Por: Yuliana Girón y Marlon Barros
Con el miércoles de ceniza se da inicio a los 40 días previos a la Semana Santa.
Los cuarenta días previos a la Pascua empieza con la celebración del miércoles de ceniza, suceso que se lleva a cabo después de las carnestolendas o fiestas de carnaval. Esta tiene lugar en diferente fecha cada año, aproximadamente entre los primeros diez días de marzo.
El miércoles de ceniza es una de las tradiciones más sagradas del catolicismo. Se origina gracias al pensamiento de que los carnavales son una fiesta pagana en la que se comía y se bebía por tres días para dar inicio al ayuno y la abstinencia.
En la biblia el Génesis decía “polvo eres y en polvo te convertirás”, lo que hace de esta una festividad para reconocer la propia fragilidad y la mortalidad. La costumbre consiste en que un sacerdote, o diácono si no se va a la iglesia, dibuja en la frente de quien lo desee una cruz de ceniza con los restos de palma.
El hábito histórico es tomar los restos de las palmas usadas el domingo de ramos del año anterior, rociarlos con agua bendita, aromatizarlos con incienso y posteriormente quemarlos, obteniendo así el polvo.
El párroco Jaime Rafael Mercado, vicario de la Iglesia de Nuestra Señora de las Gracias de Torcoroma, explica que las cenizas no significan un sacramento para perdonar pecados, sino que “es una invitación para convertirnos y arrepentirnos”, y aclara que, si una persona cuenta con pecados demasiado graves, “debe confesarse para recibir la gracia de Dios”.
El Papa Francisco también se unió a la tradición y se pronunció a través de su cuenta de Twitter. “Les deseo a todos ustedes que vivan este tiempo con auténtico espíritu penitencial y de conversión, como un regreso al Padre que nos espera a todos con los brazos abiertos”, trinó.