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FuckUp Nights acoge a por lo menos 250 barranquilleros en cada edición. El encuentro hace parte de la comunidad mundial de más de 270 ciudades en más de 75 países que replican la iniciativa de “compartir el fracaso”. En Barranquilla se han desarrollado ya 17 versiones en las cuales han intervenido importantes emprendedores del Caribe colombiano. El evento, organizado independientemente por un grupo de ‘pelaos’ de la ciudad, se realiza el último jueves de cada mes en un lugar diferente para cada ocasión.

Por Alexis Posso

Donde normalmente se baila salsa, hoy se baila al ritmo del fracaso. Cachao es un bar muy conocido del uptown barranquillero. Casi no hay luz una vez se cuela la noche por entre los grandes ventanales. En otros días, a esta hora ya se escucharían los ritmos afrocubanos que tanto caracterizan al establecimiento. Pero hoy no hay música, sólo el murmullo creciente de las casi 250 personas que han decidido asistir y el zumbido mecánico del neón incandescente.

Fuckup Nights es un encuentro que se autoproclama ‘disruptivo’, aunque en este punto aún no queda claro qué es exactamente lo que interrumpe. Hoy estoy invitado a hacer de presentador para los tres speakers que, valga la redundancia, hablarán durante el curso del evento: tres emprendedores exitosos que nos contarán un poco sobre sus fracasos en los negocios y en la vida.

Xail y Ecatzin Iguarán son los dueños (una expresión netamente figurada, dicho sea de paso) del evento en las ciudades de Barranquilla y Santa Marta. FuckUp Nights nació en México en 2012, cuando un grupo de amigos, hartos de fallar y fallar en sus vidas profesionales y, hay que decirlo, con unos cuantos tragos encima, decidieron sincerarse, salir del closet de las apariencias y contarse entre ellos las historias de las veces en que la habían “embarrado”.

La idea fue tan buena que decidieron seguir haciéndolo cada mes. Una cosa llevó a la otra, y más gente quiso unirse al “maravilloso y liberador” club de fracasados. Hoy en día, este “encuentro disruptivo” está presente, a través de staffs independientes, en más de 250 países en el mundo.

La noche de hoy es la décimo séptima vez que se realiza un FuckUp Nights en Barranquilla. Parte del encanto de esta reunión, para muchos, es esa sensación de pertenecer a lo underground, a lo clandestino. El evento se planea todo el mes y lo que se divulga inicialmente es la fecha. El lugar, la hora, los speakers y el treat de la velada se van publicando, vía redes sociales, a medida que se acerca el gran día. Todo sea por mantener las expectativas arriba.

“Creemos que es importante replicar la iniciativa porque eventos como este ayudan a generar conciencia sobre la importancia de caerse. Los colombianos somos muy medidos con las cosas que compartimos y eso no es tan bueno a la hora de sentirse preparado para emprender”, dice Xail.

Ella y Ecatzin han visto crecer el asunto. Ambos son hermanos, y FuckUpNights es su pequeño hijo adoptivo. Uno que, aunque no les entrega divisas a fin de cuentas, les produce el placer de ayudar a una ciudad con potencial a ser más emprendedora.

Un hombre del tamaño del Increíble Hulk, dueño de un club de entrenamiento. Una mujer dulce con un gran amor a los niños del mundo y un señor con porte de filósofo y una honestidad sobrecogedora son los invitados de hoy. La noche de fracasos hoy les pertenece a Daniel Jaramillo, de PowerFit Training Club, Isha Ramirez, de la Fundación Chukuwata y a Mauricio Toro, de Picaditas picadas-refrigerios.

“Encontrar espacios para que la gente le pierda el miedo a hacer empresa, a crear, eso me parece que es construir país”, dice Ecatzin.

La noche avanza entre risas y mojitos 2X1. Cada historia, cada tropiezo, pinta de un color nuevo el ambiente, ha sido un placer comandar la noche, micrófono en mano.

Entradas las 8 p.m., va siendo hora de decir adiós. La última parada de hoy es el Networking, un segmento en el que los presentes intercambian contactos. El sueño de Eca y Xail siempre ha sido conocer, desde que organizan esta fiesta de caídas y golpes, una historia de emprendimiento que haya hecho sus raíces en FuckUp. Ese día todavía no llega, pero nadie pierde las esperanzas de que lo hará muy pronto.

Al final del día solo queda irse a casa. Apagadas las luces, callado el rumor incandescente del neón y contadas las historias, no hay mucho más que decir, salvo que de este lugar se fueron 250 personas, algunas inspiradas, otras quizá borrachas y otras mojadas porque les dejaron caer un trago encima. Pero todas compartiendo el conocimiento nuevo de que no se necesita ser exitoso desde el principio para formar el negocio de tus sueños.

Que lo importante, y que quede claro, es intentarlo cuanto sea necesario.

P.D:

Después de haber estado aquí y escuchar todo lo que se dijo, me queda claro por qué FUN (abreviatura de FuckUpNights) es un encuentro “disruptivo”. ¿Qué otro calificativo podemos emplear para un espacio que sirve para interrumpir el letargo de muchos emprendedores talentosos que tienen miedo a fracasar? Sinceramente, no puedo esperar a venir el mes entrante.

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Para todos los que nos formamos como contadores de historias en este particular espacio de tiempo, y en estos momentos cuando estamos buscando dejar atrás la piel de un reptil que, como país fuimos, es necesario aprender a armar memoria, sin perder los estribos, con pedazos sueltos, pedazos de acciones, recuerdos y olvidos.

Esta es una colección de historias que ofrecen oportunidades, historias quizá nuevas, quizá conocidas, pero todas escritas desde las perspectivas a veces juguetonas, a veces muy formales, de una serie de mentes fértiles de las que brota la necesidad de dar a conocer un país diferente a aquel que nos venden y que, tristemente y con frecuencia, compramos al precio más bajo.

#YoConstruyoPaís es la muestra inequívoca de que Colombia vale oro. Y a la vez es una invitación de El Punto y las jóvenes generaciones de periodistas de Uninorte -que no pasan de sus 20 años-, a pensar y proponer un país mirado desde la paz.

Somos una casa periodística universitaria con mirada joven y pensamiento crítico. Funcionamos como un laboratorio de periodismo donde participan estudiantes y docentes de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad del Norte. Nos enfocamos en el desarrollo de narrativas, análisis y coberturas en distintas plataformas integradas, que orientan, informan y abren participación y diálogo sobre la realidad a un nicho de audiencia especial, que es la comunidad educativa de la Universidad del Norte.

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