Por: Sofía Molinares Gómez
Un martes en la tarde, a eso de las 4:30 el padre Cyrillus Swine, mejor conocido por los barranquilleros como “el padre Cirilo”, se encuentra en su oficina en el barrio “La Paz”, atendiendo las distintas ocupaciones que demandan sus proyectos de ayuda a la comunidad.
Sin embargo, sacó un poquito de tiempo en su apretada agenda para hablar acerca sí mismo, revelando anécdotas, historias, y verdades que a muchos les beneficiaría conocer para tenerlas en cuenta en su día a día.
Con tranquilidad en su mirada, sentado en el mecedor de su casa, la cual se encuentra en la parte de atrás de su oficina, mientras acaricia a su pequeño perro, el padre cuenta que él se define como “el resultado de la explosión de alegría por la finalización de la segunda guerra mundial”, en Holanda, la cual, fue liberada de los alemanes el 5 de mayo de 1945, lo cual responde a la razón por la que muchos de lo que los describen siempre lo recuerdan con una sonrisa en la cara.
También cuenta que una de las razones por las que le gusta la ciudad de Barranquilla con tanta pasión, es porque le recuerda un poco a su pueblo en Holanda, cuyo nombre traduce “San Juan de las Piedras”, el cual está ubicado en la frontera con Bélgica.
“Me gustan más los pueblos a comparación de la ciudad y Barranquilla tiene un poquito de pueblo” – afirma el padre – porque según él, “La Arenosa” tiene en su esencia el sentido de pueblo, pues la gente es cercana, se conocen, comparten y hasta chismosean y comenta que “de pronto por eso me siento feliz en Barranquilla”, porque eso de estar con la gente y en la calle se siente mucho acá sobre todo en “La Paz” y se asemeja a lo que sintió cuando era pequeño.
“El padre Cirilo” cuenta que sus orígenes no son muy adinerados, y por el contrario, afirma que nunca vivió en una casa propia, sino que esta era de interés social y era muy pequeña, pero comenta que esto nunca lo afectó porque sus papás hacían “magia con el dinero”, y recuerda que aunque Holanda es un país de quesos, en su casa solo había “de vez en cuando”, debido al alto precio del mismo.
Así mismo comentaba que en ese entonces en su hogar no había baño y que todas las personas en su pueblo se bañaban en duchas comunitarias, donde los jugadores de futbol de la región, también se bañaban después de sus partidos.
Entre los actos mágicos que sus padres realizaron para mantener a la familia a flote, se encuentra, la agricultura, pues en un pueblo como el de él, que de por sí era agricultor, en cierto sentido la pobreza era más llevadera. Esto se debe a que, según Cirilo, la mayoría de las personas tenían jardines en sus casas con algún tipo de cultivo, como zanahoria, remolacha, papa, etc., y si algún vecino le faltaba algo, el otro le colaboraba y así sucesivamente, lo cual mejoraba un poco más la situación.
Bendecidos entre las mujeres
Entre anécdota y anécdota, “el padre Cirilo”, se trasporta de nuevo a su pueblo donde era el único varón en una familia de 6, y cuenta que cuando sus hermanas mayores eran adolescentes, él las ayudaba a que su papá las dejara salir con muchachos diciéndole que las iba a acompañar, y que eran muy unidos, aunque también cuando había pequeñas peleas inofensivas entre hermanos ellas se unían contra él por ser mayoría.
También, comentaba que en el pueblo en el que creció con sus hermanas era tan pequeño que, entre sus dos mil habitantes, todos eran familia y salían casi todos los veranos a jugar en los jardines a fútbol y todo tipo de juegos que ahora ya no se usan, por la tecnología.
Sin embargo, en invierno siempre había muy bajas temperaturas, de hasta quince grados bajo cero, por lo que en su pequeña cocina en Holanda, junto con sus hermanas y sus padres jugaban distintos juegos de mesa como ajedrez, cartas, etc.
Por un momento, Doni, su asistente lo saca de sus recuerdos de infancia para recordarle de una cita que tiene más tarde, a lo que Swine comenta que “Doni es muy bueno”, y que este hace todo lo que a él no le queda tiempo de hacer.
