Texto y fotos: Giancarlo Rossettes A.
¿Qué relaciona la yuca con el vallenato? Esta unión tiene más en común que su origen. Pocos saben que a quienes escuchan vallenato les llaman “yuqueros”. Yo me pregunto: ¿de dónde salió este amasijo? ¿Qué tiene que ver un tubérculo con los sonidos de un acordeón, de una caja y una guacharaca?
Sabemos cómo nació el vallenato: una embarcación alemana llegó al puerto de Riohacha, trajo unos acordeones y los nativos los obtuvieron. Así crearon sonidos que no eran comunes de este instrumento. Apretaron ese fuelle y comenzaron a cantar sus anécdotas con melodías desconocidas, incluso, para los inventores del acordeón. Pero y la yuca qué.
La yuca fue el primer cultivo en darse en la costa, porque su suelo es preciso para que este alimento aflore por sabrosas cantidades. Fue y es un producto muy común dentro de la agricultura Caribe, donde los agricultores cultivaban y amenizaban sus jornadas con vallenato. El vallenato se nutrió con las historias campesinas. En tiempos antiguos, el escuchar el sonido de este fuelle, se asociaba con el cultivo de yuca. Por esto, poco a poco, se creó la asociación: si comías yuca eras campesino y oías vallenato, o viceversa. De allí surgió el mote de yuqueros con una intencionalidad denigratoria para el receptor.
Incluso, cuando un costeño se enojaba con la música de Escalona y Leandro Díaz, gritaba de inmediato a quien escuchara el acordeón: “¡deja de oír tanta yuca!” De ahí surgió esta unión del sabor.
La yuca pertenecía al campo, el campo nutría el vallenato y ambos fueron masivos. Hoy en día el sentido peyorativo del yuquero ha cambiado, pues para un servidor -y muchos otros más- es un honor ser llamado de tal forma, porque de esa forma se honra a la tierra y a su música. Así que no duden en llamarnos yuqueros, y si nos invitan a rumbear, que sea una rumba vallenata que llene el alma y acompañen el son de Alejandro Duran con una exquisita yuca para llenar el estómago.