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Por: Daniela García

Tiene 27 años. Nació en Pereira y es hijo de una artista plástica y un ingeniero de sistemas. Estudió administración de empresas en el Colegio de Estudios Superiores de Administración (CESA), estudia una maestría en Relaciones Públicas, y Periodismo en la Universidad de Columbia en Nueva York.

A su corta edad Juan David Aristizábal ha sido distinguido según la revista Forbes como uno de los 30 colombianos menores de 30 años que están cambiando el mundo, ganó un premio en MTV millenial awards en la categoría Piensa en grande y recientemente fue galardonado con el premio Huge O’ Brian Youth Leadership, y es según la revista Dinero uno de los 10 jóvenes más influyentes en Colombia.

Hoy Juan David habla sobre su historia generando emprendimiento social y su gran apuesta hacia la educación.

Es probablemente agotador pensar mucho atrás en tus comienzos, de todo a lo que te has dedicado, pero es donde muchos jóvenes están actualmente, en sus comienzos, ¿recuerdas cómo empezó ese viaje en pro del emprendimiento?

 Desde muy pequeño yo tuve la oportunidad de ver las diferencias entre campesinos y mi familia y esas diferencias sociales se notaban mucho. Yo no vengo de una familia rica, pero mi abuelo era dueño de una pequeña finca cafetera y estar ante gente tan distinta, viviendo y palpando la inequidad desde tan cerca fue un llamado. Desde muy chiquito me pusieron a oír y escuchar las diferencias, escuchar a los que estaban alrededor mío y desde ahí me di cuenta que el mundo puede cambiar si tomamos decisiones en el presente. Mis papás me preguntaban ¿cómo va a ayudar?, ¿cómo va a hacer?, y ¿cómo es que usted va a participar del cambio social?. Yo creo que esa ha sido una de las grandes motivaciones que a mi me permitieron responder esa pregunta de cómo mis talentos me pueden ayudar a cambiar el mundo.

Hablar de ti estaría incompleto sin mencionar a Buena Nota, la fundación que creaste con Juan Manuel Restrepo, ¿de donde vino esa idea de juntar a un joven con una idea de emprendimiento social con voluntarios calificados que lo ayuden a desarrollar sus habilidades?

Nosotros nos dimos cuenta que hay muchas personas que quieren ayudar y hay muchas personas que están haciendo cosas y nos dedicamos a conectar todas esas historias con cambios sociales. Era evidente que había una conexión entre gente haciendo proyectos y nosotros dijimos, bueno, vamos a conectar todas esa historias con cambios sociales.

Hay jóvenes que mirarían tu currículum y todo lo que has hecho y dirían que es absolumante imposible lograr lo que tú has hecho, ¿crees tu que hay algo imposible?

Yo creo que hay cosas que son en algún momento se ven imposibles porque la sociedad no está preparada, pero en la infinidad del tiempo que solamente Dios sabe cuando es hay cosas que pueden parecer imposibles para esta generación no van a ser imposibles para las siguientes  y creo que cada generación está construyendo y ampliando la barrera de lo posible. Lo que hoy nos parece imposible en unos cien años será posible.

Parte de tu filosofía está constituida en el método de ensayo  y error, ¿cómo aprendes a lidiar con el fracaso?

Yo creo que todos en la vida deberíamos tener una hoja de vida de los fracaso, que no solamente refleje lo que hemos estudiado, los éxitos profesionales, sino que también refleje donde nos hemos equivocado y yo creo que el fracaso es tan importante para emprender y para hacer cosas, para hacer proyectos sociales porque uno aprende, esto funcionó, esto no, para no repetirlo y que en el siguiente experimento nos vaya muchísimo mejor. Lidiar con eso hace parte. El que no intenta, el que no se tira a la arena, el que no ensaya, pocas cosas logra. Cada paso, cada camino que a uno se le presente a la hora de liderar proyectos sociales y de activismo viene con un riesgo. ¿Cuál es el riesgo mayor? Es que lo esperado no suceda. Pero yo creo que todo va encaminado a cambiar el mundo.

“Llenando espacios”, el libro de tu autoría recoge la historia de 16 emprendedores sociales colombianos.  Juan David, ¿porqué contar historias? 

 Yo creo que una de las cosas más importantes que necesitamos en Colombia y en el mundo es demostrar que existe en la vida real gente que está haciendo cosas por transformar su entorno y que en la narrativa tradicional, en los medios tradicionales no los contamos y hay que contarlos con la misma rigurosidad y verdad, con  la capacidad de investigar que es lo que está funcionando porque esas cosas pueden hacer que una sociedad se inspire a participar de los cambios sociales. Gran parte de la búsqueda mía de contar historias es porque me gusta apoyar causas y una forma de hacerlo es encontrándolas y cuando las encuentro me parece injusto quedarme sólo con esa información y no que otras personas la sepan.

Juan David, para ti Colombia es sinónimo ¿de qué?

Colombia es sinónimo de esperanza, es sinónimo de un gran laboratorio para cambiar el mundo. Aquí tenemos con quién y cómo presentarle alternativas al mundo para transformar la humanidad, para acabar la pobreza, para mejorar el medio ambiente y eso somos, somos esperanza y somos oportunidad.

Tu historia siempre ha estado ligada a la educación, ahora estas trabajando en Todos por la educación y la ministra Gina Parody busca hacer de Colombia la más educada, ¿Cuál es el papel de todos por la educación para aportar a esa Colombia educada?

Todos por la educación busca convertir la educación en una causa nacional, que los colombianos tengamos como propósito hacer que la educación mejore y se inviertan más recursos y eso es muy poderoso, es un proyecto colectivo de distintas generaciones que estamos convocados a través de Todos por la educación.  Para ser el país más educado de américa latina  tenemos que ver a Chile que es el mejor de américa latina y aún nos falta muchísimo, porque tenemos que pasar a aumentar del 4.8 % de inversión del PIB al 7% de inversión. Entonces todavía falta bastante recursos, nos falta más voluntades políticas, pero vamos en el camino correcto como sociedad, porque si la educación mejora, una educación de calidad para todos yo creo que este país es imparable.

¿Cuál sería el papel del ciudadano de a pie, del que no es político y no puede hacer grandes reformas en la educación, para lograr ser el país más educado de américa latina?

Si uno es padre o madre de familia, leer un cuento, compartir tiempo con el hijo haciendo las tareas, yendo al colegio a preguntar qué es lo que le están enseñando y cómo pueden del día a día aportar a los cimientos que está haciendo un niño, porque para educar a un joven se necesita una comunidad. Si usted es un joven universitario tiene que comprometerse a que le vaya muy bien en la universidad pero también a velar por la calidad de sus profesores. Exija buenos profesores, no se contente con profesores vagos. Si usted es un personero estudiantil de un colegio privado o público, exija que su colegio le muestra cual es el plan educativo para mejorar en los ICFES. Si usted es un profesor en un colegio público métase a vigilar la veeduría a la contratación del programa de alimentación escolar  (PAE). Si todos unimos nuestros pedazos la educación en Colombia puede cambiar y ya está cambiando, pero el éxito de esto es participación ciudadana.

Somos una casa periodística universitaria con mirada joven y pensamiento crítico. Funcionamos como un laboratorio de periodismo donde participan estudiantes y docentes de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad del Norte. Nos enfocamos en el desarrollo de narrativas, análisis y coberturas en distintas plataformas integradas, que orientan, informan y abren participación y diálogo sobre la realidad a un nicho de audiencia especial, que es la comunidad educativa de la Universidad del Norte.

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