Un estudio realizado por el instituto Datafolha demuestra la desaprobación por el actual presidente.
El 44% de los habitantes de Brasil no confía en las palabras del presidente Jair Bolsonaro. Así lo demostró un estudio comunicado este lunes, en el cual se aprecia un aumento del índice de los ciudadanos que no están de acuerdo con este presidente en el gobierno.
El sondeo del instituto Datafolha, señala que tan solo un 19% de los habitantes a los que se les preguntó confía “siempre”, un 36% “a veces” y un 44% “nunca” en lo que dice Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, el cual lleva menos de un año en el poder y multiplicó los embates contra instituciones gubernamentales, aliados, oenegés, voces de la sociedad civil y partidos políticos.
El índice de desacuerdo del gobierno aumentó por su lado de 33% a 38% entre los meses de julio y agosto y el de aprobación se redujo de 33% a 29%, indica el estudio, con una muestra de 2.878 encuestados.
La institución de Datafolha demuestra también que algunos electores de Bolsonaro en la segunda vuelta de las elecciones de 2018 optarían por ‘estar quietos’ o votarían hoy por el izquierdista Fernando Haddad, a quien el exmilitar de ultraderecha derrotó por 55% a 45% de los votos.
Se estipula que si las elecciones fuesen el día de hoy, Haddad derrotaría al excapitán del Ejército por 42% a 36%. La encuesta, que presenta un margen de error del 2%, se convirtió en tan solo el paso de varios minutos el tema más hablado del twitter brasileño y obtuvo una respuesta rápida réplica del mandatario, que descalificó a Datafolha.
“Según el mismo Datafolha que dice que yo sería derrotado si las elecciones fuesen hoy, yo perdí las elecciones de 2018. Muy confiable”, colocó en Twitter Bolsonaro.
Bolsonaro adjuntó a su comentario una encuesta Datafolha del 28 de septiembre de 2018, en la cual se apreciaba que en una segunda vuelta Haddad le ganaría. A partir de octubre, los estudios de ese instituto siempre dieron ventaja a Bolsonaro.
En los últimos días, Bolsonaro se vio envuelto en otros asuntos y problemas que llevaron a algunos de sus aliados a alejarse del mismo, como la puesta en duda de los datos oficiales de deforestación y de informes sobre desaparecidos durante la dictadura militar (1964-1985), así como la decisión de nombrar a su hijo, Eduardo Bolsonaro, embajador en Washington.