Por: Alicia Polo/Foto: Cortesía de Cesar Garizábal Vásquez
Parece mentira que 10 años de interinidad en el cargo de la Rectoría hayan pasado para la Universidad del Atlántico, una institución pública que cada año le abre las puertas a más de 3 mil estudiantes, quienes esperan ser admitidos en un establecimiento íntegro y con una educación de calidad. En Junio pasado, Carlos Prasca terminó con esos diez años de interinidad y, con su llegada, se espera que el claustro recupere tanto su renombre como el reconocimiento correspondiente, un objetivo al cual espera llegar, logrando la acreditación de varios de sus programas, mejorando la infraestructura de las diferentes sedes y ampliando la oferta de posgrados, maestrías y doctorados.
Prasca fue profesor durante ocho años de la Universidad de la Costa, catedrático de las Maestrías en Educación de la Universidad del Norte y Universidad Simón Bolívar. Fue rector por más de 12 años en el Instituto Tecnológico de Soledad Atlántico (Itsa), además de Secretario de Educación y, durante el último año, también trabajo como asesor del alcalde de Barranquilla, Alejandro Char.
El nuevo Rector de una de las universidades públicas más importantes del país es reconocido por su preocupación ante la situación educacional del país, y, en esta entrevista, se destaca su deseo por ver a su Alma Mater proyectarse con mayor posicionamiento regional, apoyándose en diferentes objetivos, planes y estrategias, cada una a un plazo distinto.
¿Qué lo impulsó a aceptar ser candidato a la rectoría de la universidad?
Toda la vida me he venido desempeñando en cargos directivos. A los 23 años asumí la primera rectoría en una institución pequeña en mi pueblo natal. Luego, me fui a instruir en ese campo en una de las escuelas de formación de más alto nivel en el país: la Universidad del Valle. Esto lo pude hacer gracias a un programa que en ese momento se agenciaba con la Organización de Estados Americanos, en donde se formaban cada año 15 colombianos y 15 latinoamericanos. De esa escuela egresé al año siguiente con mi título de Maestría en Administración Educacional y comencé en Santa Marta a desempeñarme nuevamente como directivo. Posteriormente, vine a Barranquilla a dirigir un programa de Administración Educativa en la CUC, donde se formaban rectores y supervisores.
Hacia el año 86 concursé en la primera convocatoria que hacía el Ministerio de Educación Nacional para seleccionar rectores y profesores a través del concurso. Me postulé para rector, ocupé el primer puesto y fui el primer maestro en el departamento del Atlántico en ser nombrado como rector de una institución educativa en el año 87, la cual se transformó y se convirtió en un referente de buena gestión. A partir de ahí se me propuso organizar y poner en marcha el Instituto Tecnológico de Soledad como Institución de Educación Superior Pública, lo cual hice comenzando en mi casa, llevándolo a otras casas en arriendo, hasta llegar a lo que hoy es la antigua sede de Soledad, donde el ITSA tuvo todo su desarrollo, fortalecimiento, consolidación y se convirtió en referente de educación superior pública en el país.
Entonces, de ahí fui invitado a ser Secretario de Educación del departamento del Atlántico durante 4 años, en la administración de José Antonio Segebre, pero ya venía con mi intención de aspirar a la rectoría de Uniatlántico. En el 2009, como una estrategia de hacerme visible, participé en la elección de representante de egresados, aunque perdí en ese momento. Volví a intentarlo en el 2011, gané y desde ese momento me fijé una meta: poder contribuir en el desarrollo de un plantel que, de una u otra forma, había contribuido en mi proyecto de vida profesional, pues . Esos podrían ser los lineamientos que en un momento determinado de manera inicial me llevaron a aspirar a ser rector de esta universidad.
¿Cómo ha sido su proceso de posicionamiento en la institución?
En este momento llevo 60 días en el cargo y lo que hemos hecho es conformar equipos, hacer empalme, atender las agendas en materia de visita de pares, las cuales ya estaban determinadas, establecer relacionamientos efectivos con sectores productivos estratégicos, restablecer relaciones con los gobiernos y atender temas coyunturales no estratégicos que demandaba la universidad para comenzar adecuadamente el segundo semestre del presente año.
Usted ha comentado a los medios que busca hacer de la rectoría un “lugar abierto” para los estudiantes. ¿Cómo tiene pensado infundirle esta confianza a los alumnos?
Desde el comienzo las puertas han estado abiertas a los 5 sindicatos administrativos, en especial al de profesores y a los líderes estudiantiles. Creo que con todos ellos me he sentado y hoy, las relaciones con quienes eran más opuestos, actualmente son más cercanas, así, desde la dirección, la Universidad del Atlántico restablece confianza con todos los estamentos de la comunidad universitaria.
