La desinformación le plantea al periodismo un sinnúmero de oportunidades, sin que eso implique creer que este oficio logrará salvar a la democracia. A esa conclusión llegó el estratega de medios Jean François Fogel, en su conferencia ¿Puede el periodismo combatir la desinformación?, evento virtual, exclusivo para directores y editores de medios colombianos, realizado el 25 de noviembre.
“La idea de que vamos a limpiar internet es utópica. Hay que entender las limitaciones del periodismo”, dijo Fogel en este espacio, antesala al Festival Gabo N°8, organizado por la Fundación Gabo.
Fogel, uno de los grandes maestros del periodismo en el entorno digital e integrante del Consejo Rector de la Fundación Gabo, recordó desde París cómo la desinformación es el resultado de información errónea, que no es creada con la intención de hacer daño, y de información perjudicial, aquella que parte de la realidad para dañar a personas, instituciones o países.
Esos contenidos se enmarcan dentro de la posverdad, como se le conoce a la distorsión deliberada de la realidad para manipular creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública y en las actitudes sociales.
Entonces, el fenómeno de la desinformación seguirá aumentando —dijo Fogel— y multiplicará también los desafíos del periodismo, especialmente en un país como Colombia con fuerzas políticas involucradas en la manipulación de medios sociales, según una investigación de la Universidad de Oxford, publicada en 2019. Esa institución identificó distintas iniciativas mundiales, organizadas por los gobiernos o desde la sociedad civil, para distribuir contenido engañoso a través de plataformas digitales.
Aunque ese asunto no es nuevo, sí ha cobrado más importancia los últimos años con la masificación de las plataformas digitales. “La desinformación comenzó en los años 20 (del Siglo XX). Hay libros que muestran cómo había estados que desde entonces desinformaban sobre otros. Tuvo mayor fuerza durante la Guerra Fría”, recordó Fogel, también director de la maestría en gerencia de medios y profesor de la escuela de periodismo de la universidad Sciences Po.
Cinco razones que explican por qué el futuro estará lleno de desinformación:
- Los aparatos móviles y la conexión 5G incrementarán. El uso de redes de quinta generación, aún en desarrollo, está proyectado para toda Latinoamérica en 2024, según GSMA Intelligence, fuente de referencia para datos, análisis y previsiones de los operadores móviles de todo el mundo. A mayor rapidez de navegación, más posibilidades de navegación de la desinformación.
- El aumento del volumen de los datos móviles será lo suficientemente alto para atraer más información contaminada. América Latina pasará de 3.9 gigabytes mensuales a 25 en 2025, según predicciones de consumo publicadas en junio pasado por la multinacional sueca Ericsson.
- El número de usuarios activos en las plataformas sociales seguirá creciendo. Lo que comenzó entre 2005 y 2006 como espacios de nicho, en poco tiempo se convirtió en una población enorme y fragmentada. Facebook, Youtube, Instagram y Whatsapp son las plataformas con mayor número de usuarios activos (se cuentan en millones). Con el consumo aumentando en las plataformas cerradas, el desafío para el periodismo será mayúsculo. En Latinoamérica, por ejemplo, reina Whatsapp.
- El crecimiento del deepfake es imparable. Esta es una técnica de inteligencia artificial que permite editar vídeos falsos, a partir de imágenes existentes, con personas que aparentemente son reales. El resultado es tan verosímil que al público le es difícil diferenciar un contenido auténtico de uno manipulado.
- El uso masivo de la inteligencia artificial. El hecho de que las máquinas imiten, cada vez más, funciones cognitivas de los humanos aumentará la cantidad de publicaciones automatizadas, incluidos contenidos manipulados (texto, audio, imagen y video).
¿Qué puede hacer el periodismo en un mundo de tanta desinformación?
- Como denunciar las mentiras genera muy poco interés en la audiencia, es mejor investigar en qué consiste la desinformación. “Hay que investigar este mundo digital como lo hacemos en el mundo analógico”, recomendó Fogel.
- El periodismo debería salirse de su posición de cuarto poder y dedicarse a innovar en el mundo digital. Debería apostarle a entender la inteligencia artificial para mejorar su relación con la audiencia.
- Expresar opiniones definitivas es cada vez más difícil. Es mejor reportear sin parar para poder decirle a la audiencia lo que pasa en un lugar o momento dado sin pretender generalizar. “La idea de que hay un escenario objetivo va perdiendo terreno. Los periodistas entienden que la objetividad es imposible. La honestidad, en cambio, sí es posible”.
- Polemizar en redes sociales es una batalla perdida. Los medios deberían distinguirse de las redes, que son muy volátiles y emocionales. “Las redes sociales son un espacio de investigación, pero no son el fin de la información”.
- Intentar conversar con todos es utópico. Hablarle a audiencias de nicho es mejor. Un asunto posible a través de las membresías y suscripciones, métodos de financiación en auge. “Los medios con más futuro son los que fidelizan a grupos de nicho. Conquistar a grandes audiencias hoy es casi imposible”.