Por: Clarithse Yepes
El presidente Juan Manuel Santos recibió al Papa Francisco al ritmo de la cumbia y la banda armónica en la base de CACOM en Bogotá.
Al iniciar el mes de Marzo, el Sumo Pontífice anunció que visitaría a Colombia en el mes de Septiembre. La noticia tomó por sorpresa al presidente Juan Manuel Santos y al Vaticano. Sin embargo, a la marcha comenzaron las actividades de logística para llevar en completo orden la visita que hoy alegra los corazones de los fieles católicos en el país.
Después del anuncio de la visita del Pontífice número 266, se especularon sobre los altos costos que vendrían tras la visita del papa. A pesar de esto, en ningún momento se suspendió, ni se revocó la idea. Hoy en día es una realidad y el papa está en Bogotá: así lo presenciaron los habitantes de la capital del país, a quienes se le sumaron el resto de los colombianos, evidenciándolo desde las redes sociales.
Tras doce horas de viaje, acompañado del Director de Vaticano, de periodistas y de toda la tripulación que gozó del privilegio de traer a tierras colombianas al Santo Padre de la Iglesia Católica, hoy, siendo las 4:15 de la tarde, aterrizó la tripulación en el Aeropuerto Internacional El Dorado. El vuelo papal antes de llegar a la capital de país en medio de su recorrido, tuvo un desvío, debido al mal tiempo que se presentó en varias zonas por el Huracán Irma.
A pesar los cierres viales en la capital del país, la emoción aumentaba y, poco a poco, la calle 26 se fue llenado de espectadores que esperaban con pañuelos y camisas de color blanco, flores y regalos al papa Francisco. Los helicópteros de la Policía Nacional, varias horas antes del descenso del vuelo sobre-volaban Bogotá. Los ministros fueron llegando uno a uno a la pista del aeropuerto. Luego llegó el máximo gobernante, acompañado de la primera dama, y solo unos minutos después se logró ver desde lo lejos una sonrisa plasmada en el rostro del papa Francisco.
La Banda Musical Armónica de Bogotá alegraba a los espectadores, mientras que del otro lado, los niños y jóvenes bailaban al son de la cumbia. Después del saludo del presidente, el hijo de Clara López fue el encargado de entregarle la paloma blanca, el símbolo de la paz, a Francisco. Como es normal en las visitas del Pontífice, este le dio un vuelco a los actos protocolarios, pidiendo que lo acercaran a las personas. Así, empezó saludando a los ministros, e inmediatamente pasó a saludar a los niños, que tenían enmarcados en sus buzos cada valor que representa el lema “Demos el paso”.
Como era de esperarse, también saludó y bendijo a los enfermos, policías víctimas de las minas, y a los adultos mayores, a quienes les bastaba verles el rostro para notar su felicidad.
Luego de los saludos llegó el momento más esperado por los bogotanos. El Papa Francisco subió al papamóvil y dio inicio al recorrido por la calle 26, donde las personas en las aceras lo saludaban y a quienes las bendecía desde su transporte. Aunque se presentaron varios inconvenientes en la vía para llegar a la Nuncia Apostólica, la Policía Nacional trató de mantener el orden para que el papamóvil avanzara.
Al llegar a la casa apostólica de Bogotá, los ex habitantes de la calle recibieron al sucesor del ministerio petrino con bailes; de igual forma lo hicieron varios grupo folclóricos. Se espera que el día de mañana se cumpla con la agenda prevista y organizada por los jerarcas del Vaticano, para luego pasar a la ciudad de Villavicencio -una de las más golpeadas por el conflicto armado-, Medellín -también padeció el flagelo de la guerra- y Cartagena, donde Francisco busca recalcar el valor de los derechos humanos.