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Por Victoria Torres y Merys Acuña

A lo lejos se escucha el merecumbé, los éxitos de Pacho Galán. Se puede ver el templo de San Antonio de Padua, uno de los más antiguos del Atlántico. En las noches no falta el sonido de la palangana que avisa la llegada de la propia butifarra. Todo esto ocurre en el municipio de Soledad, Atlántico, la tierra natal del maestro y periodista Fernando Castañeda García, esa tierra que además ha sido la protagonista de sus obras y relatos desde su niñez. 

El patrimonio gastronómico siempre rodeó la casa del maestro Castañeda. “Soy hijo de una señora famosa que hacía comida aquí en Soledad, se llamaba Eufrosina García, pero era más conocida como ‘La Mona’, un personaje de la gastronomía soledeña”, recuerda Castañeda 14 años después del fallecimiento de su madre. Y es en su núcleo familiar que nace ese orgullo por Soledad y sus tradiciones .   

Siendo un niño lo ponían a moler el cerdo para hacer la famosa butifarra. “Hacía eso en mi casa con mi hermano, íbamos a jugar futbol y nos decían que muelan primero el cerdo (…) listo hay que moler el cerdo, que embutan la tripa, pero todo esto yo lo hacía de mala gana, no puedo decir que yo sé lo hacía a mi mamá con ganas, no puedo mentir”, menciona con sensatez. 

Su interés por el arte comenzó desde pequeño cuando hacía caricaturas de profesores y amigos en su clase. “No eran historias que yo inventaba, si no que sucedían en el colegio, yo hacia la caricatura al profesor y le ponía algún texto, eso me costó muchas veces que me suspendieran de clases”.  En su libreta de 100 hojas cuadriculada quedaron estas ilustraciones que ahora guarda Wilman Páez, su gran amigo de su colegio quien las quería conservar y recordar siempre.  

¿Cuándo empieza a pintar la tradición soledeña?  

-Mas que pintar la tradición soledeña, yo me dediqué a pintar aun personaje que conoce la ciudad, desde el estrato más alto hasta el estrato más bajo, que es el butifarrero. Para esa década el Joe arroyo saco un disco llamado El centurión de la noche y me pareció genial ese título para hacer una serie de butifarreros entonces comencé a pintar a los butifarreros y hasta ahora sigo con esa temática, lógicamente se ha ido transformando porque uno va cambiando cosas, pero si hace 40 años comencé con la temática del butifarrero.  

La idea de pintar al butifarrero fue rescatar a ese personaje y contar historias. Como lo hizo en su cuadro ‘Hablando, armando’ que se encuentra en la gobernación del Atlántico. Armando Lance fue un famoso personaje soledeño con el que hizo un trabajo periodístico y pintoresco. 

“Yo me vine aquí al barrio porvenir como un sábado con el temprano quería conocer que hacia él. Me fui con una cámara y sin grabadora. Me fui con él, hicimos todo un recorrido en Barranquilla y me di cuenta de que él no solo vendía sus butifarras, si no que había gente que lo llamaba: ‘¿Ey ya vendiste todas tus butifarras?’ Ayúdame ahí a vender unas 200 butifarras más, él decía:  tranquilo dámelas y las vendía”.   

Fue tanto el interés del maestro Castañeda que notó diversas historias que se crearon y que no le favorecían al butifarrero. La gente no tomaba en serio su trabajo, los miraban como mamadores de gallo o pensaban que el cuchillo era una instancia para atracarlos. Por el contrario, Castañeda consideró que no todos eran así y que su trabajo tenía que ser un poco más respetado.  

El maestro mencionó “salir a vender butifarra donde hay tanto butifarrero en la calle, te puedes imaginar es un azar” Por esto él cree que son personajes que no hay que reivindicarlos si no mostrarlos a la ciudad. 

 Fernando Castañeda, además de pintar la tradición, estudió Artes plásticas en Bellas Artes y termino en el año 79. También fue docente y periodista. Gracias a sus conocimientos y preparación está enseñando a los jóvenes a preservar la cultura soledeña, pero tiene claro la realidad de su trabajo.  

“Parte de mi vida la he dedicado a este trabajo de la cultura que son trabajos que muchas veces parecen ingratos, pero uno no lo hace por recibir algo a cambio, es por dejar cosas”  

Preservar el legado de Soledad es una de las razones de este soledeño para seguir en pie. Con unas cuantas canas, pero lleno de experiencias, el maestro Castañeda ha escrito tres libros ilustrados sobre la historia de Soledad, fundó una casa de cultura y fue el creador del proyecto del instituto municipal de cultura. Sin embargo, no cuenta con el apoyo necesario.  

