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Por: Naria Rodriguez y Steffy Riquett

 

El Bolsillo, teatro de bordillo: “Triki, Triki… Halloween”

 Cinco y media de la tarde. Barrio ‘Los Olivos’. Una familia observa minuciosamente desde su terraza cómo preparan la calle para recibir la gran noche. Desde muy temprano, los niños caminan por el lugar a la espera de alguien que les pregunte de qué van disfrazados. Los Olivos tiene ese aire de barrio donde sabes que los niños aún son felices al jugar fútbol con piedras que encuentren en cualquier Esquina.  Una niña camina y otra joven le pregunta  -¿de qué estás disfrazada?-. Es evidente. Lleva un vestido verde,alas y zapatos blancos. Con una sonrisa responde: -de Tinkerbell-. Definitivamente aman la pregunta

 Seis de la tarde. Ya ha oscurecido. Alrededor de cincuenta sillas llenan la calle. Un telón color negro adorna el escenario. Tres personas se acercan y abren un pendón que dice “Festival de circo del Caribe Nariz Roja”. Una maleta donde se lee la palabra “Monedita” se convierte en el centro de atención. Los niños y adultos comienzan a tomar asiento. Policías, payasos, robots, Narutos, princesas, brujas…Todos están ahí por la misma razón: disfrutar de un show que cambie su noche.

 Seis y media de la tarde. Aparecen tres payasos con una nariz roja que marca la diferencia entre todos los disfraces. Tiene un significado muy especial. ‘Lucas Clown’, junto a su amigo ‘El Payaso Nariz Roja’, deseaba recuperar el mundo del circo, pero en el año 2013 la muerte de Nariz Roja cambió el curso del proyecto. A pesar de eso, ‘Clown’ decide apostarle a un festival de circo que lleva su nombre.

 Han pasado dos horas. Tres payasos hacen una breve presentación al show de la noche. Las personas comienzan a gritar: “monedita, monedita”. Después de esperar varios minutos,  un payaso aparece en escena: es alto, no lleva zapatos ni maquillaje; hace su entrada con una escoba entre las manos. ‘Monedita’ sube al escenario, los niños no han podido esperar el primer truco cuando ya han soltado una carcajada. Se maquilla frente a los espectadores y hace algunos movimientos con sus manos que sorprenden a los niños. La música acompaña su show, llama a alguien del público y un pequeño niño se acerca, lleva una braga de varios colores, camisa amarilla, una gorra, nariz roja y zapatos negros. Un payaso. ‘Monedita’ le pregunta, “¿de qué estás disfrazado?” Tímido y con una sonrisa responde: -de payaso-.

 Avanza el show. De sus manos salen plumas, muchas plumas. El pequeño payaso se sorprende y una sonrisa aparece en su rostro. Después de terminar su espectáculo, ‘monedita’ le da la mano a su colega y lo deja ir. Llama a otro espectador, esta vez la oportunidad es para una niña que lleva un vestido verde y alas. Es Tinkerbell. ‘Monedita’ hace la pregunta una vez más: – ¿de qué estás disfrazada?-. Ella responde: “Tinkerbell”. Suena la música. El payaso saca una cuerda de colores de su boca mientras Tinkerbell lo observa detenidamente. Carcajadas. Aplausos. El público ríe. Termina el show. A pesar de la oscuridad y el misterio que rodea la noche, Monedita logró convertir una simple calle en un teatro de bordillo. Los niños, por su parte, solo esperan que llegue el próximo año para volver a disfrutar del festival.

 Estación de los Sueños: “Uno, dos, tres… ¡Magia, magia!”

 Siete en punto de la noche. La magia se apodera de un pequeño garaje en el barrio San Isidro llamado “La Estación de los Sueños”. Desde la terraza se podía observar un escenario cubierto por un telón negro y reflectores. En el centro de este, un hombre de sombrero rojo escucha al público pedir el inicio del show. Después de algunos minutos y sin más preámbulos, Tony Show comienza la función.

 El mago revela su rostro adornado por una nariz de cerdo y una gran sonrisa mientras comienza a contar la historia de sus orígenes.  Primero había intentado hacer malabares con limones; todo en orden.  Luego había avanzado a las naranjas; ningún problema. Por último fue a buscar huevos a la tienda; un desastre. El público suelta las primeras carcajadas. Aparece la voz de Mamá Chávez: -¡Tony! Ve a traer el agua-. El mago se acerca por primera vez a la jarra mágica que nunca queda vacía y deposita el contenido en otro jarrón.

 Tony había decidido ser mago el día que Mamá Chávez le mostró “El Libro Mágico” que ahora nos mostraba a nosotros. Los trucos de Tony Show lograron sorprender a todos los presentes. Cartas, varas, monederos mágicos, desaparición de palomas y hasta predicciones. Nadie lograba despegar la mirada del escenario. Cuando pedía un voluntario los niños levantaban las manos para pasar al frente y poder vivir la experiencia más de cerca. De vez en cuando alguna música ambiente se escapaba de los bafles y las luces de las cámaras apuntaban hacia los rostros sonrientes. Detrás de mí un hombre de unos  treinta años gritaba con más emoción que los demás. Después de varios minutos, el espectáculo que se vivía en “La Estación de los Sueños” logró confundir la realidad con la fantasía. Y justo cuando menos lo esperas… Mamá Chávez: -¡Tony! Ve a traer el agua-. Inexplicablemente la jarra tenía agua de nuevo.

 Aunque apenas quedaba espacio para mover las manos y aplaudir, la alegría que se vivía en el lugar lograba compensar cualquier otra comodidad. Pero no todo era diversión. Detrás de algunos trucos, Tony Show logró recrear los conceptos de daltonismo y Deja Vú. Realizó las mismas acciones más de cuatro veces haciéndonos entrar en un bucle mental mientras le preguntaba a alguien del público – ¿Qué es lo que significa Deja Vú? – Algo que crees que has vivido-. Después de varios intentos, Tony finalmente concluye –Bien, Vuja Dé es  todo contrario… algo que nunca hemos vivido-. Las aplausos lo despiden en señal de agradecimiento por aquel show.

 A las ocho en punto de la noche. El público se marcha con dulces y satisfacción. Los camarógrafos desmontan los equipos y José Antonio sale del garaje con sudor en su frente a preguntar -¿Qué tal, les gustó?-.Imposible negarlo. Tony se marcha. Los portones de La Estación de los Sueños se cierran. Adentro queda atrapada la magia y la voz de Mamá Chávez: -¡Tony! Ve a traer el agua-.

proyecto ganador de la convocatoria 

Becas para la Creación y circulación de 

contenidos periodísticos sobre economía naranja

Programa Nacional de Estímulos

Ministerio de Cultura 

 

 

 

 

 

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