Por: Manuela Moseres. Foto cortesía de Bruno Brieva.
El pintor y escultor barranquillero, Bruno Brieva, lleva más de 25 años dedicado al arte. Después de graduarse de bachillerato, estudió Administración Hotelera en la Universidad Autónoma del Caribe. Sin embargo, nunca ejerció dicha carrera porque su amor al arte lo llevó a tomar la decisión de estudiar Artes Plásticas en la escuela de Bellas Artes en Roma, Italia. Su talento lo llevó a participar en 1995, representando a Colombia, en la Feria Internacional Wooden Sculpture Camp en Japón donde por su potencial recibió alto reconocimiento.
Desde tizas en el colegio hasta plata en la actualidad, ha trabajado tallando en diferentes materiales esculturas en una búsqueda constante del equilibrio. El equilibrio representa, para Bruno, el mensaje que tiene cada escultura. En la pintura encuentra otro mundo, uno conformado por un lenguaje distinto que le permite descansar de la escultura sin dejar atrás la creatividad que lo caracteriza.
Cuenta Brieva, que desde pequeño le gustaba tallar. En las clases más aburridas del colegio se iba al último puesto donde se ponía a tallar con un pequeño punzón que le servía para hacer esculturas en tiza. De la tiza, casi empíricamente, paso a trabajar en madera por la nobleza de esta y la forma que adquiría. Después de su experiencia en Roma, cambió a piedra, mármol y bronce hasta llegar a la actualidad: experimentando con plata. A pesar de haber llegado a Italia con la idea de especializarse en mármol, decidió cambiarse al bronce, por la facilidad que tenía para expresar sus ideas y aplicar ideas más arriesgadas en cuanto a equilibrio que podía lograr con el bronce, pero no con el mármol, al ser este un material mucho más frágil en el que no se puede apoyar mucho peso. En la actualidad, lleva poco tiempo trabajando con la plata. Al ser la plata “una especie de prima hermana” del bronce, le permite la facilidad de expresar sus ideas.
Su experiencia en Roma se ve reflejada en sus obras caracterizadas por sus colores cálidos y la creación de distintos planos y dimensiones. Para Bruno, la experiencia de visitar Roma fue como visitar un museo al aire libre le permitía estar en contacto con diferentes épocas de la historia del arte. Aun sin saberlo en ese momento, se estaba enriqueciendo visualmente de obras que se reflejarían en obras en su futuro.
En 1995 viajó a la Feria Wooden Sculpture Camp para representar a Colombia. Esta experiencia fue muy particular para él. “Éramos casi 20 países y lo bonito del evento, de la experiencia, fue ver las diferentes culturas y lo que expresaban en las diferentes formas de expresarnos aun utilizando el mismo material, que fue la madera en ese caso. El intercambio cultural, gastronómico y artístico fue muy bonito y enriquecedor.”
El equilibro que es el mensaje que tiene cada escultura, dice Brieva, cada obra de arte que hace, porque es como una metáfora de la vida en donde el equilibrio se representa en todos los aspectos que uno vive, sea en la salud, en el amor, en el trabajo. Es con la búsqueda del equilibrio que encuentra esa búsqueda permanente del estado de felicidad y tranquilidad. Esta búsqueda ha ido cambiando con el tiempo y con el cambio de materiales. Al comienzo, esta búsqueda era limitada porque la madera no le permitía jugar con ciertos equilibrios que eran mucho más arriesgados. Con el cambio al bronce, encontró esa posibilidad donde podía apoyar sus malabaristas con tan solo un brazo o un dedo.
Su inclinación hacia la carrera de Administración Hotelera surgió debido a que en su casa no querían que se metiera de lleno al arte. Para su familia, era importante que tuviera una carrera a la cual se dedicase como trabajo normal mientras que se dedicaba al arte como un hobbie. Sin embargo, para Bruno, resulto lo contrario, el hobbie se convirtió su carrera normal de día a día y la carrera que estudio y de la cual se graduó la utilizo de hobbie. A pesar de que al principio no estaban de acuerdo con su decisión, al ver su éxito, lo empezaron a apoyar.
A Bruno le encanta jugar con la imaginación y es por esto que en la pintura encuentra un mundo distinto. Para él, la pintura es otro lenguaje, uno donde encuentra un descanso de la escultura, que dice es un poco más pesada. Con la pintura se sienta con un caballete y pinta directamente. Fascinado por el juego con los colores, los planos y las dimensiones, plasma sus ideas en el lienzo. Sus orígenes caribeños son resaltados en sus obras a través de los colores y la jocosidad de estas.
Los rostros de las mujeres son unas de sus más características obras. En estas lograr capturar la esencia de la mujer, con detalles, colores y expresiones. Para Bruno, la idea surgió de captar una especie de retrato de la mujer en una actitud no posando y de una forma muy relajada, con un juego de luces que para él representan el caribe, colores cálidos y con fondos azules, que representan el mar. El secreto de estas obras es entonces la combinación del azul y sol que ve en el caribe con las características particulares de la mujer en posiciones sensuales, relajadas y espontáneas.
Y como dice este gran apasionado al arte, su amor y dedicación al arte no va a terminar hasta que San Pedro le agache el dedo.
Fragmento de la entrevista al artista Bruno Brieva