Por: Lucía Arrázola
En plena calle 70, justo al frente del centro comercial el Gran Centro, se encuentra el estudio fotográfico de Emilio Yidi. Llegué ahí a las diez de la mañana y, a pesar de la hora, el tráfico estaba en plena marcha. Hay lugares que simplemente nunca descansan. Lo mismo se puede decir sobre el estudio de Emilio, que está en constante movimiento. En los 15 años que ha estado abierto el estudio ha sido visitado por personajes de la talla de Vicky Tcherassi, Silvestre Dangond y Beatriz Camacho, entre otros. Pero, a pesar del éxito y renombre del cual goza Emilio por sus fotos, la fotografía no siempre fue su primera opción. “Yo estaba estudiando comunicación en los Estados Unidos porque me gustaba mucho la producción de comerciales para televisión y la publicidad”, cuenta Emilio.
Su interés no estaba en tomar fotos, pero por un error le tocó coger un curso de fotografía para llenar el semestre. Ahí fue cuando empezó a tomar fotos. Su primer premio lo ganó poco tiempo después, en una exposición de su universidad, donde se llevó el tercer puesto con unas fotos en blanco y negro que tomó en la fundación de su mamá, localizada en La Paz. “Después de eso nunca pare de tomar fotos”.
Y fue gracias a esa experiencia en la universidad de Purdue que ahora Emilio puede considerar la fotografía su estilo de vida. Para él, todo lo que nos rodea en este mundo es fotografía. De hecho, él considera que lo único que queda después de que morimos es la fotografía, las fotos son los recuerdos que nos quedan a través de todas las generaciones. Y ahora, las nuevas tecnologías han permitido que las fotos se compartan de manera más rápida, cambio que Emilio ve como positivo.
Emilio Yidi cuenta sobre sus inspiraciones y su experiencia con Alejandro Obregón:
Fotos del estudio de Emilio. En las paredes y repisas se puede ver una colección de revistas y anuncios publicitarios, que van desde los comienzos del estudio hasta el 2018.
El silencio es algo desconocido en el estudio de Emilio. Durante las sesiones de fotos siempre hay música de fondo, que va desde pop americano hasta música de carnaval. También se pueden escuchar las voces de su equipo de trabajo, en el cual se encuentra Roberto Martínez, su productor. El resto del equipo esta constituido por asistentes de fotografía, editores, retocadores y un estilista y maquillista para fotos de moda. “Un fotógrafo no puede hacer esto solo” confiesa Emilio. “Uno necesita su buen equipo de trabajo.”
Al describir su estilo, Emilio lo llama una mezcla de lo artístico con lo comercial. Sus producciones fotográficas implican un proceso en el que él crea las fotos, hace efectos, lleva a cabo composiciones y tiene en cuenta el manejo de luces. Este proceso a veces también incluye armar la escenografía específica para recrear un ambiente, trabajo que puede tardar más de un día. Y por esto, su estudio es uno de los pocos en Barranquilla que hace producciones como las que se llevan a cabo en Bogotá o Medellín. “Cuando la gente ve el trabajo final siempre se preguntan dónde fue eso, y cuando les cuento que fue en el estudio se sorprenden” comenta Emilio. “Pero realmente, en el estudio se pueden hacer maravillas.”
Recorrido por el estudio:
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