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Jaime Pumarejo en sus visitas a los barrios

Por: Milenis S. Morales Freyle (@MILENISSMORALES)

El candidato a la Alcaldía de Barranquilla ha recorrido una trayectoria mucho más larga que los 12 años acompañando a Alejandro Char. Es administrador de Sistemas de Información de la Universidad de Purdue y cuenta con una maestría en Administración de Empresas del Instituto de Empresas de Madrid. Recién graduado de la universidad, ya tenía asegurado un trabajo con la multinacional Ingersoll Rand.

Ha sido Gerente de Desarrollo de la ciudad y ha estado presente en la planificación de proyectos como el Gran Malecón del Río, el Centro de Eventos Puerta de Oro, el Corredor Portuario y Siembra Barranquilla. A sus 38 años, aspira a ser el sucesor de Alex Char y, con la intención de conocerlo más a fondo, cede un espacio para hablar sobre su vida y recorrido.

Con su camisa blanca y actitud afable, da la bienvenida a su oficina. El lugar es amplio y acogedor, da la impresión de ser uno de esos sitios en los que se refugian interminables horas de lectura y cavilaciones. Jaime Pumarejo Heins  toma asiento y espera pacientemente a las preguntas. Se recuesta con total confianza al espaldar de la silla. Sus ojos azules miran expectantes mientras que sus mejillas se destacan por la pequeña sonrisa que reposa en sus labios.

⎯¿Cuál considera usted que sería su equivalente a la gorrita de Char?

⎯No sé, porque para darte el ejemplo que siempre doy cuando uno dice que Alex Char tiene su gorra y sus obras que lo caracterizan. Hace 12 años, cuando arrancamos esto, Alex no tenía su gorra y no tenía sus obras. Nunca se propuso que hubiera algo icónico de esa manera en él. Simplemente, la gente fue identificándolo así. Te podría decir que antes, probablemente, yo usaba mucho más una gorra que Alex Char.

Ahora, ya no uso gorra porque es un símbolo de Alex. Entonces, al revés, me obligó a asolearme. Porque ya eso es de él, yo no puedo tratar de ser él. La gorra me está vetada, ahora me asoleo. Así que no lo sé. De pronto mis tenis. Toda la vida he andado en tenis, de pronto eso significa algo. Pero no te podría contestar hoy qué va a ser y si llega a ser. Pero sé, si se dan las cosas, que va a ser algo que nunca habremos pensado ni estudiado.

El tono de su voz es serio, nunca grosero. Cuando habla, mira a un punto fijo para organizar sus ideas.

⎯Desde que empezó su campaña lo hemos visto visitando barrios e interactuando en las redes, ¿a qué se dedica cuando no está a la luz pública? ¿cuáles son sus mayores aficiones?

⎯Te diría que lo primero es la familia. Para mí, la familia es muy importante: mi esposa, mi madre, la familia es muy numerosa por parte de madre. Estar en casa me gusta. Leer, viajar, los deportes, el Junior. Y los deportes extremos, me gusta mucho hacer Enduro, hago también otras cosas de deportes extremos. Pero aquí en el Atlántico es enduro, que me gusta mucho. Y jugar fútbol. Jugué mucho béisbol de joven, ya no tengo tiempo. Pero más o menos eso es lo que hago en mis tiempos libres.

⎯¿Con qué palabras se describiría?

Tamborilea sobre la mesa con gesto pensativo.

⎯Siempre digo que soy un aventurero, soñador, ejecutor, emprendedor. Ya.

Aún tamborileando deja escapar una sonrisa.

⎯¿Cómo influyen sus estudios en quien es hoy?

⎯Mucho ⎯responde con firmeza y seguridad⎯. Porque yo creo que la universidad y el colegio me dieron la oportunidad de conocer algo de mí para darme confianza. No significa que yo sé la respuesta a todo o que yo salí de la universidad y estaba preparado solo con el conocimiento, pero sí con la lógica, con el saber de que yo tenía la capacidad de descifrar dónde están las cosas, de saber buscar, de saber preguntar y de atreverme.