Entre risas, se acomoda en su mecedor y sigue recordando esos momentos de niñez en los que admite ser afortunado de ser el único hombre por varias razones, como el hecho de poder estrenar siempre ropa pues, no tenía un hermano que le pudiera dar lo que le sobrara o el haber tenido una educación, mucho más avanzada que sus hermanas, las que solo estudiaron primaria y después dos años de preparación en el hogar para cocinar, limpiar, etc.
Mas allá de la iglesia…
Entre uno de los rumores que circula por los conocidos de Cyrillus, es que él tiene un espíritu libre y rebelde, las cuales no son palabras comunes a la hora de describir a un sacerdote, pues estos tienen fama, entre aquellos no creyentes, de ser personas muy rígidas y creer que están por encima de los demás.
Su naturaleza rebelde nace de ser hijo de una familia que sentía, al igual que él, una molestia hacia cualquier tipo de injusticia y una voluntad de hacer algo al respecto. El padre cuenta que su abuelo siempre cuestionaba todo aquello que le causara inconformidad o duda, incluso a la iglesia. Es por ello que es inevitable preguntarse ¿Cómo termino Swine siendo sacerdote?
La respuesta está en que un tío de él y algunos primos estaban involucrados en la comunidad de los Camilos de la cual él ahora hace parte, y durante los veranos lo visitaban y le contaban sobre lo que hacían y sus creencias, y a él le gustó lo que escuchó. Es por ello que a los doce años decidió unirse al seminario, y estudiar filosofía y teología.
“Al entrar al seminario me di cuenta que la cosa no era tanto de rezar sino de descubrir que Jesús nos quiso enseñar que todos somos hijos de Dios y todos tenemos derecho de una vida digna y cuando hay personas, que por alguna circunstancia no tienen esto, es cuando yo digo que me lleno de fe para hacer algo al respecto, y siento que la religión se trata más de la misericordia que Dios quiere que sintamos el uno por el otro, que de rezar todo el tiempo, es más, en los evangelios, Jesús estaba con la gente, tratando de ayudar con acciones más que con rezos”.
Las personas que han trabajado con el padre en la fundación de la empresa Gases del Caribe como Diana Santiago, comentan que, “el padre Cirilo” difunde un comportamiento humano en el que todos debemos hacer todo lo posible para ayudarnos los unos a los otros. Además, él mismo dice que en su opinión, hoy en día vivimos en unas sociedad enferma de odios y con muchas actitudes vengativas por lo que nombra tres pilares que cree que debemos seguir para curar a la sociedad de estos sentimientos, los cuales son: misericordia, justicia, y trabajo en la comunidad.
Cyrillus Swine y sus hobbies
“El padre Cirilo”, se levantó de su mecedor y caminó hacia sus plantas las cuales rodean toda su casa y habló de su amor por la naturaleza diciendo que cuando se trata de ésta, él es muy terco, pues trata de cultivar plantas que no crezcan normalmente aquí, pues – mientras acaricia a una de sus orquídeas- afirma que “si uno cuida a las orquídeas un día de la nada te pueden sorprender”, y lo mismo pasa con las personas.
En cuanto a Hobbies, al padre le gusta mucho ver películas, ya sea de naturaleza como “Colombia mágica”, en la que muestran las diferentes especies de fauna y flora del territorio, o filmes románticos y de historias de superación como una serie holandesa que le encanta, y se trata de cómo niños con cáncer superan sus adversidades.
Por último, en cuanto a la música, Swine es un gran admirador de la cantante francesa Edith Piaf, específicamente de la canción, “Je ne regrette rien”, que traduce “yo no me arrepiento de nada”, pues él considera que en su vida el tampoco se arrepiente de nada y que como seres humanos debemos tener esta frase como una enseñanza de vivir en el ahora y de no estar tan asustados de la cosas que no podemos controlar, como la muerte, para así ser más felices y tener más libertad.
Como ejemplo de lo anterior, mientras admira su colección de plantas una vez más y regresa a su mecedor, recuerda el momento en el que le diagnosticaron un tumor maligno por el que tuvieron que operarlo. Cyrillus Swine, recuerda de lo asustado que estuvo la noche anterior, así como de la tranquilidad que sintió cuando se dio cuenta que no había más nada que pudiera hacer excepto aceptar lo que tuviera que pasar.