Por: Edgardo Gómez
Si hay algo que caracterice a Barranquilla, año tras año, es la celebración de ese gran evento que paraliza las calles, pero pone a mover las piernas de los ciudadanos, y hace que todo gire a su alrededor: el carnaval. El 2017 arrancó con muchas expectativas, especialmente para la entonces reina, Stephanie Mendoza Vargas, mejor conocida como Fefy, una joven de 23 años, estudiante de noveno semestre de derecho en la Universidad de Los Andes, en Bogotá, hija de Victino Mendoza Nicolella y Patricia Vargas Guzmán, también amantes del carnaval.
“Siento que nunca hubo ese pensamiento de ser reina, porque me daba miedito de pequeña. Lo veía más como un sueño, que como una realidad factible, pero siempre estuvo presente en mi vida. Me lo decían mis papas, quienes me comentaban que su niña debía ser la reina. No puedo decir que ser reina es todo, porque también ya casi soy abogada, gracias a Dios. Soy hija, amiga, hermana, y todas de una muy buena forma”. Fefy se ríe y agrega: “Eso de ser reina es un periodo de la vida muy lindo, en el que tu vida se vuelca y se transforma. Son entre 6 y 8 meses excesivamente intensos en los que tu vida se marca y no vuelve a ser la misma.”.
Ser reina implica un tiempo lleno de alegrías, pero no es todo color de rosa. Por ejemplo, Stephanie tuvo que prepararse aproximadamente tres años con clases de baile y, simultáneamente, debía cumplir con su rol de estudiante de derecho. “Cuando eres reina, esto se vuelve un trabajo de tiempo completo. Al principio estudiaba y practicaba en el mismo día, pero después no me dio el tiempo para hacer ambas cosas, así que me dediqué al reinado.”
La compañía de todos
Esto es un mérito que no toma para sí misma, pues se lo otorga también a sus papas, su hermana, tíos, novio y a todos aquellos que las han ayudado y han jugado una parte importante en este proceso. “Es algo que las personas no ven, quienes ayudan y aportan en esta locura”, dice la ex Reina.
Fefy ya se había lanzado como candidata de las fiestas en 2016, pero Carnaval S.A. consideró que era preferible esperar otro año para que no afectara los estudios de la entonces candidata. “Aspiré a ser reina un año antes y no me lo dieron, aspiré de nuevo y gracias a Dios quedé, porque el tiempo de Él es perfecto. Estoy segura que si hubiese quedado en 2016 las cosas habrían sido extremadamente distintas.”.
Las reinas se ven enfrentadas a una serie de críticas, producto de su rol como figura pública. En cuanto a la posición de la ex reina ante las voces negativas, ella responde con mucha energía: “Es difícil afrontarlas”, aunque señala, a su vez, que tuvo la fortuna de no recibir tantos señalamientos como otras soberanas de las fiestas, “pero logré entender que el objetivo de estas es la de mejorar” agrega.
En cuanto a los medios, Stephanie Mendoza acepta que se estaba dejando consumir por ellos, pero, a la vez, ella misma afirma que, agradeciendo a sus padres y a Dios, que sus pies siempre estuvieron en la tierra. Su familia le recalcaba constantemente como nadie es más que nadie y que “¡el carnaval es pa’ gozar!” Un concepto que ella asegura haber tenido presente siempre: “Algo que tenía claro es que quise mostrarme como una reina amiga, como una reina que las niñas y jóvenes pudieran decir yo puedo y quiero ser como ella. Ella es mi amiga, mi compañera.”.
Pasar desapercibida es algo difícil para una persona con tal belleza y esplendor como cualquiera de las ex reinas del carnaval y/o de belleza. Pero para Fefy parece haber sido fácil. Sin embargo, como muchas celebridades, ha experimentado minutos de fama en los que las personas le gritan “Fefy” en la calle o solo le ondean la mano del otro lado de la acera. En su último vuelo a Bogotá, un señor le pidió una foto, y luego una fila de personas estaban esperando para tomarse una también.
Planes a futuro
“No me gusta vivir en Bogotá”, dice, con una voz muy seria. Su estancia en la capital la ve como oportunidad de avanzar, por cuanto tiene la posibilidad de estar en una buena universidad con excelentes profesores y la ventaja de hacer una doble titulación, es decir, derecho y gobierno al mismo tiempo. Sin embargo, su objetivo es volver a Barranquilla.
Sobre la posibilidad de que María Paula Mendoza, hermana de la ex Reina, se convierta en futura candidata a ser soberana del Carnaval, Fefi comenta que no existe posibilidad alguna: “A María Paula le gusta rumbear, pero no le gusta tener el protagonismo.”.
¿Y qué sabe Fefy de las reinas anteriores a ella? Conoce a todas, son sus amigas y tienen un grupo de Whatsapp donde hablan sin parar. “Ellas son personas hermosas que me dieron muchísimas recomendaciones al momento de tomar la corona: queridísimas todas”.
La elección de la soberana de las fiestas es otra de las críticas que se hace, y frente a esto, Fefy Mendoza considera que “la reina debería ser del pueblo. En la actualidad, la reina asume con gran parte del gasto del Carnaval y hasta que eso no cambie, es imposible que la reina sea elegida por el pueblo.”.
La ex Reina está segura que repetiría esta experiencia todas las veces que pudiese. Expresa que por cada niño que sonrió, por cada abrazo sincero que recibió, por cada aplauso y por cada segundo de apoyo que tuvo durante el reinado volvería a pasar por todo ese “bembé”. “Créeme que si tuviera la oportunidad de repetir el reinado lo haría hasta más no poder”, dice la joven Stephanie.
“La vida me dio la oportunidad de ser reina del carnaval 2017, y como muchas niñas y jóvenes, les digo que sí se puede, que el dolor no es nada comparado con el amor, y la pasión que se le da a la oportunidad, así que les mando un beso y un abrazo a todos los que me apoyaron. A aquellos que vieron mis comparsas, los que bailaron “vacílatela con Fefy” y a todas aquellas personas que se sintieron identificadas conmigo. No olviden que Stephanie Mendoza siempre será una amiga más.”, concluye, haciendo referencia a la idea que, sostiene, siempre quiso proyectar como reina del evento más importante de Barranquilla.