Entonces, me dio eso: la capacidad de atreverme a hacer las cosas y saber que tenía la capacidad de hacerlo y descifrarlo y aprenderlo. Yo creo que ese es el sentido más interesante que te da una buena educación. Mucho más que la memorización de una respuesta, es la capacidad de salir a hacer la pregunta correcta, de buscar donde tienes que buscar y de cuestionar las cosas que ves que no están bien.

⎯¿De qué manera influye haber sido parte del programa de Desarrollo de Liderazgo de Jóvenes Ejecutivos (Leadership Development Program) en quien es hoy en día?

⎯Bueno, es un cúmulo de experiencias que se van dando. Cuando yo estaba en la universidad, una de las empresas que reclutaban era Ingersoll Rand, que es una multinacional muy reconocida, y yo quería trabajar ahí. Entonces, empecé siempre en las ferias de trabajo a hablar con ellos, mantenía comunicación y siempre me entrevistaba con ellos cada vez que podía.

Y tuve la fortuna de que me invitaran a un retiro donde van 200 personas y escogen a diez para ser parte de su programa de Jóvenes Líderes, que entrenan para ser ejecutivos de la empresa.

Entonces, ahí me esforcé, me preparé para quedar entre esos diez y cuando quedé tuve por dos años y medio el placer de trabajar y aprender en un programa que te forma para ser un ejecutivo en una multinacional. Trabajé en Asia, Estados Unidos en varios lugares y en Singapur.

Trabajaba de tú a tú con ejecutivos de todo el mundo y, además, de muchas edades y de muchas áreas del negocio. Yo te diría que eso me dio la capacidad de abrir un poco mi mente y de saber que las barreras se las impone uno.

Yo tenía la capacidad para razonar con ellos y de competir de tú a tú y quizás hasta hacerlo mejor que muchos de ellos. Segundo, cuando uno quiere que algo se logre, se tiene que preparar para ello.

Las puertas se pueden abrir por cualquier circunstancia, pero para que se mantengan abiertas y otras también se abran, eso solo te lo da la preparación, solo lo da el trabajo y atreverse. Cuando el miedo le gana a uno, uno pierde la capacidad de ser propositivo y lograr lo que uno está buscando.

⎯Entonces, haber sido elegido para ser parte del programa fue todo un sueño cumplido para usted.

⎯Sí, la verdad es que a mis 23 años de edad, graduándome de la universidad sabiendo que tenía un trabajo que por dos años soñé con tener. Y también era un sueño ir a trabajar, que a mis 24 años me estaban mandando a Singapur a liderar un proyecto en toda Asia y ver que mi trabajo valía. No solo fue un sueño conseguir el trabajo, sino los dos años y medio que estuve allá.

Habla con esa alegría que solo traen los buenos recuerdos.

El recibimiento en los barrios ha sido muy bueno cuando las personas se dan cuenta de que uno es transparente y quiere hacer las cosas bien. Foto: Cortesía.

⎯Ha trabajo desde muy joven por el desarrollo de Barranquilla. ¿Su edad alguna vez le ha supuesto un obstáculo? ¿Se ha enfrentado a algunos prejuicios?

⎯Pues, siempre te ven y dicen “No, qué joven es”, pero tú con tu trabajo y con lo que demuestras, y con la inteligencia emocional (que creo que es más importante que la inteligencia y la edad que uno tiene) demuestras que tienes las capacidades. Y, poco a poco, tumbas esas barreras. Pero, claro que sí. Es siempre un factor, pero hay gente que ha trabajado 30 años y tiene menos experiencia que gente que en cinco años ha tenido retos y experiencias muy enriquecedoras.

⎯Regresando a nuestra ciudad, ¿qué recuerdo tiene de la antigua Barranquilla que lo haya marcado de niño o adolescente?

⎯Las cosas que más me marcaron de mi juventud fue, quizás, la inauguración del estadio Metropolitano en 1986. Junior contra Uruguay, para eso hubo una exposición del Carnaval. Esa era la época de Enzo Francescoli. Yo creo que este es uno de los recuerdos más bonitos que tengo de la Barranquilla vieja. También, el carnaval antes… ¿qué otras cosas así? ⎯se pregunta a sí mismo⎯. El centro de Barranquilla.

