Orientadores de tránsito moviendo afanados sus brazos, pitos de carros, buses repletos, chóferes insultándose entre sí. Está es la escena que viven los universitarios a diario para ir a estudiar.
Los jóvenes, expresan que les toca ir de “banderilla” para poder llegar a su destino. Aún cuando se levantan a las 4:00 am para llegar temprano los buses pasan frente de ellos y no les ‘paran’ porque van muy llenos y así se pasan hasta 3 buses, teniendo en cuenta que en algunos casos transcurren de 15 a 20 minutos para que otro bus pase y que no es seguro que el próximo tenga espacio para alguien más, es casi imposible llegar a tiempo. Aunque sienten que ya es un avance poder subirse al bus demoran de una hora a hora y media para llegar a su destino.
Estudiantes que viven en municipios como Santo Tomás, Baranoa,
Palmar de Varela, Malambo y Soledad transcurren un viaje de aproximadamente dos horas y esto depende de cómo esté el tráfico. Muchos tienen que tomar dos buses. Moises Carrillo, habitante de Santo Tomás y estudiante de Uninorte cuenta que demora una hora y quince minutos desde su domicilio hasta el Centro de la ciudad, donde se encuentra con que los buses ya están llenos y tiene dos opciones: dejarlo pasar o irse de banderilla arriesgándose a caer.
Aunque está prohibido ir antes de pasar el torniquete y últimamente los
buses tienen letreros que indican esto, es la única forma que los jóvenes ven para llegar a tiempo.
“Me levanto a las 5:15 a aguantarme un hermoso y sensual trancón en la 51b y llegar tarde sin importar cuán temprano me levante” nos cuenta Diego Villalba, quien pese a su esfuerzo de llegar temprano no lo logra y prefiere tomar las cosas entre risas.
Sobusa, La Carolina, Alianza Sodis, Lucero San Felipe, Coolitoral, Urba Playa son algunas de las rutas que toman los estudiantes para llegar a su destino y que según los jóvenes ya no dan abasto para la cantidad de personas que toman el transporte público.
Frente a esta problemática algunos optan por tomar un taxi entre compañeros, tomar Uber o “ingeniárselas” de alguna forma para llegar a la universidad tal como expresa Jamer Rodríguez, estudiante de la Universidad del Atlántico. “Coger un bus en la circunvalar se ha vuelto casi imposible en las horas de la mañana, van muy llenos, además hay trancones y eso, toca ingeniárselas entre los que vayan para el mismo lugar y coger un taxi entre 4 personas, porque si nos ponemos a esperar el bus a que pase y nos podamos subir, llegamos tarde a clases”.
Frente a esto, hay quienes recomiendan métodos para encontrar una ruta para trasladarse, Javier Atencio cuenta, que antes de salir visita las páginas de cada empresa de transporte o usa la aplicación Q´ruta para calcular qué ruta de transporte público colectivo urbano es la más efectiva para el sitio al que se quiere llegar, asegura que así ha logrado trasladarse de Barranquilla a Soledad en 45 minutos, trayecto que duraría normalmente una hora o más.
Por otra parte estudiantes de la Universidad del Norte pensaron en Vecinos una iniciativa que consiste, básicamente, en buscar personas que vivan cerca, por barrio o sector, para conseguir un transporte común que facilite el traslado a la U, lo que permite un viaje cómodo y más rápido. Explica Juan José Escobar quien lidera el proyecto.
Transportarse en bus en Barranquilla y llegar temprano a su destino es algo casi imposible. No solo para los estudiantes, sino para los que deben ir a trabajar. La avenida Circunvalar, la carrera 51b, la calle 72, el Centro de la ciudad, la calle 30, la Murillo, la carrera 46, la carrera 38, son algunos de los puntos de la ciudad que más presentan congestionamiento vehicular y una “sobrepoblación” de usuarios de transporte público y aunque existen alternativas de rutas, muy pocas parecen dar abasto cuando se trata de llegar temprano al destino.
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