¿Cuáles son los retos a enfrentar en este 2017?
La universidad tiene una meta: la acreditación institucional de alta calidad. La universidad requiere de ese reconocimiento de la sociedad y del gobierno, y por lo tanto, se trabaja para alcanzar esto y comenzar allí su gran fortalecimiento. Igualmente, hay retos como definir un plan estratégico que nos conduzca por estos 10 años a que la universidad rescate el liderazgo regional, como también definir planes de gobierno destinados a lograr una mejor estructura de estatutos y reglamentos, y una mejor arquitectura organizacional, la cual permita a todas las experiencias y desarrollos no estar condicionados a la llegada de un rector o al término de una vigencia fiscal.
Se debe trabajar en tener una institución realmente enfocada en a sus propósitos esenciales. Estamos en el fortalecimiento de las funciones sustantivas y también creando mejores condiciones en materia de ambientes apropiados en el desarrollo de las actividades académicas, en rescatar sedes o infraestructuras físicas abandonadas anteriormente, como 20 de Julio o Bellas Artes, y tener planes de sostenibilidad de la Ciudadela Universitaria, de tal forma que la comunidad universitaria sienta inmensa satisfacción por lo hecho en esta.
Entre su plan de trabajo se encuentran abrir 16 programas ¿cómo planea que esto se lleve a cabo?
Crear la Facultad de Ciencias de la Salud, integrando a ella los programas de la facultad de Farmacia y la de Nutrición, para luego generar los documentos maestros que permitan a la universidad- como en muchas otras públicas- abrir los programas de medicina y enfermería, en el mediano plazo. Igualmente, fortalecer la Facultad de Ingeniería. En la actualidad tiene 4 programas y mi meta es tener 12. Así mismo, en materia de ciencias humanas, tener un programa de Comunicación y Marketing Digital, en derecho tener uno de ciencias políticas, en arquitectura tener diseño digital, diseño gráfico y diseño industrial.
Es decir, hay metas muy grandes, incluyendo que se espera duplicar el número de maestrías y doctorados. Eso es algo requerido, y para ello nos estamos preparando en materia de infraestructura física y tecnológica. En este momento se culminan los trabajos de infraestructura física de un edificio de laboratorios para albergar 61 de estos, los cuales serán para investigación y extensión. Esto hará propicio el crecimiento esperado en la universidad en cuanto a los doctorados y maestrías.
El próximo año se celebrarán los Juegos Centroamericanos y es muy bien sabido que la institución hará parte de estos poniendo a disposición su coliseo y diferentes canchas. ¿Qué espera de esta oportunidad?
La universidad tiene una unidad deportiva abandonada por muchos años, creando detrimento en su infraestructura física. Además, cuenta con un programa de Licenciatura en Educación Física, Recreación y Deporte, y, así mismo, un Departamento de Bienestar requiriendo que se pueda hacer uso de sus zonas de deportes de manera adecuada. Aún con estas condiciones deterioradas, la institución ha sido seleccionada para ser sede de las competencias de levantamiento de pesa y lucha. Por ende, se ha diseñado un plan cuya función es permitir que se rescaten sus escenarios deportivos, tanto su coliseo cubierto, como su complejo acuático, sus estadios de sóftbol, béisbol y futbol, sus pistas atléticas, sus canchas de voleibol, baloncesto y tenis, es decir, todo su complejo. Es una meta fija en este momento: rescatarlas y en ellas desarrollar tanto las actividades correspondientes institucionalmente como para ser escenario en los Juegos Centroamericanos de la mejor manera y que de verdad eso se convierta en una estrategia de proyección de la universidad.
Acerca de la ciudadela de Uniatlántico, en el municipio de Suán, ¿qué metas a corto y a largo plazo se tienen planeados?
La primera de ellas era ponerla en funcionamiento y ya lo está, la segunda es otorgarle a los estudiantes las mismas condiciones de las otras sedes, es decir, gozar de subsidios, como el de jóvenes en acción, o en materia de alimentación. En este momento se establece convenio con 21 alcaldes para facilitar acceso y permanencia de los estudiantes a partir de que estos faciliten subsidio al transporte y de otros tipos, para así permitir a estos estudiantes permanecer en la universidad. Así mismo, la apertura de nuevos programas, como la creación de la Facultad de Ciencias Agrarias, a través de la cual se puedan abrir los programas de agronomía, medicina, veterinaria y zootecnia y acuicultura.