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Por: Jose Paba Orozco

“Fútbol a sol y sombra”, un libro como pocos y aceptado, ciertamente, por muchos. Una obra que hace una recopilación de la historia del fútbol y sus grandes protagonistas a través de un lenguaje poético y asertivo. Pero un ejemplar de tal magnitud requiere de la intervención de un artista capacitado para dicha labor.

Un experimentado testigo de las jugadas, goles, anécdotas e historias relevantes que giran alrededor del balón. Eduardo Galeano, dueño de las letras y amante del balón. Sinceramente, ¿qué pudo haber salido mal?

Acreedor de títulos como Memoria del fuego (1982-1986), El libro de los abrazos (1989), Amares (1993), entre otros, le han significado premios como Honoris Causa de la Universidad Nacional de Córdoba en Argentina, o el Premio Lannan Literary Awards a la libertad en 1999.

Uruguayo, montevideano e hincha del Nacional natal son las características de ese agnóstico, pero creyente, graduado en la Universidad del buen fútbol. “Fútbol a sol y sombra” es una romántica carta en extensión para aquellos que aún no se enamoran del fútbol.

La cascada de datos, fechas y testimonios respaldan la ardua labor que supone conlleva un éxito literario como este; por esto, Galeano no solo echó mano de su talento literario, sino que clamó por la intervención de otros expertos en su homenaje escrito al balompié. Doscientas setenta y dos páginas que al leer, no tienen pérdida alguna.

El análisis que hago del libro parte en que Galeano introdujo las aristas principales que hacen posible el mundo del fútbol, y a partir de allí enunció las historias, cronológicamente, más relevantes de este deporte. Es decir, una breve descripción y explicación llena de metáforas, exageraciones e ironías le daban ese sutil y particular ganas al lector de seguir leyendo.

Además de eso, acompañó de forma asertiva y romántica frases fuertes y cortas, pero sobretodo, enunciados cotidianos y máximas que rebotan en la cabeza de quien lo lee. Se empieza desde lo general a lo particular. Y es precisamente en esta última donde el libro enriquece y contextualiza a los lectores.

Los datos que proporciona no siempre están al alcance y en la memoria de todos y la rememoración de los personajes históricos del juego ayudan a construir la cultura del fanático más analfabeto que pueda existir. Es menester señalar la continua relación que propone el autor con el fútbol y la religión, la ponderación del estilo libre de juego versus al sistemático movimiento resultante de la profesionalización del fútbol.

Todos estos aspectos marcan la tendencia del autor por un juego más improvisado que mecanizado y el profundo arraigo que sentía el aficionado de antaño a diferencia del neo espectador.

El fútbol es como las guerras. Hay dos bandos que se disputan la gloria por conquistar un territorio. Un país que los apoya, pero que en la cancha se reduce al número de asientos, aunque la fuerza de aliento no deja de ser la misma. En el fútbol se puede vivir una multiplicidad de factores y fenómenos que de por sí le dan un carácter relevante por encima de los demás deportes.

Aquí existe el racismo, como el que sufrieron por ejemplo Friedenreich y los jugadores de la selección de Brasil; el odio como el que siente el fanático cuando el que está al lado comenta el buen juego del rival. El amor, como la relación que tenían Didí y la pelota, la infidelidad que se paga con el destierro o la idolatría como la que algunos hinchas sienten por sus héroes del balón.

A tal punto que esos hinchas reciben y ofrecen su máxima pobreza a aquellos que en un momento les dieron todo. El fútbol en ciertos lugares, es cuestión de estado y como tal requiere un tratamiento distinto. Tal vez por eso se creyó que el fútbol era el opio del pueblo, atrofiaba la mente de quienes lo practicaban o simplemente era una forma insulsa de perder el tiempo. Nada más cierto para algunos y un montón de herejías para otros.

Lo único cierto es que en “Fútbol a sol y sombra” el juego se va más allá de un rectángulo delimitado por líneas blancas y un puñado de seres tras una pelota. Es la explicación de un modo de vida diferente para algunos, es la manifestación de hechos históricos y testimonios de personajes relevantes; pero ante todo es un homenaje al fútbol a través de la literatura.

Recomendado para aquellos que creían que el fútbol solo se puede escribir en un lenguaje plano y que está plagado de lugares comunes. Él se escribe en la cancha y la historia en los libros.

¡Gracias Eduardo Galeano!

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