Por: Patricia Amado | Foto tomada de: Comité Olímpico Colombiano
Actualmente el empoderamiento femenino y la equidad de género se está haciendo escuchar cada vez más, y es en el mes de marzo cuando se reconoce el esfuerzo de esas mujeres que lograron cambiar la historia. Entre estas hoy celebramos en su natalicio a María Isabel Urrita, una vallecaucana nacida el 25 de marzo de 1965.
Conocida como “la negra de oro”, Urrita se convirtió en un personaje de gran admiración y un gran ejemplo de esta fuerza femenina. En el año 2000 en los Juegos Olímpicos de Sídney, en el levantamiento de pesas en la categoría de 76 kg, le dio la medalla de oro a Colombia, convirtiéndose en la primera deportista en lograr este triunfo para el país. Previamente había ganado nueve medallas en diferentes campeonatos Mundiales de Halterófilia.
La historia de “La mamá del olimpismo en Colombia” enseña que, a pesar de los obstáculos de la vida y los peros de la sociedad, siempre se debe luchar por los sueños. Aunque no tuvo una vida fácil, ella se caracteriza por ser una mujer emprendedora y decidida que luchó día a día hasta conseguir su objetivo desde niña, que era ganar una medalla de oro.
Después de los Olímpicos, decidió retirarse y estudiar Educación física y Deporte lo que le sirvió de base para actualmente dirigir la Liga de Levantamiento de Pesas de Bogotá. Por otro lado, su interés por los movimientos de las mujeres la llevo a especializarse en Derechos Humanos y de la Mujer de la Escuela de Género de la Corte Penal Internacional y en la Escuela de Género de la Corte Interamericana de Washington.
En el 2002 inició su carrera política en la Cámara de Representantes hasta el 2010, apostándole a proyectos deportivos y de inclusión. Sin duda es una mujer que abrió camino a muchas jóvenes deportistas y se convirtió en un ejemplo a seguir.