Mi padre trabaja en el centro, íbamos a comer ostras los fines de semana. Caminábamos por el centro. Digamos que se vivía un ambiente distinto en la ciudad. También, eran otros tiempos. Era una ciudad más tranquila. Y creo que, poco a poco, tenemos que trabajar por que muchas de esas cosas que vivíamos antes las volvamos a vivir.

En su muñeca derecha, reposa una manilla del Junior que delata su pasión por el equipo rojiblanco. La emoción que llega por hablar sobre la ciudad se hace evidente en sus ojos. Es tanto el entusiasmo que, sin ser consciente de ello, contesta tres preguntas en una sola.

⎯¿Qué aspectos de la historia de su familia siente usted que más lo identifican?

⎯Bueno, yo creo que lo más importante que aprendí de mi familia es que uno se debe a lo que el mundo le ha dado. Es decir, el mundo es yo nací en Barranquilla y Barranquilla me ha dado mucho. Por lo tanto, le tengo que devolver a Barranquilla. Mi familia nunca ha vivido… Si bien ha tenido una vida al servicio público, nunca ha vivido del Estado. Es decir, mi familia no tiene o nunca tuvo, a lo largo de sus años, contratos ni se dedicó a contratar con el Estado. Simplemente, tenía sus negocios privados.

Y, por ejemplo, mi abuelo fue gobernador, alcalde, ministro, primer designado de la presidencia. Trabajó por el puente que llevaba su nombre por voluntad popular más no por ley, la zona franca, Bocas de Ceniza y muchas otras cosas que eran populares en ese momento y que él sacó adelante.

Lo mismo mi padre, que trabajó muchos años por la ciudad. Lo que me enseñaron es que uno tiene que trabajar por su ciudad y que es más satisfactorio ayudar a cambiar el entorno y dejarle un mejor lugar a su gente que buscar un beneficio personal solamente, porque en últimas eso no es un legado. El legado es dejar mejor lo que es nuestro y lo que es nuestro es esta ciudad.

⎯Lleva seis años casado con Silvana Puello, ¿qué es lo que más valora de su apoyo?

⎯Yo diría que lo que más valoro es tener un compañero de viaje, que te comprende, que te da un estímulo cuando las cosas están difíciles, que sabe cuándo cuestionar, pero lo más importante es la compañía y el apoyo. El apoyo en el sentido de, simplemente, estar ahí estés equivocado o no. Soportarte, sin (por decirlo de alguna manera) sin tener que condicionar este apoyo a que uno tenga razón o no, o cualquier cosa. Simplemente apoyar.

⎯Usted ha estado trabajando por más de diez años en el desarrollo de Barranquilla, ¿cómo la proyecta en diez años más?

⎯Bueno, si hace diez años nos hubiéramos hecho la pregunta de qué iba a ser de Barranquilla en diez años, nadie hubiera creído que estamos donde estamos. Así que en diez años tenemos el reto de volvernos a transformar en una ciudad que hoy ni siquiera nos atrevemos a soñar.

Eso quiere una ciudad más conectada al mundo, cada vez más equitativa, una ciudad donde seamos más los que tenemos una educación superior o técnica que los que no. Una ciudad donde la calidad de vida ha mejorado ostensiblemente y donde hay más oportunidades de crecimiento. Oportunidades en lo laboral, en lo cultural, en lo deportivo. Es decir, en lo humano o en lo profesional, esa es la ciudad que tenemos que construir, una ciudad equitativa, desarrollada y conectada al mundo.

⎯En sus visitas a los barrios, ¿alguna vez ha sido mal recibido?

⎯Eh… no. Te diría que tuve una experiencia, por ejemplo, en Barlovento donde durante la administración, no en campaña (en campaña, fui muy bien recibido), había unas diferencias por la compra de un predio que estábamos haciendo. Y la gente sentía, tenía una concepción errada de lo que estábamos haciendo.

Hicimos una reunión, dialogamos, llegamos a unos acuerdos y esos poco a poco se cumplieron. Fue una experiencia incómoda porque al principio la gente sentía que uno los estaba perjudicando, o los quería perjudicar. Entonces, los ánimos se caldean. Pero, al final, vieron que uno es transparente, que uno quiere hacer las cosas bien, que representa una administración que no quiere perjudicar a la gente.

