Este viernes, los líderes de las dos Coreas, Kim Jong-un y Moon Jae-in, protagonizaron una cumbre cargada de emotividad y de gestos destinados a escenificar un acercamiento con el que ambos mandatarios quieren dar el primer paso hacia la reconciliación.
La cumbre de este viernes estuvo cargada de símbolos: cuando los dos dirigentes se saludaron con un apretón de manos y terminaron con un abrazo.
“No habrá más guerra en la península coreana”, aseguraron en una declaración conjunta tras la cumbre, la primera en más de una década y 65 años después de que la contienda bélica terminara con un armisticio, en vez de un tratado de paz.
Las dos Coreas intentarán este año poner fin a la guerra de forma permanente y para ello tratarán -según el texto- de reunirse con Estados Unidos y quizá también con China (ambos firmantes del alto el fuego) “con vistas a declarar el fin de la guerra y establecer un régimen de paz permanente y sólido”.
En 2017, Pyongyang llevó a cabo su ensayo nuclear más potente a día de hoy y probó misiles balísticos intercontinentales (ICBM) que dejan a su alcance el territorio continental de Estados Unidos.
Algunos mandatarios se pronunciaron este viernes tras la cumbre realizada entre los líderes de Corea del Norte y del Sur.
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El diálogo siempre será el mejor camino. Celebro el encuentro entre los líderes de las dos Coreas pic.twitter.com/rxmBBvV3aQ
— Juan Manuel Santos (@JuanManSantos) April 27, 2018
Después de esta cumbre, Kim se reunirá también con el presidente estadounidense, Donald Trump.