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Inteligencia Artificial: ¿compañera o perfecto reemplazo?

Desde que la humanidad es tal, el hombre ha tenido una principal característica que lo diferencia del resto de seres en la Tierra: el uso de la razón. La razón está definida como la facultad de la mente humana de aprender de una situación, entenderla a fondo, tomar una decisión al respecto y formularse una idea de su realidad.

Teniendo en cuenta lo anterior, el raciocinio y el uso de la lógica son las cualidades que hacen a los seres humanos especiales, capaces de crear civilizaciones, sociedades y tecnologías diferentes. Una de estas tecnologías es la Inteligencia Artificial (AI, por sus siglas en inglés: Artificial Intelligence), que son la búsqueda del hombre para averiguar si es capaz de recrearse a sí mismo en otro tipo de ser. Por ende, muchos avances en los campos de las ciencias han sido respecto a esta temática, que es tanto fascinante como controversial. Diferentes controversias han generado muchas preguntas tanto morales como lógicas, de las cuales varias de ellas se estarán abarcando, pero teniendo en cuenta las distintas posiciones para dejar en claro las posibilidades para el futuro de este avance.

1. ¿las inteligencias artificiales llegarán a reemplazar a los humanos en sus labores o serán, por otro lado, ayudantes de este en su constante proceso de evolución?

En la medida en que esta tecnología vaya desarrollándose, las máquinas van a ir adquiriendo cada vez más habilidades que pueden desarrollar los humanos, e incluso realizarlas de una forma más efectiva (por ejemplo recolectar información, calcular, debatir, enseñar, detectar) por lo que uno de los grandes temores que tienen las personas es que el avance de estos artefactos sea tal, que puedan despojarse de sus empleos.

Mark Cuban, empresario estadounidense en tecnología, y el futurista George Dvorsky afirman que muchos trabajos serán reemplazados en los próximos 10 o 20 años y que el trabajo de nadie está asegurado. Históricamente, las máquinas han tomado el trabajo de los humanos desde la primera revolución industrial, sin embargo, esta transición también creó las primeras fábricas generando nuevos empleos que hasta el momento no existían. Este ciclo de pérdida y creación de empleos se repite a través de las décadas. Por ejemplo, con el internet y la era digital se eliminaron empleos como creador de mapas, mecanógrafo, agente de viaje y operador telefónico, pero también redefinieron la industria de la música y el entretenimiento, generaron una economía global, el mercado en línea y nuevos empleos que no se conocían hace 20 años como lo son las estrellas de YouTube, gerentes de redes sociales y desarrolladores de aplicaciones. Hoy en día nos encontramos en una nueva revolución en la que los avances de la inteligencia artificial llegarán a todos los aspectos de nuestras vidas.

MI SET UP 2019 - TheGrefg - YouTube

Fig. 1. Set up de grabación del youtuber TheGrefg, quien cuenta con más de 13M de seguidores.

El Dr. Darío Gil propone que serán millones los empleos que serán generados por la inteligencia artificial. Por ejemplo en Boston, Massachusetts, Retino Robotics una empresa de robótica, crea robots con inteligencia artificial que son compañeros de personas en las fábricas. Lo que hacen estas fábricas es que enseñan a los obreros con poca formación técnica a cómo usar estos robots y se vuelven los “operadores” del robot poniéndolo a realizar determinadas tareas. El Dr. Max Tegmark, profesor en el MIT y escritor, declara lo siguiente: “Lo que sucede hoy no es que las máquinas reemplacen a los humanos, sino que los humanos que trabajan con A.I, están reemplazando a los humanos que trabajan sin ella”.

2. ¿Es posible que, al desarrollar el suficiente libre albedrío, las inteligencias artificiales rompan con las 3 leyes de Asimov?

Isaac Asimov (1920-1992), reconocido escritor de ficción y divulgador científico planteó en sus historias tres leyes fundamentales que todo sistema robótico seguía al pie de la letra en tal universo, y que han sido aceptadas a nivel general en el campo de la robótica:

1. Un robot no hará daño a un ser humano o, por inacción, permitirá que un ser humano sufra daño.

2. Un robot debe cumplir las órdenes dadas por los seres humanos, a excepción de aquellas que entrasen en conflicto con la primera ley.

3. Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la primera o con la segunda ley.”

  • Tomado de Asimov, Isaac (1989). «Círculo vicioso». Los robots.

Sin embargo, se ha pensado que siendo el libre albedrío una de las principales diferencias entre la servidumbre y la independencia, si un robot con el suficiente desarrollo de su inteligencia, por muy artificial que sea, y el suficiente libre albedrío, podría ir en contra de su propia programación y romper con cualquiera ley que se le imponga seguir; aquí analizaremos ambas posturas, la que defiende y la que se opone a tal premisa.

