La pequeña comunidad de Langouët, ubicada cerca de Rennes y con aproximadamente 600 habitantes, está encaminada a la autonomía energética al igual que aspira poder tener autosuficiencia alimentaria. En las últimas décadas, han desarrollado una gran cantidad de proyectos ecológicos, para poder así cumplir con sus actuales objetivos.
“Lo pequeño es hermoso” es una frase que identifica perfectamente este pueblo francés que desde hace 10 años una cantina sirve productos completamente orgánicos y locales. Daniel Cueff, alcalde de Langouët desde 1999 y quien ha sido el mayor impulso en este cambio, admite que terminó con este cargo por casualidad.
De igual manera, afirma que confía plenamente en los habitantes quienes comparten este proyecto y lo sostienen cada día poniéndolo en marcha, tanto que el pueblo pudo contar con sus residentes para financiar sus experimentos.
“Cualquier cosa que podemos hacer a nivel local, ¡la hacemos!”, expresa Cueff. Este año, el ayuntamiento pidió prestados casi 30 mil euros a los residentes. La iniciativa fue exitosa, los fondos pudieron ser recaudados en tan solo dos días y es algo que el ayuntamiento de Langouët ya había hecho con anterioridad. Hace dos años habían pedido la suma de 40 mil euros para financiar la remodelación del pueblo.
El segundo préstamo que pidieron se usará para un jardín de aprendizaje donde las personas tengan la oportunidad de estudiar la permacultura, donde se centraran en métodos agrícolas naturales y poco agresivos. “Queremos crear vínculos intergeneracionales, los ancianos podrán enseñar sus técnicas de cultivo a los jóvenes” expresa Cueff, quien soñaba con ver a sus vecinos involucrándose en sus proyectos, queriendo contribuir al desarrollo del pueblo e invertir en él para hacer realidad las numerosas ideas que llegan de los habitantes.
Existen ideas para los nuevos proyectos pero siguen en ebullición, “Estamos buscando la autonomía energética en la próxima década, gracias a paneles solares y trackers” afirma el alcalde, quien ahora está negociando acuerdos con las autoridades locales vecinas y así inspirarse del exterior.
Y como era de esperar, este pueblo se ha ganado una gran reputación por ser tan grande en la transición ecológica, recibiendo cantidades de peticiones de personas que quieren ser residentes, como lo es un francés que vive en Florida, Estados Unidos, queriendo volver a su país, específicamente a este pueblo preguntándole al alcalde y hay casa disponibles.
Aunque no todas las demandas se pueden aprobar, serán elegidos de acuerdo a su nivel de disposición para participar en el proyecto del pueblo, o como expresa el acalde Cueff “Necesitaran mostrar sus credenciales ecológicas”
Foto: @DanielCueff