Degustar una hamburguesa hecha con ingredientes 100% naturales es un privilegio conseguido en muy pocos restaurantes. La Pepita Burger Bar deja un sello en tu paladar que nunca olvidarás, y sabores inigualables imposibles de describir.
La pepita, al mejor estilo rústico
Un ambiente completamente acogedor encontrarás en La Pepita. Cada centímetro del lugar posee detalles rústicos combinados con un estilo moderno. Dentro del restaurante se da la ilusión de estar en medio de un mostrador. Es, además, una oportunidad clara para conocer todos aquellos ingredientes que harán parte de los excelentes platos que ofrece el lugar.
La Pepita cuenta con muebles tapizados en color marrón y mesas de madera que aportan mucho al estilo del lugar. Los mostradores están decorados con plantas color verde, las cuales caen entre los frascos de salsas. La iluminación es amarilla y en el intento acertado de lámparas se encuentran troncos de madera.
En la sede principal del restaurante, ubicada en la carrera 51b con 76, la cocina se encuentra cerca de los comedores. En este punto se puede destacar que no hay ningún tipo de molestia por el calor, y el ambiente sigue sintiéndose agradable.
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La Pepita cuenta con una variedad de platos para desayunos, almuerzos y una buena cena. Si hablamos de precios en comparación con la cantidad y el sabor, realmente ‘La Pepita’ lo vale. Hay 14 pepitas disponibles para degustar cuyos precios van desde 18.000 hasta 30.000 pesos. Todas las pepitas vienen acompañadas con papas, y el cliente decide cuál para su plato. Hay tres opciones: rústicas, papa chips y french fries.
Sin embargo, si tu paladar está un poco exigente y las hamburguesas no son tu primera opción puedes encontrar otros platos. En esta linea, La Pepita te ofrece hot dogs, sándwiches, lo más carnoso y tacos. También, puedes armar tu especial solo a tu gusto, los lunes y martes todo el día por 22.500 pesos.
MI EXPERIENCIA
El restaurante estaba completamente lleno durante mi visita, sin embargo, no fue razón para no recibir una excelente atención. Los meseros buscaron un lugar para mí, ordenaron uno que otro detalle en la mesa y tomaron mi pedido. Para esta ocasión, ordené ‘la pepita etrusca’ que trae carne de res, panceta, rúgula, queso parmesano, cebolla en miel e hinojo y papas.
El precio del plato fue de 19.000 pesos por ser 1/4 lb. pero si se ordena una hamburguesa de 175 gr. el precio sube a 23.000 pesos. Debo decir que la pepita maneja precios accesibles y te da un sinnúmero de opciones para poder consumir lo que te apetezca.
En cuanto a la presentación del plato fue buena, la hamburguesa tenía un buen aspecto y cada ingrediente estaba en su lugar. En cuanto a los sabores, fue algo del otro mundo. Cada mordisco fue una invitación a pensar “por favor, que no se acabe”.
Realmente es de admirar como los sabores se concentran en las verduras y la carne, ya que ‘La Pepita’ no maneja mucho el exceso de salsas. La carne estaba jugosa y aún sigo intentando encontrar una palabra para el sabor que se siente en el paladar, la más cercana hasta ahora: gloria.
Fotos tomadas vía: http://www.lapepita.co/index.html