Existen diferentes formas de contar una historia. Muchas de ellas se dividen en adaptaciones gráficas que, de alguna forma, ejemplifican mejor y guían al lector en las travesías de los personajes. El mundo de las historias está principalmente dividido en dos: el mundo de los comics (perteneciente mayormente al occidente) y el mundo de los mangas (la mayoría desarrollado en oriente).
El manga es una adaptación gráfica de una historia con un estilo particular de dibujo y, por ello, pocas personas en occidente se apuntan a la creación de estos por la complicidad del dibujo y el desarrollo de la trama. En este mundo caótico sobre las historias, tanto gráficas como escritas, aparece Julio Mario, un estudiante universitario que le apuesta a las historietas con ese poco común estilo de estructura.
Su afición por dibujar letras y palabras japonesas en cualquier parte de su libreta hace que uno inmediatamente se dé cuenta de que uno de sus sueños es visitar Japón. El deseo para Julio de conocer dicho país nace del hecho de que es la cuna del manga y quiere visitarlo para empaparse de su cultura y como inspiración para reforzar las ideas que tiene y para la creación de nuevas historias.
Su trabajo en el manga se centra en el género Shonen, el cual es muy conocido por centrarse en un personaje principal masculino en donde se desarrolla mucha acción y peleas. Este género ha sido muy trabajado por diferentes mangakas pero resulta un reto para Julio que apenas está iniciando en este mundo de las historias gráficas. El principal problema que tiene que manejar un mangaka de shonen es los niveles de poderes y la dinamicidad de las peleas.
La etapa del desarrollo aún persiste con su manga. Ya tiene varios capítulos escritos y siempre está en la búsqueda de nuevas ideas para agregar. Pocas personas son las que conocen el hecho que está en el desarrollo de su manga, pero aquellas que saben su secreto siempre lo están apoyando. Sus mejores amigos, que también consumen mucho anime, le ayudan con nuevas ideas que él anota y guarda para ser tomadas en cuenta o desechadas.
Julio está en constante investigación, busca siempre teoría sobre el manga shonen y consume mucho de este para mejorar el suyo. También encuentra la inspiración en otros trabajos para agregarle detalles y balances en busca de crear una historia con la esencia japonesa, pero con la marca colombiana.
La apariencia de Julio Mario es muy curiosa. Este hombre siempre trae a la cabeza la imagen de un oso, incluso puede dar toda la apariencia de un gánster o una persona que te puede dar una buena sombra. Pero cuando lo conoces, puedes darte cuenta que es una persona bastante amable y dispuesto a ayudar a los demás.
Este mangaka se ha ganado un puesto en el corazón de todas las personas que lo conoces. A pesar que de su sueño va a paso lento, tiene en mente la meta de terminarlo. Este trabajo le ha costado mucha creatividad y por él han pasado muchas ideas y muchas situaciones que lo han ayudado a enriquecer lo que hace. Su amor por el manga que está haciendo lo impulsará a sacar lo mejor del él.
A pesar de ser una persona reservada y sencilla, se puede comprender que quiere que su sueño, por más sencillo que sea, se vea realizado y, con el empeño que tiene, será una persona que será feliz con el resultado que salga. Solo queda desearle un buen viaje a este proyecto de mangaka y esperando saber más de su trabajo en un futuro. Esperando que su trabajo sirva como inspiración para que muchas personas se incursionen más en el mundo del estilo japonés y que creen nuevas historias con nuevos modelos con esencias extranjeras, pero con marca colombiana.
Este oso del shonen apenas está mostrando sus primeros zarpazos, aún le queda un camino largo por recorrer y muchas ideas por gastar en este nuevo mundo del anime y el manga.
