Por: *Katia Milena Martínez Heredia.
“La vida no tiene ideología, la vida es la máxima condición que deberíamos defender como humanidad”, dice la académica Katia Martínez, al hacer referencia al atentado ocurrido ayer en la Escuela General Santander, en Bogotá.
Hannah Arendt decía que la condición humana es compleja y diversa, llena de múltiples necesidades e intereses, sin embargo, la gran pregunta es: ¿Qué tipo de intereses y necesidades nos gobiernan en el mundo de hoy? Los acontecimientos de violencia sucedidos el día de ayer demuestran que nuestra posición como sociedad es inhumana no solo por el hecho en sí sino por las actitudes, conductas, sentimientos y los discursos de millones de colombianos que ponderan sus propios intereses y necesidades por encima de todas aquellas víctimas de la violencia indistintamente del perfil de la víctima.
Con ello quiero decir que asistimos a una época dónde la vida vale más para unos que para otros, tal como sucedió en los atentados al semanario francés Charlie Hebdo, ocurrido en 2015, que caricariturizaba a los musulmanes en medio de la guerra en Siria.
En Colombia los de la derecha reclaman sus muertos y los de la izquierda reclaman también sus muertos sin entender y comprender que la vida NO TIENE IDEOLOGÍA, la VIDA es la máxima condición que deberíamos defender como humanidad, la VIDA como derecho absoluto y como valor supremo.
La cuestión entonces es cómo superar el facho que llevamos todos por dentro, tal como lo repetía Deleuze al cuestionar la posición que asumimos como humanidad, al pretender eliminar física o simbólicamente al otro desconociendo y subvalorando lo que el otro es. La tarea es como aprender a reconocer al otro y a los otros con todo lo que contiene para poder vivir y convivir.*Un fragmento que nos comparte la Docente Tiempo Completo de la Universidad del Atlántico.