Aquellos que se oponen a la premisa argumentan, entre otras cosas, que le es imposible a una máquina ir en contra de su programación codificada, pues esto lo llevaría a una paradoja lógica, evitándole realizar la acción.

Se define como paradoja lógica a aquella paradoja que afecta directamente a sus propias bases y postulados, por ejemplo, la Paradoja del cuervo de Hempel: Una manzana roja incrementará las probabilidades de que todos los cuervos sean negros. Explicado de una manera coloquial: Técnicamente sí, pero no al mismo tiempo.

Ahora bien, ya explicado el concepto, se sabe que los ‘pensamientos’ de una máquina se basan en algoritmos, conjuntos de reglas e instrucciones no-ambiguas y finitas que buscan la solución total a un problema, por ende, si se llegase a romper con este algoritmo (como lo hacen las paradojas), en cierta medida romperían esos pensamientos, inhabilitando a la máquina el realizar dicho maquinamiento.

Por otro lado, aquellos que defienden la premisa contra argumentan que, así como el ser humano es capaz de formular y hacer frente a estas paradojas, un robot con la capacidad de aprendizaje por consecuencia y una inteligencia suficientemente avanzada, es capaz de romper con estos algoritmos, o, de por sí, eliminar la necesidad de estos en su centro de procesamiento, dándole libre albedrío y permitiéndole comportarse de una manera independiente y autónoma, tal como se presenta en varias entregas cinematográficas como la saga de Terminator o Yo, Robot, película basada en el libro del mismo nombre escrito por Asimov.

INTRODUCCIÓN A LA MECATRONICA: 5.3 Impacto social de la automatizacion

Fig. 2. Escena de la película Yo, Robot basada en la obra de mismo nombre escrita por Isaac Asimov.

Sea cual sea la verdadera respuesta, solo queda esperar a que exista un individuo artificial con tal capacidad para poder demostrarlo.

3. ¿Será posible que, en algún futuro cercano, el hombre sea capaz de replicar artificialmente la estructura y/o las funciones neurobiológicas de su propio sistema nervioso para crear IAs más avanzadas?

Por muy sacado de un universo de ciencia ficción que suene, realmente esta pregunta no es tan descabellada.

El avance que hemos tenido a nivel tecnológico ha llevado a conseguir hacer maravillas. Desde un modelo computacional que se basa en las redes neuronales biológicas, homónimamente llamadas Redes Neuronales Artificiales (ANN, por sus siglas en inglés Artificial Neural Networks), donde unidades que imitan el comportamiento neuronal de transmisión de información se encuentran conectadas entre sí, señalando unas a otras.

Estas neuronas artificiales, llamadas oficialmente neuronas de McCulloch-Pitts, únicamente imitan la señalización y transmisión de información, y no son más que unidades de cálculo abstractas, pero a pesar de ello, el concepto puede ser usado para el fin propuesto por la premisa que estamos tocando.

Por otro lado, uno más tangible, para el 2019 se logró con éxito probar las primeras neuronas artificiales (esta vez reales, por así decirlo).

Un microchip, desarrollado por un grupo de investigadores de la Universidad de Bath en el Reino Unido, es capaz de imitar muy exactamente la señalización eléctrica que hay entre las neuronas biológicas, pudiendo conectarse, incluso, con estas para tratar y/o curar enfermedades asociadas a este campo.

Consecuentemente, hay posibilidad de que, a futuro, pueda replicarse un sistema nervioso completo, y, por consiguiente, que este sea usado para crear individuos similares al ser humano.

Teniendo en cuenta lo repasado anteriormente, se puede concluir que, efectivamente, las inteligencias artificiales, en sus diversas manifestaciones, son herramientas fundamentales en el desarrollo, tanto económico como social. Para nadie es mentira que, a futuro, las inteligencias artificiales podrían llegar a ser la respuesta a muchos problemas que existen y/o existirán, solucionando muchas situaciones cotidianas, tal y como se podía ver en muchas historias de ficción. Sin embargo, si no se tiene una debida adaptación, las personas podrían llegar a depender de estas, generando cada vez más necesidad en estas, haciendo que, periódicamente, estas reemplacen muchos puestos de trabajo. Por ende, la respuesta a la pregunta sobre la que se basa todo este escrito se responde con una simple frase: Mucho de algo nunca es bueno.

Autores: Julián D. Charris Simanca, Moisés E. Coronell Molina,  Alberto L. Ferrucho Alvarado, Miguel A. Forero Cortés & Sebastián C. Forero Jaramillo.
Profesor asesor: Oscar E. Hernández B.
Asignatura: Comunicación de las ciencias

Comunicador social-periodista

rochai@uninorte.edu.co