Volví hace poco y, al revés, había un recuerdo cálido de que dimos la cara y que las cosas se solucionaron. Lo mismo ha pasado en una que otra circunstancia, por ejemplo, la alcaldía ha liquidado muchas entidades descentralizadas y sacado empleados, pero siempre hemos hablado con la verdad, sin engaños. Y por eso, hoy uno se los encuentra en la calle y reconocen: “me dejaste sin trabajo, pero fue lo mejor para Barranquilla”. Por ende, al final, la gente termina hasta acompañándonos en el proceso, porque sabía que era una situación insostenible.

⎯¿Qué obstáculos presenta podría enfrentar su candidatura?

⎯La desinformación. Yo creo que los enemigos de Barranquilla, aquellos que dicen que las cosas no van bien, porque se quieren poner un velo o nos quieren poner un velo en los ojos simplemente porque su beneficio personal es querer estar en el poder a toda costa, tratan de desinformarnos.

Por ejemplo, argumentando que nuestras finanzas están en mal estado. Una mentira que han repetido miles de veces, pero no dejan de ser mentira. Porque nunca habíamos tenido una calificación de riesgo tan alta como la tenemos ahora. Es decir, cuando aquellos que dicen esas mentiras gobernaban, Barranquilla estaba sujeta a Ley 550 y no era sujeta a crédito.

Hoy Barranquilla no está quebrada, no está en Ley 550; es decir, es una entidad sana. Y, al mismo tiempo tiene una calificación de crédito AAA, lo mismo que los mejores bancos del país, es decir, Bancolombia, eso nunca se había logrado antes. Entonces, eso nos da cuenta de que Barranquilla están bien y sigue mejorando. Y, así muchas otras cosas. Así que yo te diría que nuestro reto es la desinformación.

⎯Sí, y es un fenómeno que es muy frecuente. Parece que no, porque la mayoría de los barranquilleros está de acuerdo con el desarrollo de la ciudad. Pero, por ejemplo, hay casos de personas que critican la siembra de árboles en la Avenida Circunvalar, argumentando que afectarán al tránsito. ¿Cómo se lucha contra este tipo de comentarios?

⎯No, hay que comunicar y comunicar. Y uno cree que comunicó y la gente tiene muy poca exposición a los asuntos públicos. Entonces, hay que inventarse una manera de llegar directamente al ciudadano y darle la oportunidad que interactúe y sienta la alcaldía más cerca, quitando intermediarios, quitarle trabas, quitarle procesos burocráticos, porque, como tú lo decías, se están haciendo cosas muy interesantes, pero al mismo tiempo no podemos perder la capacidad de escuchar y recapacitar frente a lo que quiere la ciudadanía. Y ese es el éxito de este gobierno, que ha sabido escuchar. Entonces, yo creo que eso es lo más importante.

El éxito del gobierno es que ha sabido escuchar. Foto: Cortesía.

Aunque el propósito principal era conocerlo más allá de su candidatura, resulta inevitable que salga a flote el tema de la ciudad, pues es parte de quien es.

⎯¿Por qué el hashtag de #BarranquillaSoñada?

⎯Porque yo creo que tenemos que soñarnos la ciudad que queremos. Porque, como te decía, si pensamos en la ciudad que tenemos hoy, hace diez años nosotros empezamos a soñárnosla y la mayoría de la gente era incrédula a eso que hemos hecho. Ahora tenemos la capacidad de soñarnos, nuevamente, la ciudad que queremos ser en cuatro, en ocho y en doce años, pero creo que hoy la ciudad tiene la capacidad de soñar en conjunto.

Antes, soñaban pocos y hacían; y, luego, los demás empezamos a creer. Ahora tenemos la capacidad de decir cuál es nuestro próximo sueño colectivo y cómo lo construimos, es decir, el Gran Malecón fue un sueño que nació en campaña con Alex y yo, y fuimos ganando adeptos. Ahora, ¿cuál es nuestro próximo gran sueño de ciudad y cómo todos participamos en construir ese sueño? Que cada día sea el sueño de más y no sueño de pocos.

