Por Isabella Donado
Una pandemia mundial no impide que continúe la deforestación, de hecho, es posible que se incremente, como es el caso de Colombia. A pesar de que en el 2019 se habían disminuido las cifras un 19,2% al comenzar la pandemia y la cuarentena en el 2020 estas aumentaron en gran cantidad. Uno de los lugares más afectados de Colombia es el bosque amazónico. Según el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), en este bosque durante los primeros tres meses del 2019 se deforestaron 35.000 hectáreas aproximadamente, mientras que en el 2020 fueron cerca de 64.000.
Estas son cifras que generan preocupación, ya que hay un aumento de 29.000 hectáreas y apenas son los primeros tres meses del año. Así pues, en vez de continuar con la tendencia de disminución, que se dio del 2018 al 2019, este aumentó en el 2020. En cuanto al resto del año, aún no está la información del Ideam. Según el ministro de Medio Ambiente, Carlos Correa, las cifras del año 2020 y del primer trimestre del 2021 serán expuestas en el transcurso del mes de junio de este año, pero todavía no están disponibles. Sin embargo, de acuerdo con el Global Forest Watch, Colombia perdió 320.000 hectáreas de bosque natural durante el año pasado.
Situación en el Atlántico
Centrándose en el departamento del Atlántico podemos encontrar varios casos de tala indiscriminada durante este tiempo de pandemia. Entre estos se encuentra la detención, ocurrida en el mes de febrero del 2020, de cinco personas en Juan de Acosta por tala indiscriminada, tras las alertas dadas por el Ideam. Otro acontecimiento, se ubica en la Vereda Las Nubes, Barranquilla, en noviembre del 2020. En este, la Policía Ambiental y la Corporación Autónoma Regional del Atlántico (C.R.A) detuvieron a los culpables y confiscaron la madera obtenida ilegalmente.
A pesar de estos todos casos y que en Colombia haya aumentado la cifra de deforestación, se podría decir que en el Atlántico ha disminuido. Aunque no se encuentren aún las cifras de deforestación, se hallan las de la pérdida arbórea, que incluye todas las causas por las que se pierden zonas verdes (incendios, tala ilegal, perturbación natural, etc.), y con esto se puede llegar a estimar la cantidad de deforestación. Según el GFW, este departamento tuvo una pérdida de cobertura arbórea de 338 hectáreas en el 2020. Mientras que en el 2019, fue de 557 hectáreas. Esto quiere decir que del 2019 al 2020 hubo una disminución de 219 hectáreas, siendo esta una cantidad notoria en comparación a la del año 2018 al 2019, que tan solo se redujo de 579 hectáreas a 557, es decir 22 hectáreas.
Con respecto a las causantes de una problemática como la deforestación, pueden variar. No obstante, es posible que esta haya aumentado debido a las condiciones que se presentaron durante el último año. Al generarse una pandemia mundial y llegar hasta el punto de hacer cuarentena, se descuidaron las zonas protegidas disminuyendo la seguridad en estas. De acuerdo con lo que dijo Rodrigo Botero, director de la Fundación para la Conservación y Desarrollo Sostenible (FCDS), los deforestadores se aprovecharían de la situación y abusarían de los recursos inadecuadamente. Con esto se hizo evidente que, a pesar de que haya una pandemia mundial, no va a parar la deforestación.
Algunas alternativas
Por lo tanto, está claro que no basta con la protección de las zonas, campañas y la educación ambiental. Se necesitan implementar otras soluciones para prevenir y disminuir esta problemática. Ahora bien, una pregunta que nos podemos hacer es ¿Con qué fin se talan los árboles hasta llegar a la deforestación? La respuesta de esto, al igual que la pregunta, es un poco sencilla y obvia. Los árboles se talan para obtener recursos como lo son el papel y la madera y una de las mayores causantes de la deforestación está en la extracción de madera ilegal. Esto quiere decir que se extrae la madera ilegalmente para poder llegar a producir más recursos. Otra pregunta a la que podríamos llegar sería ¿Cómo producimos estos recursos sin la necesidad de talar árboles?
Esto se puede lograr a través de diversos proyectos y reemplazándolos por otros productos naturales. Por un lado, para reemplazar la forma de obtención del papel mediante la tala de árboles, se puede generar el papel ecológico. Está hecho con cáscaras de mandarina, limón, naranja, papa, pepino, plátano, etc. Dos jóvenes de Sinaloa, México fueron los creadores de este invento. El papel es una mezcla entre papel reciclado y las cáscaras. Otro proyecto es generar madera de otros productos como el coco, la paja, cáscaras de maní, cáscaras de arroz, etc. Este proyecto se llama Kokoboard y su fundadora es la tailandesa Nutsinaporn Sinamonvech.
Estas son sólo dos formas de producir los recursos de otra manera y así aportar a la disminución de las cifras de deforestación. Si en el departamento del Atlántico se continúa con la tendencia y se aporta de otras maneras, es posible que esta problemática disminuya de manera significativa y aún más de lo que ya ha hecho. Uno de los proyectos que aportaría a esto es el plan de reforestación en el embalse del Guájaro, que desarrollarán la gobernadora, Elsa Noguera, y Ministerio de Ambiente y desarrollo sostenible. Por otro lado, en Colombia, se tienen que tomar medidas más drásticas para disminuir la deforestación y no llegar a unas cifras tan altas como en años anteriores, como las del 2016 y 2017 que se pasó de 178 597 hectáreas deforestadas a 219 973 hectáreas, como lo reveló el director de el Ideam, Ómar Franco. No es una falacia que el medio ambiente necesita de nuestra colaboración para que nos siga brindando los recursos.
