Por: Mariana Gómez Acevedo
Emocionada por las críticas que escuchaba de Euphoria (2019), decidí darle una oportunidad, puesto que la curiosidad podía más que yo y deseaba saber qué era lo que todos veían en la serie de HBOMax.
Debo decir que lo que encontré no fue más que una exageración de situaciones que podrían ser usuales en la Generación Z americana, pero hay una que deseo destacar: la idealización de la mujer a manos de uno de los personajes principales: Nate Jacobs.
En el episodio 2 de la primera temporada (Stuntin’ like my daddy), Rue Bennett, personaje principal y narradora de la historia, construye la lista de características que debe tener una mujer para que sea perfecta bajo los estándares de Nate: Las faldas de tenis, los tacones, las sandalias (siempre y cuando estuvieran acompañadas por una pedicura), los hombros delgados, la buena postura y, la más relevante en su momento, la inexistencia de vello corporal.
Estas características eran resaltadas en su pareja de la temporada, Maddy Pérez, quien era perfecta para Nate, puesto que “cumplía con todas las características de su lista”. Para la serie, esto solo puede ser una forma de alimentar su trama, sin embargo, para la vida real y la sociedad en la que nos encontramos, la lista de lo que es una mujer perfecta deja mucho que desear.
Lista de una mujer perfecta
Tener una lista de cómo ser una mujer perfecta no debería ser necesario, ya que no existe una mujer perfecta en su totalidad, de hecho, me atrevo a decir que cada mujer tiene características que la podrían hacer perfecta dentro de su propia realidad. Ahora bien, si existiera una lista de cómo ser una mujer perfecta, ¿por qué debería ser construida por un hombre?
Las personas que consumen una serie como Euphoria podrían hacerlo solo por tener algo con lo que entretenerse o pasar el rato, sin embargo, los comportamientos y necesidades de los personajes podrían ser transmitidos a la audiencia con tan solo ver los primeros capítulos de la temporada.
Siguiendo con Nate Jacobs y su mujer perfecta, en el episodio tres de la segunda temporada de la serie (Ruminations: Big and Little Bullys) observamos a otro personaje intentando cumplir con los estándares de belleza de Nate, obsesionándose con tratar de causar una impresión, tanto así que inicia sus preparativos a las 4 a.m. para ser perfecta: Cassie Howard.
Para Cassie, su rutina de belleza tenía una sola finalidad: que Nate Jacobs le diera su atención en la escuela. Tras varios intentos, algunos más agresivos que otros, se puede ver a Cassie incluso usando ropa muy similar a la de Maddie, ex novia de Nate, en el día en el que por fin logra su meta: Nate le dedica una mirada en los pasillos.
No creo que Euphoria transmita un mensaje correcto, pero sí que encuentra la manera de destacar situaciones que no deberían ser cotidianas ni tabú, sino que deberían ser mostradas como problemas por solucionar. Las mujeres no deberían sentirse obligadas a seguir ciertas rutinas o a comportarse de manera diferente solo porque es como un hombre lo espera; al contrario, se debería mostrar que los estereotipos están pasando a ser poco relevantes en una sociedad donde están empezando a existir definiciones distintas de perfección y donde se le abre la puerta a la igualdad para todas las personas.
Los valores machistas no deben permitir que se excluya a ciertas mujeres por cómo se sientan, visten, caminan o por la cantidad de vello corporal que tienen; sino que, al contrario, son las mujeres las que deben definir cómo y quién desean ser, en una sociedad que parece estar abriéndole paso a una aceptación de diferentes valores a los que se observaban en el pasado.
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Este contenido fue supervisado por el periodista y docente Jorge Sarmiento Figueroa, y la editora de sección de Género, Estefanía Gualtero, como parte de la estrategia pedagógica del curso de Argumentación Periodística.