¿Tienes usted vínculos o ayudas políticas?  

-Yo no soy burócrata, soy es un artista, nada más, no creo en ninguno de ellos, por eso a mí me tienen abierto, yo no creo en nada de estas cosas que están haciendo aquí. Yo creo en los jóvenes. 

 Respeto y apoyo es lo que reciben los jóvenes del municipio cuando van a la casa del maestro, quien les provee materiales y los atiende en lo que necesiten. Miguel Guerra fue uno de los alumnos de Castañeda cuando él tenía su taller.  

¿Aun funciona el taller de arte? 

-No, no acabe el taller porque quise, sino porque se quemó la casa. Una casa que estaba en la 19 con Carrera 19, era una casa de paja. Hay tenía yo el taller se llamaba taller experimental de arte y daba clase a jóvenes y a niños los sábados nada más.  

Su recorrido por el camino del arte ha sido diverso. El no solo ha pintado personajes que cuentan una historia también ha ilustrado de manera critica la realidad de las ciudades y el contexto en el que viven. 

“Una ciudad vuelta mierda” es el título de una de sus obras que se encuentran en el museo del Atlántico

– Es contar la historia de una ciudad vuelta nada, Barranquilla estaba vuelta nada y posiblemente la gente cree que lo que se cuenta de la historia es urbana. No, es una historia de la gente de la ciudad vuelta nada y no me refiero al indigente, sino a esa población que no piensa. Es una población que vive en un circo llamado Junior y Olímpica y ese tipo de cosas. Esa es la ciudad de la que yo hablo. De hecho, en ese cuadro si son observadores van a ver un detallito como si fuese un grafiti ahi en una pared.  

Castañeda también ha pintado murales de hecho, uno de los más importante fue el que hizo contando la historia de Soledad. Es un mural que estaba en el barrio el Inem que hace años lo borraron, pero que tenía personajes significativos como Pacho Galán y Alci Acosta. 

Hablando un poco de sus trabajos más antiguos y reconocidos mencionó que hay uno en especial que desde hace ya 10 años lo hizo pensando en el cementerio, Central de soledad, pero aún no ha habido ningún alcalde que se interese por el proyecto. Ya que es muy complejo y se necesita bastante mano de obra. “Es la historia de Soledad, como surgió, gráficamente ahí lo hago hasta la ciudad que pensamos. Ese es un mural que está proyectado para una ciudad también del futuro” y entre risas teniendo en cuenta la situación del cuadro dijo: “a la final eso si no se hace no va a pasar nada. De pronto lo hará mi nieto Christofer que también le veo ganas y también está pintando” 

En Soledad no solo Fernando es el único interesado en preservar la cultura, también tiene un grupo de amigos profesores de colegios cercanos que lo apoyan y más quedar clases enseñan a los niños a apropiarse de sus raíces.  

“La idea es que no se pierda la cultura soledeña”, menciona el maestro Castañeda 

Visualizar al muncipio que muchas veces es olvidado suele ser complejo para el como artista. De forma critica hace una comparación en donde el considera que Barranquilla es más visualizada, pero no tiene tantos personajes a nivel artístico como Soledad. El maestro menciona “la verdadera vocación de Soledad es una vocación artística y cultural, que no es la de Barranquilla”. 

También nombro a reconocidos influenciadores de la cultura como el poeta Gabriel Escorcia Gravini, Pacho Galán, Alci Acosta, checo acosta, Rafael campo miranda y Gabriel Segura Miranda. Ellos representan gran parte de la identidad que hoy con orgullo llevan los soledeños como él.

El maestro no le teme a los cambios y siendo el un artista cultural en actualidad reconoce que su obras tambien van tranformandose con el paso de los años. Sus cuadros no son los mismos, ahora juega con las tonalidades, colores y por supuesto permanece en busca de historias nuevas en su Municipio.

” La cultura no desaparece, la cultura es cambiante. La cultura es permanente, pero se transforma en la medida que la sociedad se transforma, se le agregan nuevos elementos que es diferente” menciono el maestro asegurando que seguira el camino de la enseñanza hacia los jovenes para valorar las grandes ideas de futuros artistas.

Nos motró su taller de creación en donde se encuentran los pinceles y lienzos que poco a poco fueron dando color a todo su entorno artistico cultural. Al finalizar la conversación su esposa nos ofrecio un delicoso jugo de tomate de arbol para combatir los calores en el municipio de Soledad, pero nos quedamos con las ganas de esas butifarras que el Maestro tanto ilustra.