Aunque el Gobierno garantizó el normal suministro de energía en los próximos dos años pese a los retrasos en la entrada de Hitroituango, dirigentes empresariales y gremiales pidieron mantener el balance en la generación para garantizar la confiabilidad del servicio.
Al intervenir en el Caribe BIZ Forum 2021, organizado por la Cámara de Comercio de Barranquilla, el ministro de Minas y Energía, Diego Mesa Puyo garantizó el suministro normal de energía eléctrica. Afirmó que los embalses de las hidroeléctricas están por encima del 80 por ciento y que la probabilidad de más del 80 por ciento de la existencia del fenómeno de La Niña hace prever que habrá lluvias en los próximos meses en todo el País.
El funcionario dijo además que a ello contribuye también la subasta de cargo por confiabilidad que se hizo en 2019 previendo la demora de Hidroituango, la cual “permitió abrir la puerta a nuevos proyectos para garantizar el suministro de energía hasta el 2024, a pesar del retraso de la entrada en operación de esta hidroeléctrica”.
Sin embargo, Luis Miguel Fernández, presidente de la generadora Tebsa; Alejandro Castañeda, director ejecutivo del gremio Andeg; y José María Castro, director de la Sociedad Portuaria El Cayao, coincidieron en la necesidad de no desbalancear lo que tenemos balanceado en la matriz energética para garantizar la confiabilidad y estabilidad en el suministro de energía.
“No podemos satanizar los combustibles cuando se promueve la transición energética. El problema no son los combustibles sino la combustión. Hay que desarrollar tecnología para mitigar los efectos o compensarlos. Pero el gobierno tiene mensajes encontrados. Dice que las térmicas son el plan B, pero desde la regulación pone en riesgo la estabilidad de ingresos a las plantas existentes y la confiabilidad del sistema eléctrico nacional. Cambiar las reglas de juego es un mal mensaje. Y más cuando hay retrasos en Hidroituango y otros proyectos”, dijo Castañeda.
Por su parte, Fernández, de Tebsa, señaló que “las señales regulatorias actuales dificultan la llegada de inversión necesaria para atender el crecimiento de la generación de energía y defender el sistema térmico. Esos mensajes desestimulan la inversión en este sector que involucra cientos de millones de dólares, tienen impacto en la cadena de construcción, y genera beneficios transversales en distintos eslabones de la economía como el transporte, transferencias de ley ambiental y empleo”.
José María Castro, de la Sociedad Portuaria El Cayao, que opera la terminal de importación y regasificación de gas natural licuado (GNL) de Cartagena, insistió en que el reto en la matriz energética es mantener la confiabilidad y hacer una transición bien manejada sin descuidar las ventajas que tenemos en Colombia.
“En las señales regulatorias hay que dar el espacio para que los inversionistas tomen decisiones con visión de largo plazo porque se requiere estabilidad en lo jurídico y en la regulación para que el País pueda atender el crecimiento de la demanda que se viene a corto, mediano y largo plazo. Hay que garantizar la suficiencia en la generación de energía y en la confiabilidad del sistema para evitar riesgos de racionamientos como los que se ven en otros países como Chile, España, Alemania, e Inglaterra. Y ello implica también garantizar la supervivencia de los proyectos de generación firme”, señaló el empresario.
Los panelistas coincidieron en destacar la preocupación desatada en el mundo por la primera crisis energética derivada del proceso de recuperación económica que ha llevado a que la demanda de energía crezca provocando lo mismo en la de energéticos y ocasionando precios muy altos de estos insumos y en los costos de generación de energía. Y resaltaron que no ha habido forma de reaccionar a ese crecimiento de la demanda de energía, en un escenario donde las renovables no han aportado la que se esperaba dejando sin soporte los sistemas de varios países.
“El retraso de Hidroituango y de otros de generación con renovables nos pone frente a la necesidad de hacer un seguimiento al sistema para ver cómo se va a atender el crecimiento de la demanda. Quizás se requiera una nueva subasta por cargo de confiabilidad en 2024 para garantizar una mayor oferta de energía en firme”, advirtió Alejandro Castañeda.
En ese mismo sentido Luis Miguel Fernández, presidente de TEBSA, recordó que el sistema eléctrico colombiano está expuesto a la variabilidad de las lluvias y ahora se le está introduciendo la de los vientos y la luminosidad del sol. “Las experiencias internacionales demuestran que si eso se hace y se reduce la generación firme con térmica y aumenta la demanda de energía no habrá suficiente capacidad de producción para atenderla. Hay que garantizar el equilibrio de la matriz energética para ser más competitivos”.
Finalmente, Manuel Fernández, presidente de la Cámara de Comercio, señaló que “Hay que hablar claro y decir que Colombia tiene una de las matrices de generación de energía más limpias del mundo y que nuestra huella de carbón es muy baja. El debate sobre la transición energética es ambiental pero también social y económica y debe basarse en la importancia de nuestras mineras para el PIB de la Región Caribe, considerando también sus importantes encadenamientos productivos”.
Y concluyó la “experiencia de los países que van adelante en la transición energética muestra aciertos y desaciertos y nos dice que no podemos acelerarla y que debemos fortalecer nuestra matriz energética dándole prioridad a la confiabilidad”.