientos mil pesos y un millón. Esto impulsa cada vez más la búsqueda de estos peces, que son la fuente de ingresos de varias familias del sector.
En consecuencia de la sobrepesca, algunos peces que pertenecen a la dieta del Mero, por esta razón los ovíparos deben acercarse a la superficie con el fin de conseguir comida. “Al cazar de manera excesiva los peces que hacen parte de la cadena alimenticia del Mero, este se ve forzado a salir de su hábitat natural y aventurarse a aguas superficiales que lo hace un blanco fácil y atractivo para los pescadores de las zonas” expresó Caballero.
Por estas razones es importante conservar y preservar la vida de los principales integrantes de las cadenas alimenticias del océano. Mantener el equilibrio en las relaciones de poder entre los animales acuáticos, constituye un factor importante para el funcionamiento de los sistemas.