⎯Claro, y la idea es, si se tiene un sueño, hay que luchar por ese sueño y no quedarse solo en el “tengo un sueño y ojalá pase”.

⎯Sí, así es. Aquí esta ciudad ha demostrado que sabe realizar. Pero necesitamos cada día involucrar más gente a la concepción y ejecución de este sueño, porque hemos demostrado que podemos soñar y realizar.

⎯Volviendo a sus aficiones, especialmente en la literatura, ¿qué libro lo ha marcado?

⎯Hmm ⎯golpetea la mesa con gesto pensativo⎯. La insoportable levedad del ser, El coronel no tiene quien le escriba e Historia de dos ciudades.

⎯Y, ¿respecto a la música?

⎯De la música… todo, poco reguetón, poco rap, pero sí salsa, son cubano, vallenato. Me gusta la música, ojalá uno pudiera…, yo me imagino mi vida como con una banda sonora permanente.

⎯¿Toca algún instrumento?

⎯Tocaba la caja de joven y algunos instrumentos de percusión. Yo tenía un grupo vallenato con algunos amigos pero hasta ahí.

⎯Parece mentira, pero muchas personas en Colombia no conocen a nuestros propios escritores, ¿cómo impulsaría eso?

⎯Hay que crear la cultura de la lectura. Leer te abre un mundo, te da la posibilidad de comprensión, de autocrítica, de escribir, te afianza muchas cosas. Entonces, yo creo que la lectura se afianza con una promoción de ella y eso significa que te abre la oportunidad también de saber qué hay en tu entorno y vas a leer más, por ejemplo, sobre quién era Álvaro Cepeda Samudio, que muchos dicen que fue el precursor de Gabriel García Márquez y el Grupo Barranquilla. Y muy poca gente se ha leído un libro de él o un cuento de él o de Fuenmayor. Es decir, creo que leer te hace buscar lo propio, entonces, hay que hacer eso.

⎯Usted se caracteriza por ser muy optimista, pues tiene razón para serlo, ¿se ha enfrentado a algunas personas de su mismo nivel que le dicen “Estás soñando demasiado, esto no se puede”?

⎯Sí, claro. Siempre. Incluso uno tiene que pelear contra uno mismo a veces, contra su propia incredulidad, contra la incredulidad de otros. También peleas contra el pasado, porque el pasado te condiciona y nos fue mal antes: “No, eso ya lo hicimos y eso no funciona”… ¿Por qué no funcionó? ¿Qué ha cambiado? ¿Qué podemos hacer ahora? Y, segundo, hay que atreverse. Y ser optimista es ser optimista centrado. Es decir,saber qué se puede y qué no se puede. Siempre, entender que hay cosas que hay que abandonar.

Hay muchos fracasos, pero inclusive hay a veces muchos más fracasos que aciertos, pero cuando uno logra trascender y hacer cambios que valen la pena, digamos que muchos de esos fracasos valieron la pena porque nos dieron la oportunidad de estar acá. Esta alcaldía cada día aprende más cómo llegarle a la gente, cada día hace mejor lo que antes le costaba.

Antes los procesos que llevamos a cabo estos cuatro años hace doce eran casi que imposibles hacer, pero nuestra experiencia, los pequeños logros nos han llevado a decir “vamos a canalizar los arroyos con plata propia” y casi que ¡pum! lo hicimos en poco tiempo, porque vamos también aprendiendo y la capacidad de soñar se acompaña de la capacidad de ejecutar. Entonces, son sueños cumplibles.

⎯Y para finalizar, ¿qué mensaje le deja a los jóvenes que están en eso de tener un sueño y no ven manera de cumplirlo?

⎯Te diría que cumplir un sueño es, la mitad, llegar a realizarlo y, a veces, mucho más de la mitad el hecho de trabajar por él. Uno a veces cumple su objetivo sin lograr el objetivo final, sino solamente por el recorrido y esfuerzo que uno hizo por llegar a la meta final. Eso quiere decir que uno cambió como persona, que aprendió muchas cosas, que vivió muchas experiencias y que la vida no es el final, sino el recorrido. Y, por ende, buscar el sueño y atreverse es la finalidad de la vida.

 

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