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Por: Andrea C. Gutiérrez A.

Thayron Rodríguez, más conocido como ”El Pupi de Quilla” en redes sociales, con más de 145 mil seguidores en Instagram , llegó a Barranquilla hace aproximadamente tres años para demostrarnos que muchas veces las mejores cosas de la vida se dan por accidente. Vino a verme con un sombrero a medio lado que él mismo denomina como  “lo que le da lo pupi”, una camiseta promocionando su nombre y prometiendo responder con la verdad lo que sea que le pregunte.

Antes de dedicarse a la comedia me dijo que estudiaba Comunicación Social en Venezuela. Tuvo que pausar sus estudios a raíz de la situación que el país vecino enfrenta, pero planea algún día regresar a terminar su carrera. Al mismo tiempo trabajaba en almacenes y empresas que le generaban un ingreso extra. La universidad de la vida, como le llama él. Llegó  a Colombia, específicamente a Barranquilla, donde empezó trabajando en un restaurante durante seis meses en el que hacía reír a todo el que fuese. Veía a los cantantes de rap que se sentaban en las mesas para contar lo que habían recogido en los buses durante el día. No se pudo quedar con la duda, preguntó sin pelos en la lengua qué tanto era la ganancia y decidió emprender su proyecto: El Pupi de Quilla.Comencé a montarme en los buses sin darme pena ni nada. Daba pena al principio pero la vida te cambia”

Aprovechó su gusto por la música -inspirado en el rapero Canserbero-, por el humor y su calidez con la gente y, sin pensarlo, compró un bafle, se subió a un bus y comenzó a contar chistes a los pasajeros. Un video, grabado por un pasajero, se volvió viral, con más de 200 mil reproducciones y ahí se comenzó a escribir su historia como humorista. Lo más curioso y lo que me estuve preguntando todo el tiempo antes de reunirnos fue: ¿por qué ese nombre?, ¿Qué tiene de especial? Y él, con una sonrisa, me respondió que nació inspirado en su esposa. Cuenta que “pupi” era el apodo que le daba cuando vivían en Venezuela, pues así le llaman a “los hijitos de papá y mamá que todo se los dio la vida”. Pero, faltaba algo, le faltaba el toque final: “de quilla”. Haciéndole tributo a los señores que, vendiendo frutas en el centro, dicen “Quilla es Quilla”. Buscó la manera de relacionar esos dos términos con un significado único: la fusión entre norte y sur. 

“Comencé a montarme en los buses sin darme pena ni nada. Daba pena al principio pero la vida te cambia”. 

Fue uno de los primeros venezolanos que llegaron a Barranquilla y supo aprovechar el conflicto que se vivía en su país. En lugar de lamentarse sobre la escasez se inventaba chistes y los llevaba al mundo del humor.Yo no decía ‘soy venezolano y estoy mal’ sino que decía ‘soy venezolano y estoy tan flaco que la columna se me ve por delante’. También decía ‘un señor me regaló una picada y yo me comí el plato pensando que era una oblea’. Que la gente viera que una mala situación se podría convertir también en humor”.

Estudió y practicó el vocabulario de los colombianos para crear chistes que todos entendieran. En algunos casos hasta cambiaba palabras y preguntaba lo que significaba, pero nunca sintió resistencia por parte de las personas por su nacionalidad. Además, tiene diferentes repertorios dependiendo el público al que se va a dirigir para que todo vaya acorde al entorno al que se presenta. Sin embargo, expresa ser flexible y adaptable en cualquier lugar al contar chistes o no. 

“Yo no decía ‘soy venezolano y estoy mal’ sino que decía ‘soy venezolano y estoy tan flaco que la columna se me ve por delante’. También decía ‘un señor me regaló una picada y yo me comí el plato pensando que era una oblea’. Que la gente viera que una mala situación se podría convertir también en humor”.

El 13 de agosto de 2018 y el 2 de enero del 2019 fue al programa “La Barra”,  que le abrió muchas puertas en el mundo humorístico. Conoció a muchos comediantes, entre ellos Joselo de Colombia quien le ha dado “el toque profesional” a su trabajo. Maneja una frase: “el mundo es de los que se atreven” y esa fue la que lo impulsó a cambiarse de look. Pasa de mantenerlo oscuro y  corto a  mucho más largo, con mucho volumen y algunas zonas rubias que le han dado pie a bromear con él y sacarle el mejor provecho en sus shows. Tiene en sus brazos varios tatuajes que tienen significados muy parecidos a lo que quiere reflejar. Un beso rojo que expresa la seducción, una mariposa en significado de Venezuela, una frase que habla por sí sola “Barranquilla Lover”, unas cartas que simbolizan el azar de su vida y una cerezas que muestran “el pupeo y el fresismo” dicho por él mismo.


“Vendo la marca con el sombrero pero normalmente me conocen así. Un hombre simpático y el más lindo de mi familia”.

Thayron Rodríguez sueña en grande, sueña con generar risas en escenarios a nivel mundial con su personaje y con seguir preparándose para la televisión nacional. Es fiel a sus principios de constancia y disciplina para lograr cualquier objetivo y sacarle el máximo provecho a la adversidad. Nunca deja de afirmar que el mundo es de las personas que se atreven y que un accidente como estos además de cambiarte la vida, puede llegar a ser lo mejor de ella.

Fotos: Andrea C. Gutiérrez A.

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