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Por: Rochell De Oro y María Victoria Andrade | Foto: Katie Bouman

El día de ayer el mundo conoció dos fenómenos espectaculares: la primera imagen de un agujero negro y una ingeniera que ratificó, cincuenta años después, la importancia de las mujeres dentro del campo científico.

El pasado miércoles se conoció la primera fotografía de un agujero negro, una hazaña que se creía imposible de lograr y que demuestra los grandes avances que la ciencia ha presentado en los últimos años. Si bien esta gesta dio bastante de qué hablar en las redes sociales, siendo la foto más compartida del día, pasó a un segundo plano cuando se descubrió la mente maestra que estuvo detrás de su consecución.

Una fotografía compartida desde el perfil de Facebook de Katie Bouman, científica, investigadora postdoctoral del Centro Harvard-Smithsonian de Astrofísica y pieza fundamental del equipo del Event Horizon Telescope, en la que la joven tenía las manos en su boca, con gesto de emoción, acompañada del mensaje “Mirando con incredulidad cómo la primera imagen que he hecho de un agujero negro estaba en proceso de ser reconstruida”, se ha convertido en uno de los iconos más relevantes de la ciencia y el mundo en general.

Sus publicaciones descomplicadas y sus fotografías mostrando su emoción, igual que una niña de ocho años cuando recibe el juguete por el que tanto lloró, se han ganado la simpatía del público, generando cercanía y demostrando que el mundo de la ciencia no es inalcanzable.

Bouman fue la encargada de liderar el grupo que desarrolló el algoritmo capaz de unir y reconstruir todas las diminutas piezas de información que armaron la primera imagen real de un agujero negro, un halo de polvo y gas que se encuentra a 500 billones de kilómetros de la Tierra.

La ingeniera de 29 años empezó a trabajar en el famoso algoritmo desde hace seis años, tras terminar su doctorado con un grupo de investigación de visión por computadores en el Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT).

Su foto fue compartida al lado y a la par de la de Margaret Hamilton, la científica computacional que creó el software que le permitió a Apollo 11, y al hombre, llegar a la Luna. La primera tiene 29 años, la segunda, en ese entonces, tenía 31.

Mientras Bouman muestra orgullosa sus “discos” con cinco petabytes de datos, Hamilton sale junto a una pila de libros que casi alcanza su estatura y donde está toda su información. Un retrato fue tomado en el 2019 y otro en 1969.

Brecha de género en los campos STEM (Ciencia, tecnología, ingenierías y matemáticas)

El sexo, como característica biológica se ha utilizado a lo largo del tiempo para atribuir comportamientos, actitudes, roles y posiciones jerárquicas a los individuos. Es decir, a partir de los géneros, masculino y femenino, se han condicionado estilos de vida diferenciados para cada uno de ellos.

Algunas de las esferas en las que estas desigualdades de género se han hecho más notorias son la educación y la práctica laboral, especialmente en las profesiones STEM (Matemática, ciencia, tecnología e ingeniería).

Los datos son casi irrefutables. Según la ONU, mientras los hombres tienen una probabilidad del 37% de graduarse de un pregrado en ciencia, el porcentaje para las mujeres apenas llega a 18%.

Una cifra que se hace más notoria en la medida que la especialización en el estudio se hace mayor: la mujeres tienen 8% de probabilidad de graduarse de maestrías y apenas 2% de hacer un doctorado en ciencias, mientras para los hombres la probabilidad es del 18% y el 6%, respectivamente. 

Colombia, por supuesto, no es la excepción. A pesar de que el 55% de las personas que se gradúan de un pregrado son mujeres, a la hora de ver quiénes están investigando, pareciera que las mujeres desaparecen del escenario. De los 13.001 investigadores reconocidos en Colombia, 62% son hombres y 38% son mujeres, según el Observatorio Colombiana de Ciencia y Tecnología.

Por esa razón, el hallazgo y reconocimiento público de Katie Bouman es un aporte significativo para el género femenino dentro de la ciencia, pues demuestra que las capacidades cognitivas de las mujeres son iguales a las de los hombres, ya que inicialmente la brecha en los campos STEM se le atribuía a las pocas capacidades cognitivas de las mujeres, es decir, se consideraba al hombre intelectualmente superior y por esa razón asumían el reto de ingresar a los programas académicos STEM y desempeñar en el campo laboral los puestos de poder.

Además Bouman se consolida como un ‘role model’ que rompe con el estereotipo de que las carreras STEM están diseñadas para los hombres, lo que ocasionará que las niñas comiencen a incursionar más en estos campos y en el futuro la brecha se reduzca.

El hallazgo

Albert Einstein predecía que un cuerpo de altísima densidad podría esconderse detrás de un horizonte de sucesos, el limite a través del cual la atracción del agujero negro es ineludible.

Se logró la primera fotografía de ese horizonte, la de un agujero negro supermasivo. El agujero negro central de la galaxia M87 con una masa equivalente a 6500 millones de soles. Descrito por los científicos como “un monstruo” al tener un pozo gravitacional de 40.000 millones de kilómetros de diámetro, tres millones de veces mayor al de la tierra. Se compara al ejemplo de tratar fotografiar, desde la tierra, una naranja en la superficie de la luna, ya que se encuentra a 500 trillones de kilómetros de nuestro planeta.

La fotografía surge gracias al consorcio internacional Event Horizon Telescope, una colaboración en la que participan cerca de 200 científicos.  “Hemos expuesto una parte del universo que nunca habíamos visto hasta ahora” dijo Sheperd Doeleman, presidente del Event Horizon Telescope. Es un proyecto internacional logrado por el poder de 8 radiotelescopios alrededor del mundo.

El proceso empezó en abril del 2017 donde en una semana los observatorios ALMA (chile), APEX (chile), IRAM (españa), LMT (Mexico), SMT (Arizona, estados unidos), JCMT (hawai, estados unidos), SMA (hawai, estados unidos) y SPT (polo sur) se coordinaron para apuntar a dos agujeros negros, uno de ellos el de la galaxia elíptica M87 que es el de la fotografía y el segundo Sagitario A ubicado en el centro de nuestra galaxia.

Se procesaron los datos y se recopilaron, tanta era la información que se transportó en media tonelada de discos duros hasta unas computadoras. Dos años después se han presentado los resultados en varias ruedas de prensa simultaneas en todo el mundo.

Reacciones de la comunidad científica

Este hallazgo sin duda sirve de ayuda para que los científicos sigan adentrándose más en el mundo de la ciencia espacial y sigan comprendiendo todo el espacio que nos rodea por afuera de nuestra atmosfera.

Mar Mezcua, investigador del Institut dÉstudis Especials de Catalunya mencionó “esta imagen demuestra que la investigación sobre el universo que hemos realizado en los últimos cien años, basada en gran parte en la teoría de la relatividad general de Einstein, ha ido en línea correcta. Y esta es una noticia fantástica en sí misma”

El director del proyecto, Sheperd, señala “hemos logrado algo que, hace tan solo una generación, parecía imposible. Los avances revolucionarios de la tecnología, las conexiones entre los mejores observatorios de ondas de radio del mundo y los innovadores algoritmos, todo esto junto, ha abierto una ventana totalmente nueva para el estudio de los agujeros negros y el horizonte de sucesos”

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